López Obrador reprocha a las clases medias su voto de castigo por el desplome del metro en un barrio obrero
El presidente ha mostrado los datos electorales para “garantizar el derecho a la información” de aquellos sitios “donde no hay internet” y ha avanzado negociaciones futuras con el PRI
La interpretación del presidente del Gobierno mexicano del batacazo sufrido por su partido en la Ciudad de México tiene una parada en lo ocurrido tras el desplome, hace un mes, de la Línea 12 del metro, que dejó entre los fierros 26 cadáveres. Opina que a muchos no les afectó y, sin embargo, han dado un voto de castigo, mientras que los humildes que sufrieron la tragedia han sabido entender que se trataba de un accidente. Así lo ha expresado: “Los más afectados, Iztapalapa, Tláhuac, gente humilde, trabajadora, buena, entienden que estas cosas desgraciadamente suceden y ahí no impacta electoralmente. Sin embargo, en las colonias de clase media y alta, ahí sí. Eso me recuerda al 2006, cuando hicimos un plantón en la Ciudad de México [para protestar por los resultados electorales oficiales] y me reclamaban en Yucatán y Tijuana, donde no les había afectado”. Además, ha avanzado una posible negociación con el PRI para futuros acuerdos en el Congreso.
El presidente ha achacado, de nuevo, la pérdida de un millón de votos en la capital “al manejo informativo perverso, tendencioso, calumnioso y tóxico”. Aquellos días de la tragedia, con la ciudad conmocionada, al presidente se le achacó en la calle que no hubiera acudido al lugar a mostrar su pésame. Lo rechazó. Esta mañana ha mostrado una nota del Wall Street Journal crítica con su gestión, a la que atribuye la pérdida de papeletas en estos comicios. “Dice que nos iba a llevar el tren, palabras más, palabras menos, quizá ya tenían la nota armada antes. Pensaban que nos iba a llevar el tren, se quedaron con las ganas”. Y ha seguido con sus ataques a los medios de comunicación.
Apenas unas horas después de que todo México conociera los resultados electorales y el nuevo equilibrio de fuerzas políticas en las instituciones, el presidente ha querido esta mañana mostrarles a sus paisanos cómo se suman los resultados. Con didáctica escolar, ha señalado que las curules conseguidas por Morena, con las de sus aliados del PT y los Verdes, alcanzan 184, o sea mayoría absoluta, suficiente para aprobar los presupuestos. Pero primero ha expuesto la victoria electoral de su partido en los territorios, donde ha logrado 11 de los 15 Estados en liza, ha dicho. No ha faltado la vis cómica: “¿Cómo se llama esa coalición, Vamos por México? ¿Cómo? Ah, ya, Va por México”. El presidente simulaba desconocer, o quizá desconocía, quiénes son los adversarios que democrática y legítimamente concurren a las elecciones.
López Obrador ha justificado este salón de clase en que se ha convertido la mañanera, en la necesidad de hacer llegar los resultados electorales a determinada población, “porque no todos los mexicanos tienen acceso a internet. Y se transmite en los medios, pero hay mucha distorsión en el manejo de la información, la mayoría inclinados al partido conservador”. “Esta conferencia la ven muchísimos mexicanos”, según dice.
Respecto a pérdida de la mayoría calificada que Morena tenía en el Congreso, el presidente ha señalado que “se puede llegar a acuerdos con una parte del PRI, no se necesitan muchos para una reforma constitucional”. Avanza así las posibles negociaciones con el partido al que minutos antes había ridiculizado con humor. “Las diferencias en una democracia se resuelven de manera pacífica. Si no tuviéramos diferencias estaríamos en una dictadura”, ha dicho. Y después ha arremetido contra ciertas personas contrarias a su proyecto que todavía el viernes, sábado y domingo electoral llamaron por teléfono con una voz que pedía no votar a Morena. “Son indecentes”. En esas llamadas se pedía no votar por un partido que se había cobrado la vida de 26 personas, en referencia a lo ocurrido en el metro.
“Reconozco que me produce un poco de orgullo que lo que sostuve durante muchísimos años es ya una realidad”, ha dicho en referencia a las fuerzas conservadoras, “que se han unido todas” contra su proyecto. Esa animadversión que le profesan, según dice, es “algo mundial”, ha señalado en referencia a las informaciones que le molestan de los medios de comunicación extranjeros.
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