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DÍA DE LA MUJER
Columna
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Por esto marchamos

Tomamos las calles porque no es normal lo difícil que es ser mujer en México

8M: Día de la mujer
Mujeres marchan en Ciudad de México el 8 de marzo de 2022.MARIA JULIA CASTAÑEDA
Viri Ríos

Hoy tomamos las calles porque las mujeres somos mayoría, pero tenemos menos derechos. Las mujeres representamos el 52% de la población mexicana, pero tenemos sueldos más bajos, un Estado que no atiende nuestras necesidades básicas y menor representatividad en puestos de mando. A las mujeres en México nos matan con la más burda de las impunidades.

Tomamos las calles porque cada dos horas una mujer es asesinada, casi siempre por un hombre. Y porque la mitad de los feminicidas nunca enfrentan sentencia condenatoria. En algunos estados, como Oaxaca y Tlaxcala, el 100% de los feminicidios quedan impunes.

Tomamos las calles porque somos más pobres a pesar de que trabajamos más. En México hay 10% más mujeres en situación de pobreza por ingresos, que hombres en la misma situación. Sin embargo, las mujeres laboramos 12% más horas al mes que los hombres.

Tomamos las calles porque nuestras leyes e instituciones están plagadas de sesgos sistémicos en contra de nosotras. Ahí está el Código Civil Federal que restringe el matrimonio para las mujeres después del divorcio, pero no para los hombres. O también el Inegi que, en su Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, ha decidido solo reportar los efectos de la maternidad en el trabajo, y no los de la paternidad, porque asume, y da por bueno, el que los hombres no saben, ni tengan por qué saber si son padres.

Tomamos las calles porque los hombres no entienden que no entienden. En México, el 93% de los hombres creen que el país es violento para las mujeres y lo lamentan. Sin embargo, a la par, el 29% considera que no es violento pegarle a su pareja si le es infiel y el 23% cree que si la violencia sucede es porque nosotras nos dejamos.

Tomamos las calles porque la iniciativa privada es machista. La probabilidad de ser directivo en una empresa mexicana es 17 veces superior para los hombres, por el simple hecho de serlo.

Tomamos las calles porque ser madre es incompatible con ser profesionista, para la gran mayoría de nosotras. Cuando una mujer menor de 30 años tiene un bebé, el 52% dejará de trabajar para dedicarle 50 horas semanales al trabajo doméstico. La situación lleva a tal pérdida de talento que la OCDE considera que la baja participación laboral de la mujer es uno de los principales inhibidores al crecimiento económico de México.

Tomamos las calles porque el Estado no ha creado instituciones que cuiden niños y ancianos, y en vez de ello, por ahorrarse unos centavos, ha dejado que lo hagamos nosotras. Las labores domésticas que realizamos las mujeres sin paga equivalen a 20 puntos del PIB, esto es más que la totalidad del comercio al por mayor y al por menor de toda la economía mexicana. Debido a esta responsabilidad no podemos trabajar por un sueldo. Así, mientras que el 76% de los hombres trabajan por un sueldo, solo el 46% de las mujeres lo hacen.

Tomamos las calles porque cuando las mujeres podemos trabajar por un sueldo, nos pagan menos y nos dan menos prestaciones. El 40% de las mujeres trabajamos por sueldos que no alcanza ni para alimentar a la familia (entre hombres es 36%). Además, tenemos empleos informales con mucha mayor frecuencia (55% vs 48%). De hecho, por cada 100 trabajadores hombres afiliados al IMSS, solo hay 65 mujeres.

Tomamos las calles porque a pesar de que el 50% del Congreso son mujeres, el presupuesto federal para el sistema de cuidados ha caído en un 33% desde 2016 de acuerdo con cálculos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria. Estamos en la calle porque el Congreso, año con año, aprueba un presupuesto que legalmente debería usarse para promover la igualdad de género, pero que en realidad se usa, en un 64%, para cubrir los programas insignia del Gobierno de López Obrador como la pensión para adultos mayores, las becas Benito Juárez y de posgrado, y los apoyos de sembrando vida.

Tomamos las calles porque López Obrador dice que el mejor sistema de bienestar para México es “la familia” y con ello demuestra que no entiende nada. Lo que el presidente llama “la familia”, en el 70% de los casos es una mujer cuidando de sus enfermos porque no hay quien lo haga. Por eso, en México, las salas de espera de los hospitales están llenas de mujeres. Son ellas las que aguardan, las que llevan los alimentos, las ropas, las que duermen en los pasillos. Las mujeres son también las únicas que están presenten en las visitas familiares de las prisiones.

Tomamos las calles porque las mujeres cuidan a todos, pero nadie las cuida a ellas. La cantidad de mujeres que alcanzan a tener una pensión al final de su vida laboral es una tercera parte con respecto a la cantidad de hombres. Es común que las mujeres no coticen suficiente tiempo en sus trabajos y por ello, terminen dependiendo económicamente de sus familiares al final de su vida.

Tomamos las calles porque, aunque el gabinete de López Obrador es casi paritario, los hombres ganan 9% más que las mujeres en los puestos de mando en la Administración pública federal. Según un estudio del Instituto Mexicano para la Competitividad, esto se debe a que dentro de la escala de mando, las mujeres tienden a ocupar los puestos más bajos. De hecho, solo el 28% de los subsecretarios son mujeres, mientras que el 50% de las jefaturas de departamento, el puesto de mando más bajo de la administración pública, las ocupan mujeres.

Pero sobre todo, tomamos las calles porque tenemos la certeza de que es posible cambiar a este país, y de que es posible hacerlo hoy. La marcha es un rugir de las mujeres que comprendemos que no es normal que ser mujer sea tan difícil en México.

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