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ELECCIONES EN MÉXICO
Columna
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Cómo el PRI-PAN se derrotó solito

Proponían ganar el 2024 activando el voto útil contra Morena, pero sacaron de la contienda a quienes más podían activar ese voto

Alejandro 'Alito' Moreno y Xóchitl Gálvez
Alejandro Moreno habla a Xóchitl Gálvez, el 17 de octubre en Ciudad de México.Mario Jasso (Cuartoscuro)
Viri Ríos

El PRI-PAN se ha cansado de repetir que Movimiento Ciudadano (MC) no se alió con ellos porque era un esquirol: un partido cuya única intención consistía en quitarle votos al PRI-PAN para apalancar la victoria de Morena. Repitieron esta historia hasta creérsela y convertirla en una verdad incontrovertida.

Hoy quiero retar esta historia porque me parece una aberrante mentira, un peligro para nuestra democracia y un ejemplo de los errores que han llevado al PRI-PAN a construir su propia derrota.

Remitámonos a las pruebas.

Es mentira que MC sea un esquirol. De hecho, el partido opositor que más ha facilitado el avance la de la agenda de Morena no ha sido MC, sino el PRI. El PRI es el verdadero esquirol. Fue el PRI el que votó por que se ampliara el catálogo de delitos de prisión preventiva oficiosa. Fue el PRI el que permitió mantener al Ejército en las calles hasta 2028. Fue el PRI el que permitió la selección de David Colmenares como auditor federal.

Una tras otra, las mayores victorias legislativas de Morena se han dado de la mano del PRI, no de MC. Fue el PRI quien se alió con Morena para argumentar que el Congreso no tenía facultades para sancionar los actos anticipados de campaña en la Ciudad de México. Fue el PRI el que votó en favor de que el FOVISSTE se cobre a la mala. Fue el PRI el que permitió que se aprobara una reforma que redujo las sanciones a las violaciones de la ley electoral. En todas estas votaciones, MC votó en contra o se abstuvo.

Las únicas dos “evidencias” que usa el PRI-PAN para argumentar que MC es un esquirol es decir que MC (i) no se alió con el PRI-PAN para la elección del 2024 y (ii) que MC no critica a López Obrador. Ambas evidencias caen por su propio peso.

En realidad, si MC no se alió con el PRI-PAN es por una razón más sencilla: MC quiere ganar y sabe que es imposible hacerlo con la etiqueta del PRI en la coalición opositora. El PRI es el partido más odiado de México. El 66% de los mexicanos tienen mala opinión del PRI y el 52% dicen que jamás votarían por él. Competir de la mano del PRI es cavar tu propia tumba.

Una lógica similar aplica con respecto a criticar a López Obrador. MC no desea criticar a López Obrador, no porque quiere que gane Morena, sino porque quiere que MC amplíe sus posibilidades de ganar. MC sabe que centrar la campaña en atacar al presidente es un despropósito porque para la mayoría de los mexicanos López Obrador ha sido un buen presidente.

Sabiendo lo anterior, MC decidió diseñar una mejor estrategia: competir bajo la bandera de ser un “partido nuevo” de “gente nueva”, que no representa a la vieja política que Obrador derrotó en 2018.

La estrategia de MC era mucho más inteligente que la del PRI-PAN pues se basaba en un hecho incontrovertible: que actualmente, guste o no, Morena es el partido más querido de México con aprobación del 75%. Ante ello, el camino de la oposición no debía ser polarizar en contra de Morena de Obrador sino crear un nuevo monstruo a derrotar. El monstruo, para MC, era la clase política en abstracto. La vieja política.

No tengo duda de que la estrategia de MC hubiera sido más efectiva en las urnas que la del PRI-PAN porque existe una gran verdad que supera a López Obrador. Aunque el presidente es muy popular, en México, todavía el 59% de la población piensa que la clase política solo gobierna en su propio beneficio. La estrategia de MC era ignorar la popularidad de López Obrador y Morena, y galvanizar el sentimiento anti-clase política.

Si al PRI-PAN de verdad le interesara derrotar a López Obrador, la mejor estrategia habría sido permitir que MC compitiera con su mejor candidato posible, en este caso Samuel García, y si éste realmente resultaba una mejor apuesta que Xóchitl Gálvez, capitular en favor de él. Ello habría permitido, con cierta probabilidad, forjar una victoria opositora en 2024.

Si no fue así es porque la cantaleta del voto útil en contra de Morena es una mentira. Al PRI-PAN no le importa derrotar a Morena, le importa más ganar él.

Así, el PRI-PAN prefiere esparcir la historia de que MC es un esquirol, antes que enfrentar la dura verdad de que su estrategia electoral es un fracaso. La realidad es que nadie, salvo contadas voces del PRI-PAN, creen que derrotar a Morena sea tan apremiante, tan urgente, que se deba votar por el PRI. De hecho, solo el 9% de la población dice que votaría por cualquier partido con tal de derrotar a Morena.

El PRI-PAN también se ha inventado la historia de que MC solo le quita votos al PRI-PAN. En realidad, lo que han mostrado los datos de las elecciones más recientes es que MC suele movilizar al electorado abstencionistas y quitarle más votos a Morena que al PRI-PAN. Por ejemplo, a nivel federal, en el breve tiempo en que Samuel García fue candidato, MC aumentó en 6 puntos porcentuales su intención de voto efectiva, al tiempo en que Morena perdió 4 puntos y el PRI-PAN solo dos. En Sonora, el voto de MC provenía 58% de Morena y 42% del PRI-PAN. En el Estado de México solo una cuarta parte del voto de MC provenía del PRI-PAN.

Como ciudadana lamento que se haya impedido el crecimiento de una tercera fuerza política en 2024. Las democracias polarizadas suelen romperse con mayor probabilidad que las que no lo son. La campaña de MC habría despolarizado la discusión y llevado a mejor puerto a la democracia mexicana. MC todavía tendrá empuje, pero sin duda, tendrá menos del que habría tenido con Samuel García al frente.

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