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ELECCIONES MÉXICO
Opinión
Texto en el que el autor aboga por ideas y saca conclusiones basadas en su interpretación de hechos y datos

La lucha por ser la bisagra

AMLO y Dante Delgado con alianza de facto intentarán apuntarse una victoria que les daría un particular sentido de revancha al convertirse en artífices de la anulación del PRI

Dante Delgado, dirigente nacional de Movimiento Ciudadano
Dante Delgado, en evento de Movimiento Ciudadano, en diciembre de 2023.Cuartoscuro
Salvador Camarena

Si se descuenta a los partidos rémoras de Morena, y dado que no son escasas las posibilidades de que Acción Nacional retenga las dos de sus cuatro entidades que estarán en juego el 2 de junio, la pugna que ha comenzado a calentarse es la del PRI y Movimiento Ciudadano por el tercer lugar.

Ya no cabe duda: la renuncia de Samuel García a la candidatura de MC anuló de golpe cualquier posibilidad de que ese partido representara una amenaza a las otras candidatas. El gobernador se llevó consigo la única oportunidad que los naranjas tenían de soñar con algo grande, así fuera el segundo lugar.

En muy pocas semanas, el sustituto de García tropezó en dos ocasiones; lo que sumado al pésimo manejo de las crisis por sendos videos que destilan frivolidad sobra para descontar cualquier futuro que no sea marginal a la candidatura de Jorge Álvarez Máynez.

Y ha sido precisamente la respuesta del candidato y su pandilla regiomontana a la segunda crisis, la que da la clave de lo que se perfila como una batalla cuerpo a cuerpo entre naranjas y priistas para conseguir en las urnas los votos que los lleven a ser el interlocutor de Morena tras la elección.

MC y PRI tienen hoy cada uno dos gubernaturas y bancadas federales que son como la bolsa de valores, suben y bajan a la menor provocación. El primero se juega además Jalisco, y no es poco decir más allá de la importancia intrínseca de ese estado, pues ocurren ahí circunstancias muy particulares.

Los tricolores por su parte van de aliados con el PAN en Yucatán y Guanajuato, las entidades donde los azules tratarán de no sucumbir ante la ola Morena, que llega potente como marca a la antesala de las campañas. Pero lo cierto es que el PRI no tiene una gubernatura propia qué defender.

Y es muy prematuro hablar de que podrían arrebatarle junto con el PAN alguna entidad a Morena, sea Morelos, Veracruz o la mismísima Ciudad de México. Fuera de eso, son muy remotas sus chances en Chiapas, Tabasco e incluso Puebla.

Despejemos la variable Jalisco antes de pasar de lleno a hablar del choque PRI-MC por el tercer lugar nacional.

En la tierra del gobernador Enrique Alfaro se tiene la particularidad de que la elección se comenzó a enredar para quienes hoy están en la Casa Jalisco por el desastroso manejo de Dante Delgado en la selección de candidato presidencial de Movimiento Ciudadano.

Cuando se retire a partir de junio, Delgado debería explicar qué fue lo que llevó a no sumar al grupo que en la elección de 2021, y salvo la gubernatura que ganó Samuel García en Nuevo León, dio a su organización buenos y significativos triunfos.

Dicho de otra manera, Alfaro le entregó a Dante muy buenas cuentas en las intermedias, consolidando el poder en las alcaldías de la zona metropolitana tapatía, y enviando candidatos de forma directa a San Lázaro. Y el gobernador retuvo el control del congreso local. Dio pues lustre a la marca naranja.

Después de eso la relación entre el líder nacional y Alfaro se rompió al punto que éste no se ha retratado con el flamante candidato Máynez. Parte del descontento en Jalisco tiene que ver con el desdén del que fueron objeto, pero más con lo fallida que ha resultado la estrategia de Dante.

Los naranjas jaliscienses pelearán para retener la gubernatura con el mejor de los candidatos que tenían, lo que habla del pragmatismo de Alfaro, pero con el handicap de que el abanderado nacional de Dante nada les suma. Y lejos de ayudar, Máynez les podría restar con su errático proceder.

La más reciente encuesta de Grupo Reforma en Jalisco mostró que si bien el emecista Pablo Lemus tiene una ligera ventaja sobre la abanderada de Morena, el partido del presidente López Obrador tiene por mucho las de ganar a nivel presidencial: Xóchitl Gálvez aparece lejos de Claudia Sheinbaum.

