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Los movimientos para crear un bloque unitario contra Morena dividen aún más a la oposición

La oferta del presidente del PRI de apartarse a cambio de la declinación de Máynez en favor de Gálvez vence el domingo. El emecista responde con otro órdago que escenifica las diferencias internas y la premura a las puertas de la elección

Declinación de Máynez por Xóchitl Gálvez
Jorge Álvarez Máynez, Luis Donaldo Colosio Riojas y Alejandro Moreno Cárdenas.EL PAÍS
Carmen Morán Breña

Como en una comedia de enredo se han sucedido las últimas horas en la campaña electoral mexicana. Primero salió al escenario Luis Donaldo Colosio para sugerir que el tercer candidato en liza, es decir, su compañero Jorge Álvarez Máynez, podría declinar en favor de la segunda, Xóchitl Gálvez; remató la jugada el líder del PRI, Alito Moreno, convocando una rueda de prensa importante: en atención a las condiciones impuestas por Máynez, ofreció su dirigencia en el partido y su candidatura al Senado si este declinaba antes del último debate. Máynez respondió raudo: “¿Y tu nieve, de qué la quieres?”. Cerró el bucle Colosio: “Aún falta el tercer debate, démonos la oportunidad…”. Los tres se han envuelto en la bandera para decir que sus decisiones vienen impulsadas por el bien superior de México. Una retórica habitual que esconde el movimiento desesperado de quienes ven que se les acaba el tiempo. Gálvez sigue a más de 20 puntos de la puntera, Claudia Sheinbaum, y más lejos todavía se sitúa Máynez a menos de tres semanas para las elecciones.

La últimos movimientos de la escena política mexicana apuntan a una pugna entre dos bloques: el gobernante y el opositor, sin cabida para un tercero, pero ese candidato existe y se llama Jorge Álvarez Máynez, representante de Movimiento Ciudadano, sobre el que están lloviendo las presiones de propios y ajenos para que se baje de la contienda. El líder del PRI, fajado en mil batallas, ha sacado la calculadora: si se unen todos contra Morena, el partido oficialista, asegura que podrían derrotarle: 21 millones de votos frente a 23, según sus cuentas. Pero no es eso lo que dicen las encuestas, que dan a la candidata morenista Claudia Sheinbaum una diferencia más que suficiente. “¿Para qué las encuestas si tenemos los resultados de las elecciones pasadas?”, dijo Moreno este martes en una reunión con corresponsales internacionales refiriéndose al mordisco que dio la oposición en el parlamento. “Solo hay dos proyectos de país, dos bloques y hay que llegar al debate del domingo en esos dos bloques bien consolidados”. Y empezó la cuenta atrás: su oferta de pasar a un segundo plano en la política, “como un soldado más”, se autodestruirá antes del domingo.

Pero el bloque compacto del que habla Alito no es tal, lo suyo ha sido de nuevo una escapada ciclista en solitario. No ha habido por parte de la coalición opositora una negociación conjunta con Movimiento Ciudadano, que se conozca. Cuando Máynez lanzó su órdago días atrás no solo pidió al priista que se alejara de sus funciones y su candidatura al Senado, también se lo exigió al jefe del PAN, Marko Cortés, que hasta ahora no ha dicho esta boca es mía. “Cada uno tiene que tomar su decisión”, zanjó Alito. Cabe preguntarse, entonces, qué espera Moreno de esta jugada. Preguntado por la posibilidad de que ya sea tarde para que Movimiento Ciudadano dé el paso atrás que se le pide, el líder del tricolor aseguró que no tiene por qué retirar el nombre de Máynez de la boleta electoral, sino prestar toda su fuerza y su campaña publicitaria a favor de Xóchitl Gálvez y, después, “dedicarse al Congreso”. El Congreso, es decir, los asientos que consigan unos y otros en las Cámaras, será sin duda una de las claves de estas elecciones ante el final del mandato de López Obrador y una oportunidad de jugar con los apoyos. La salida de Moreno, que ha sumido en un espeso silencio a sus aliados, ha colocado el foco en el propio PRI, pero también en Movimiento Ciudadano.

El priista tampoco ha hablado con Colosio, asegura, a quien le pide que se explique “con claridad”, porque el emecista dejó en el aire en un primer momento quién debía declinar en pro de la unidad, si su compañero Máynez o la candidata Gálvez. Este martes se lo pidió a los dos, al que primero levante la mano, y todos sabrán, añadió, “reconocer la madurez política y el sentido de la responsabilidad” de quien se inmole. Pero Colosio también pidió tiempo al árbitro en que se ha convertido Alito Moreno por unas horas: “Aún falta el tercer debate presidencial, démonos la oportunidad de terminar de escuchar las propuestas, contrastemos, tomemos la mejor decisión”. Moreno no va a esperar. “A Movimiento Ciudadano le digo: no habrá un 2030 sin antes pasar por 2024 y México no aguantará seis años más de tragedia. ¿De qué lado están?”.

Para más enredo, Máynez no solo ha rechazado la oferta del PRI, sino que ha ampliado sus exigencias: ahora no se conforma con que Moreno se aparte, quiere que su lugar lo ocupe Beatriz Paredes, para negociar con ella, eventualmente, después del último debate. Paredes compitió con Xóchitl Gálvez para la candidatura y fue descabalgada por su propio partido antes de que finalizaran las consultas previstas en aquel proceso. Quizá ya no tiene ganas de jugar más, ni en su equipo ni en el de enfrente. A Moreno, la respuesta que ha dado Máynez a su “propuesta seria” le resulta “patética”. “Esto no es una borrachera viendo el fútbol desde el palco”, le ha recriminado.

Mucho más templada se ha manifestado la candidata del bloque opositor: “Creo que es el momento de pensar todos lo que queremos, que México camine hacia otro lugar, sentarnos, tranquilizarnos, no descalificarnos y ver si podemos construir un gran acuerdo”, ha dicho Gálvez, quien ha guardado un día y medio de prudente silencio desde que Colosio destapó la caja de las declinaciones en su propia trinchera. Gálvez ha valorado el paso dado por Moreno como un “gesto de altura política”, lo que deja la pelota en el tejado de Marko Cortés, que aún no ha declarado nada al respecto. Gálvez solo ha mencionado la posibilidad de “un gran acuerdo”.

Mirando la polémica que más que unir parece dividir a la oposición, la morenista Claudia Sheinbaum, victoriosa en las encuestas, interpreta que este fenomenal enredo solo significa que los “del otro lado ya reconocieron su derrota, ya se andan peleando por quién renuncia por quién”.

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Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.
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