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editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Precaria unidad de la izquierda andaluza

La coalición de seis partidos alcanzada por los pelos para las elecciones andaluzas señala el duro camino que le espera a Yolanda Díaz

Representantes de IU, Podemos y Más País Andalucía, junto a la vicepresidenta Yolanda Díaz (en el centro, de rojo), en la Feria de Sevilla.
Representantes de IU, Podemos y Más País Andalucía, junto a la vicepresidenta Yolanda Díaz (en el centro, de rojo), en la Feria de Sevilla.TWITTER TONI VALERO (Europa Press)
El País

El primer experimento de unión de la izquierda a la izquierda socialista bajo el liderazgo de Yolanda Díaz ha empezado con mal pie. El pacto alcanzado por Podemos, Izquierda Unida, Más País, Equo, Alianza Verde e Iniciativa del Pueblo Andaluz para concurrir a los comicios andaluces del 19 de junio deja el agrio regusto a precariedad que tiene cualquier acuerdo al que se llega en el penúltimo minuto y sin debate de ideas ni programa que justifique semejante demora. Hoy, el acuerdo formal de coalición electoral pende de los recursos que los socios planteen ante la Junta Electoral Central después de la denegación que formuló la Junta Electoral Andaluza porque, increíblemente, la documentación de Podemos llegó fuera de plazo (más allá de la medianoche del viernes) después de varios meses de negociaciones. El forcejeo en el intercambio de cromos entre Podemos, por un lado, y de IU y Más País, de otro, por los puestos de poder parece reproducir el peor vicio del que la nueva izquierda acusó a la vieja política: reducir las discrepancias al mero reparto de cargos, incluidos silencios interminables en las redes sociales y omisión de contrapropuestas hasta minutos antes del fin de los plazos administrativos.

Un “frente amplio de izquierdas” no es un programa, pero sí puede ser un objetivo. A favor de él hay razones de peso, y la primera es el hecho de que un menguante espacio político a la izquierda del PSOE, con unos umbrales electorales de en torno al 7%, puede estar en mejores condiciones objetivas para sortear la barrera del sistema electoral. Esta izquierda es hoy más pequeña y eso hace más probable que el sistema electoral la perjudique. Así las cosas, la coalición —de la que la formación explícitamente anticapitalista de Teresa Rodríguez ha preferido autoexcluirse— concurrirá con una nueva marca electoral llamada Por Andalucía, que podría leerse como una victoria del sector próximo a Izquierda Unida, a Yolanda Díaz y a Más País, al haber evitado concurrir bajo la marca Podemos y al haberse impuesto la candidata de IU a la presidencia de la Junta por ser, de todas las del acuerdo, la formación con mayor fuerza institucional en la comunidad.

Las agónicas negociaciones y la chapuza administrativa final muestran una vez más a un Podemos con evidentes dificultades no solo para consolidar su implantación territorial —mucho más débil en Andalucía que la de IU—, sino para llegar a acuerdos con las confluencias y otros grupos de izquierda locales. La lucha por los cargos y las asignaciones de presupuesto está lejos de resultar una bandera estimulante bajo la que lanzarse a una campaña electoral. Yolanda Díaz dispone hoy de un papel verdaderamente influyente dentro del Gobierno, y en ella prevalece una concepción de la política con rasgos de la tradición democrática del partido comunista español, su carácter pragmático, su visión de partido y el talante de su militancia. Sin embargo, esa cultura política incluye también la necesidad de articular y difundir un programa con señas de identidad, prioridades, objetivos y alianzas potenciales. El proyecto que pretende pilotar Díaz —del que aún no se conoce prácticamente nada— tendrá que ser algo más que una sopa de siglas e integrar unos ejes programáticos para convertirse en una candidatura con potencial de crecimiento. La guerra en Ucrania aplazó la ronda de conversaciones con los distintos sectores sociales a quienes quiere escuchar Yolanda Díaz. El laboratorio andaluz no emite hoy las mejores señales para sus planes. Aunque se haya logrado el objetivo técnico de concurrir a unas elecciones en coalición, no ha logrado convocar la ilusión y la convicción que impulsa a los proyectos seguros de sus fuerzas y sus posibilidades.

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