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Columna
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Preparando la siguiente campaña

Al campo no se le pueden poner puertas, pero a los partidos, sí. Y sus campañas no pueden ser una barra libre de publicidad engañosa

Los candidatos a la presidencia de la Comunidad de Madrid posan antes del debate que celebraron en televisión durante la campaña.
Los candidatos a la presidencia de la Comunidad de Madrid posan antes del debate que celebraron en televisión durante la campaña.Jesús Hellín (Europa Press)
Pepa Bueno
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La campaña, entre el odio y el mal

¿Sobre qué debemos reflexionar hoy? Para empezar, hoy no habrá mítines y los candidatos tienen prohibido pedir el voto, pero las redes sociales siguen acumulando memes, bulos, mentiras o medias verdades. No hace falta pedir el voto expresamente para seguir haciendo la campaña más efectiva que consiste en enviar a cada cual la ración de miedo y odio que le confirma que solo él y los suyos están en lo cierto. Algo que ignora la Ley Electoral española que mantiene en vigor, sin embargo, reglas totalmente fuera de época. En virtud de esa ley, desde hace cinco días no se pueden publicar encuestas. Se trata de proteger a los electores de no se sabe qué, mientras partidos y empresas disponen de los trackings que las encuestadoras continúan haciendo y que podrían publicar en Andorra y difundirlas por internet. El camino más directo para recuperar la confianza en la política es que haga su trabajo sin dilaciones, adaptando las leyes a las nuevas realidades.

Carmela Ríos y Marcelino Madrigal, expertos en rastrear los contenidos electorales en las redes, me contaban hace unos días que ya está en marcha la siguiente campaña desquiciada; que anticipando los resultados de esta en la que todavía tenemos que votar, se perfilan ya los nuevos enemigos a batir a base de empezar a desprestigiar objetivos personales concretos. En dos años volvemos a tener elecciones en Madrid; las andaluzas, salvo sorpresa, tocan en el 22 y en el horizonte siempre están las elecciones generales. La llave del Boletín Oficial del Estado.

Y lo que está en juego es certificar si, aquí y ahora, funciona el método de trascender el objeto concreto de la consulta y convertirlo todo en un barrizal de fake news, desafueros, emoción y apelaciones personales. Todas las campañas son estruendosas y las hemos tenido perversas con la participación de prácticamente todos los partidos, pero convendrán conmigo en que nada es comparable al nivel y la metodología de la que estamos cerrando en Madrid. Como nunca antes fue posible disponer de tantos canales para difundirlas, unos evidentes y otros no.

Al campo no se le pueden poner puertas, pero a los partidos, sí. Y sus campañas no pueden ser una barra libre de publicidad engañosa. Ni los debates una obligación que se puedan permitir ignorar. Fíjense cuánto territorio inexplorado para una nueva LOREG. @PepaBueno

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