_
_
_
_
_
Columna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las columnas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Pedro Sánchez, ni en patinete

Los cabezazos que parece dar la derecha a diestra y siniestra solo muestran lo corta que se ha puesto la soga

Pedro Sánchez entrevista Telecinco
Ana Rosa Quintana y Pedro Sánchez, durante la entrevista en Telecinco el 4 de julio.EFE
Berna González Harbour

La entrevista de Ana Rosa Quintana a Pedro Sánchez fue tal paseo triunfal del presidente en materia de derogación del sanchismo que solo pudimos contar una pregunta que le pilló desprevenido. Y fue sobre sus vacaciones.

“¿Dónde va a veranear?”, preguntó Quintana. El presidente soltó entonces una carcajada nerviosa y puso en evidencia no tanto que no había planeado a dónde iba a ir de vacaciones como que no había preparado la respuesta.

“¡Pues no lo tengo pensado, Ana Rosa!”, improvisó, sin ocultar el alivio por una cuestión que, si bien no estaba en el temario previsto, al menos era una maría de la que podía salir indemne. “Fíjese que estaba pensando en las preguntas que me podía hacer y no había pensado en esta”.

Cuando un tema da mucho que hablar, lee todo lo que haya que decir.
Suscríbete aquí

Sánchez pareció entonces ese alumno aventajado que ha estudiado tan intensamente las materias más difíciles que puede conformarse, gustoso, con el 9,5. Tras unos segundos de titubeo, salió al paso: “Tendré que hablar con mis hijas, que ya son mayores y ya hay cosas que les gustan más que otras”.

Y esto es todo lo que sabíamos de sus vacaciones. Si el asunto le pilló entonces desprevenido, hoy es él quien ha pillado desprevenidos a los medios. Especialmente, a los que se han lanzado a llenar páginas sobre el tremendo lujo que se iba a dar en Lanzarote tras aterrizar allí en el famoso Falcon mientras el país sufre y se debate entre la incertidumbre poselectoral.

En contra de lo informado y después de grandes reportajes sobre la opulencia de la residencia canaria que al parecer gusta tanto a los presidentes socialistas, el jefe del Gobierno en funciones se ha presentado en Marruecos. Que se haya costeado los gastos no parece haber calmado a esa prensa, que ha virado de criticar su supuesto plan de Lanzarote a denostar el de Marraquech. Ni tampoco al PP, que no ha tardado en considerarlo “una provocación que responde a su soberbia”. Un viaje en patinete o autoestop tampoco les habría calmado.

Desde la noche electoral del 23-J, los cabezazos que parece dar la derecha a diestra y siniestra solo muestran lo corta que se ha puesto la soga. Atrapados entre la derogación del sanchismo con argumentos pueriles y la mano tendida al sanchismo desde la desesperación, el espectáculo está en sus filas.

“Para el PP y para Vox yo tendría que ir en autostop”, dijo Sánchez en la misma entrevista a Ana Rosa Quintana. Posiblemente, ni eso.

Suscríbete para seguir leyendo

Lee sin límites
_

Sobre la firma

Berna González Harbour
Presenta ¿Qué estás leyendo?, el podcast de libros de EL PAÍS. Escribe en Cultura y en Babelia. Es columnista en Opinión y analista de ‘Hoy por Hoy’. Ha sido enviada en zonas en conflicto, corresponsal en Moscú y subdirectora en varias áreas. Premio Dashiell Hammett por 'El sueño de la razón', su último libro es ‘Goya en el país de los garrotazos’.

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_