De ocurrir las cosas como se mostraban en ese sondeo, el voto cruzado llevaría a MC a retener gubernatura, mientras que Sheinbaum se echaría a la bolsa una entidad en donde el lopezobradorismo tardó en cuajar. Ese escenario, sin embargo, incluye una pieza que nos regresa al tema del PRI.

La ventaja de Lemus sobre Claudia Delgadillo es, según Reforma, de solo 8 puntos, porcentaje que tiene la candidata del PRIAN Laura Haro. Al calentarse la contienda podría darse un trasvase de esos votantes prianistas que viendo que la tercera opción no es competitiva cambiarían de alternativa.

¿Los priistas de Jalisco se irán a Morena y los panistas algunos a MC y otros a ningún lado? Es demasiado temprano para tener indicios de lo que sucedería si hay voto útil, pero no para tomar en cuenta que si contra alguien han ido los naranjas nacionales en su propaganda, es contra el PRI.

De forma que como ya lo mostraron esta semana con sobrada enjundia, MC seguirá su estrategia de desfondar al PRI, esa que tiene como primer beneficiado, desde luego, a Morena.

Pegarle al PRI es pegarle a Xóchitl, lo que complica su eventual despegue. Pegarle al PRI es dañar al aliado del PAN en estados donde éste se juega bastiones. Pegarle al PRI es hacer que los militantes de éste partido cavilen si no conviene más irse con su primos morenos.

Los ganones de esa ruidosa campaña de MC contra los tricolores son las y los candidatos de Morena. No necesariamente sus propios candidatos, salvo por supuesto en enclaves como Nuevo León, donde Samuel necesita arrebatarle al PRIAN el Congreso y retener la capital.

De ahí que no sorprenda que en la nueva polémica francachela de la pandilla García, estos hayan enderezado “desafíos” a Manlio Fabio Beltrones, una de las figuras más prototípicas a nivel nacional y el único expresidente del PRI que puede presumir Alito Moreno como aliado.

Si la publicación de ese video fue o no un accidente, como alega Máynez, poco importa. Porque surgida la polémica de esta nueva demostración machirrina, sus protagonistas decidieron llevar el ruido de la misma al terreno que les interesa: denostar al PRI, decirse víctimas de una filtración priista.

Y parte de esa embestida se da gracias a investigaciones federales en contra de Francisco Cienfuegos, una de las bestias negras de Samuel en Nuevo León, operador de Xóchitl en esa entidad y suplente de Beltrones al Senado. Con esas publicaciones se dio la nueva carga de MC vs PRI.

Movimiento Ciudadano ya no aspira a la presidencia de la República. Su abanderado se la pasa en eventos deportivos y sobremesas en lugar de intentar una alianza con Alfaro que rescate algo que convenga a ambos. Por cierto, su única visita estas semanas a Jalisco se dio casi de forma clandestina.

Así que muerta la posibilidad de ser relevantes en la elección de titular de Ejecutivo federal, los naranjas se muestran dispuestos a una batalla encarnizada por lograr constituirse en la tercera fuerza política a costillas del PRI.

Los priistas, cabe decirlo, estarán bajo fuego cruzado. El sistema ha decidido usar al PVEM de caballo de Troya para que tránsfugas tricolores desembarquen en entidades donde el PRI aún tiene fuerza de forma que la base del otrora partidazo se divida entre viejos y actuales operadores.

Eso sumado a “casualidades” como que justo ahora se revivan, activen o conozcan pesquisas sobre figuras priistas de Nuevo León como Cienfuegos. O la nueva temporada sobre el mismísimo Luis Donaldo Colosio, de cuya muerte en el imaginario colectivo siempre se sospechó del viejo régimen.

El PRI tratará de resistir no solo por natural instinto de supervivencia, sino porque un escenario donde Morena no arrase le presentaría una de esas oportunidades que tanto aprovechó en las presidencias panistas, cuando a pesar de la derrota capitalizaron el momento como fieles de la balanza.

Con todo en contra, el viejo partido que tanto marcó a México enfrentará, no sobra decirlo, un reto a manos de dos expriistas. AMLO y Dante Delgado con alianza de facto intentarán apuntarse una victoria que les daría un particular sentido de revancha al convertirse en artífices de la anulación del PRI.

Será una batalla con trapos sucios y golpes bajos. La ambición por ponerse a las órdenes de la ganadora en 2024 provocará una de las competencias más ruidosas de tiempos modernos. Nunca el tercer lugar fue tan codiciado.

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