Xóchitl y Alexa sobre IA

Alexa, porfa, primero que nada vuelve el calendario seis meses atrás. Luego, cuando ya sea julio, pon en la agenda marcarle urgente a Beatriz, necesito una cita con ella para que me diga cómo es el PRI, y cómo me hago de él. Y cómo la sumo a ella todo el tiempo a la campaña. No la debo dejar suelta.

También por esas fechas cita con Santiago, para que en buena onda entienda que esto no es lo suyo, que necesito a alguien que haya ganado y perdido decenas de campañas, a alguien chingón en el territorio, a alguien que sepa de movilización y de enardecer a la masa, no a quien ignora de esas fatigas.

Ya sé, ya sé Alexa, pero no: si Zambrano tuviera diez años menos, sí; si Alito no trajera tantos fierros en la lumbre, igual. Pero ni uno ni otro pueden ser el jefe de la campaña, sobre todo si Creel no da el paso al lado, pero ese primero muerto que dejar el protagonismo.

Recuérdame, Alexa, cada mañana antes de salir, que hace seis meses gané impulso haciendo exactamente lo que nadie esperaba: encadenándome en el Senado, apersonándome en Palacio con mi amparo en mano, sacando videos con inteligencia artificial sin andar explicando qué es eso. Nota mental: recuperar-me.

Ahora todo es al revés. Hoy quieren que la nota sea que tengo vocera en inteligencia artificial, y no como antes, que la gente comentaba que qué padres mis videos, que si era o no era yo, y hasta polémica armaban, que si me creía muy pocahontas, que si me blanqueaba, que borraba lo indígena.

Tú tienes parte de la culpa, Alexa, si ya sabes cómo soy pa qué me dejas andar de un lado a otro dando explicaciones y pretextos. Ni yo creo en eso de que solo voy atrás por los millones y millones de la de enfrente, que si todas, todas las encuestas son cuchareadas... Cambio y fuera con eso, Alexa.

Apunta Alexa: si surgen dudas de mi tesis, debo decir: “que la UNAM determine y yo me atendré a eso”, nada de me apendejeé; y si me friegan con lo de mi casa, “ladran Sancho, señal que cabalgamos”, o como se diga; si AMLO vuelve a la carga, plis no me dejes poner una queja en el INE, para ¡qué callarlo si era parte de lo que me daba alas!

Alexa tú que tienes memoria prodigiosa y todo registras, hasta lo que no debes, hazme repetir cada día: la gente busca quién pueda, quién no se raje, quién contagie, pero sobre todo quién muestre que disfruta esa odisea; no una santa, no una perfecta, no a alguien medrosa, pasmada o prefabricada.

Claro, pero también, a ver si en mis contactos encontramos a alguien para entrenar sobre cuándo reír y cuándo no, cuándo no volver a contar la historia de la gelatina y cuándo correr a los que me proponen semanas y semanas de cansinos spots de mi azarosa juventud. No vaya a provocar lo increíble: que alucinen mi historia cuando era lo primero que gustaba.

P-R-E-S-I-D-E-N-C-I-A-L. Alexa. Pre-si-den-cial. Quieren que sea la misma, pero también que demuestre tamaños no solo para la campaña sino para mandar, para inspirar respeto, para encabezar a MÉXICO en mayúsculas. Que en las entrevistas se me crea, por la forma y el fondo, que ya gané ese derecho.

Bueno Alexa, vamos a presentar a Xóchitl en inteligencia artificial. No está ni bien ni mal. Todo suma, pero anota en mi agenda: más inteligencia natural y menos dizque electoral. Ya.

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