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La foto del mito: Cárdenas presta a Sheinbaum su capital político

El padre de la izquierda mexicana avala a la candidata morenista como mejor opción para gobernar México y la acerca a una clase media con la que López Obrador ha tenido encontronazos

Claudia Sheinbaum y Cuauhtémoc Cárdenas
Claudia Sheinbaum y Cuauhtémoc Cárdenas durante la presentación de la candidata del proyecto República Soberana y con Energía, el 18 de marzo.Daniel Augusto (Cuartoscuro)
Carmen Morán Breña

La foto de la candidata Claudia Sheinbaum junto a Cuauhtémoc Cárdenas nada menos que el día en que se conmemora la expropiación petrolera, todo un símbolo para México, y más para la izquierda, puede calificarse, en plena campaña, de golazo. El Ingeniero, así, en mayúsculas, como le llaman en este país, es un símbolo de la democracia, de la mesura política, el diálogo, la paz social y… el nacionalismo, un cóctel envidiable para cualquier aspirante a la presidencia. Sheinbaum lo andaba buscando para su equipo y si bien no pudo contar con su presencia el día que anunció a quienes la acompañarían en este trayecto hacia las urnas del 2 de junio, Cárdenas dejó claro este lunes el apoyo a la candidata en sus planes energéticos. ¿Solo eso? “Por lo pronto”, contestó, serio como siempre es. Hay otra clave política sustantiva en este gesto: Cárdenas no asistió el año pasado al gran acto convocado en el Zócalo por el presidente López Obrador, de quien estaba distanciado, aunque su templanza no dio lugar a mayores controversias.

Al acto del lunes en el monumento a la Revolución, donde está enterrado el general Lázaro Cárdenas, uno de los presidentes más admirados de México, no solo asistió como invitada y oradora principal Sheinbaum, también estuvo la candidata morenista a la gubernatura de la ciudad, Clara Brugada, y algunas personas del equipo de la primera, entre ellas el expanista Javier Corral, quien ha ejercido en los meses pasados de puente para lograr esa foto. La familia del Tata Cárdenas arropó a la candidata a la presidencia y con ella a todo un proyecto político para el próximo sexenio. ¿Es la mejor opción en estas elecciones?, le preguntaron al ingeniero: “Yo así lo veo”, dijo lacónico. ¿Qué consejo le daría? “Yo no doy consejos ni a mis hijos”. Qué hombre este.

Cuauhtémoc Cárdenas se ganó el respeto político de todo un país en 1988, cuando los mexicanos dieron por hecho que le habían robado las elecciones presidenciales frente a Salinas de Gortari, y la paz social se mantuvo a pesar de todo. Se le reconoce además como uno de los artífices del rompimiento con el partido único, el PRI, en pos de alternativas democráticas y de izquierdas que cambiaron el rumbo de México. “Por supuesto que tiene toda la admiración y el aprecio de los mexicanos, su personalidad contribuyó a que hoy estemos en el momento en que estamos, fue cauteloso, es serio y educado”, dice la consultora en género y derechos humanos Martha Tagle, antes diputada por Movimiento Ciudadano. “Siempre ha sido muy cuidadoso de ofrecer sus avales a nadie y se mide en la crítica”, añade. Opina, sin embargo, que más que atraer votos para la candidata, su gesto es sobre todo político. “Creo que trata de mandar la señal de que Sheinbaum puede representar a otra izquierda, particularmente en materia energética”, que es a lo que ha dado su espaldarazo explícito.

El gesto vale su peso en oro. Sheinbaum, necesitada de apartarse de algunas sombras que el presidente proyecta sobre el electorado, consigue con esta foto mantener la imagen de izquierda obrera y humilde que proyecta el ingeniero, pero también la de una clase media que López Obrador ha espantado en su mandato y, de paso, la distancia con el propio presidente que tantos le reclaman a la candidata. Cárdenas se sumó al colectivo por México, un foro de la sociedad civil asociado al partido Movimiento Ciudadano que buscaba nuevas recetas para reflotar políticamente el país, algo que incomodó profundamente al presidente, poco habituado a los contratiempos políticos. Le llamó conservador y lo situó de un plumazo al lado de sus adversarios. O está con el pueblo o con la oligarquía, dijo López Obrador molesto. La distancia parecía insalvable, la misma brecha que ha abierto el presidente con otros colectivos, como los jurídicos, los ambientales, el feminismo, los científicos, las organizaciones civiles, etcétera, etcétera. Cárdenas, fiel a su estilo, declaró que no se consideraba adversario del presidente y se retiró a sus cuarteles. A pesar de todo, aseguró que mantenía el mismo grado de aprecio y amistad que le tenía desde que empezaron a caminar juntos. Cuál era ese grado, no se sabe. Pero la mesura fue de nuevo el marchamo de un político que ha sabido conservar en su persona el aprecio que los mexicanos dedican a su padre, uno de los grandes mitos del México contemporáneo.

“Cárdenas tiene toda la aceptación de la vieja izquierda y esos son votos”, dice Javier Santiago Castillo, profesor de Ciencias Políticas de la UAM Iztapalapa y exconsejero del INE. “Y no hay que olvidar un elemento ideológico importante, él sigue representando en el inconsciente colectivo el nacionalismo mexicano. Hay sectores de izquierda, de derechas, pero en todos hay nacionalismo, y pueden verse reflejados en él”, explica. Tampoco descarta que algunos colectivos molestos con “el estilo rijoso y la rudeza” del presidente López Obrador vean en el ingeniero otros aires. “En política hay un adagio que dice que la forma es fondo y hay sectores que valoran las formas de Cárdenas, capaz de escuchar al adversario más recalcitrante, incluso terminar en desacuerdo, pero no en descalificaciones”, afirma.

Además de la foto, Tagle no confía en que Sheinbaum pueda capitalizar los votos que el hijo del Tata pudiera arrastrar quizá de esa clase media intelectual que los morenistas quieren conquistar de nuevo. “La admiración que podemos tener por Cárdenas quienes nos situamos a la izquierda y somos clase media no significa que compremos el discurso de Sheinbaum, porque mantenemos nuestros cuestionamientos por la regresión democrática de este sexenio y por las iniciativas del presidente, de las que ella no se ha separado. No creo que porque el ingeniero esté ahí eso vaya a cambiar”, reflexiona.

El profesor Castillo, sin embargo, opina que la presencia del ingeniero conecta con esos sectores de la izquierda ilustrada y de la clase media en general: “Hay dos tipologías de políticos, los ideológicos y los profesionales, él pertenece a la segunda, sabe negociar, dialogar, conseguir acuerdos y es importante abrir la posibilidad de diálogos”, lo que vendría a solventar, aunque solo sea una imagen, la animosidad que el presidente ha desplegado contra esas clases sociales. Aunque sostiene que Cárdenas no solo tiene diferencias, también coincidencias y no menores, con el presidente Obrador. La foto en el monumento a la Revolución es un acto “pragmático para los dos: Sheinbaum busca reconstruir la izquierda y para él se abre la oportunidad de poder vivir el futuro energético del país. Pues lo aprovecha, es legítimo”, afirma.

Cuauhtémoc, el hijo del general, representa de algún modo lo que muchos quieren ver ya en la candidata, que será distinta a un presidente que, a pesar de la enorme popularidad que aún conserva, enfila las horas más bajas, esas en la que los mexicanos dejan caer al que fue para ondear las banderas frente al que viene.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.
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