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Pemex encara 2024 con deudas millonarias, sin liquidez y con un incierto proyecto de producción de gasolinas

A pesar de que el Gobierno federal ha inyectado a la petrolera más de 806.000 millones de pesos, la paraestatal debe pagar este año 11.000 millones de dólares en servicio de deuda y saldar a proveedores 298.000 millones de pesos

Una gasolinera de Petróleos Mexicanos (PEMEX) en Ciudad de México.
Una gasolinera de Petróleos Mexicanos (PEMEX) en Ciudad de México.Luis Antonio Rojas (Bloomberg)
Karina Suárez

El Gobierno de López Obrador entra a la recta final de su mandato con la consigna de seguir apoyando a Petróleos Mexicanos en el refinanciamiento de su deuda y de avanzar en el objetivo de la autosuficiencia productiva en gasolinas. Las metas no son menores si se analiza el punto de partida: Pemex sigue siendo la petrolera más endeudada del mundo, con un pasivo de 106.800 millones de dólares y arrastra una falta de liquidez que le impide invertir en nuevos proyectos e incluso pagar a proveedores. En tanto, sus metas de refinación están por debajo de los planes originales: la refinería Dos Bocas en Tabasco aún no entrega ni un solo litro de gasolina al sistema nacional y la producción de crudo se ha estancado en 1,8 millones de barriles diarios, incluyendo hidrocarburos líquidos, y lejos de los 2,4 millones de barriles que prometió el Ejecutivo al comienzo de su mandato.

El director de Pemex, Octavio Romero Oropeza, señaló que durante mucho tiempo la carga fiscal aplicable a Pemex comprometió su situación financiera porque se destinaban sus ingresos y se contrataba deuda para pagar impuestos, o sea, los ingresos de Pemex no alcanzaban para pagar impuestos y se contrataba deuda. “En esta Administración esta condición cambió, pues la tasa aplicable del principal pago que le hace Pemex a Hacienda, que es el Derecho de Utilidad Compartida, el DUC, ha disminuido en más de la mitad, pasando del 65% que estaba en 2019 al 30% este año. Esto nos va a permitir que Pemex cuente con mayores flujos de financiamiento para sostener sus gastos de operación y de inversión sin necesidad de incurrir en endeudamiento”, aseguró este jueves en Palacio Nacional.

En el balance de 2023, el director de Pemex abordó la producción de 1,8 millones de barriles diarios, la producción de gasolina, diésel y turbosina por 655.000 miles de barriles diarios y la próxima puesta en marcha de uno de los proyectos emblema de la Administración: la refinería Dos Bocas, en Tabasco, que según Oropeza ahora sí comenzará a refinar el 31 de enero próximo. El complejo industrial fue inaugurado desde julio de 2022, sin embargo, a la fecha la planta no ha comenzado a producir un litro de gasolina. La factoría, en la que el Gobierno ha desembolsado más de 12.000 millones de dólares, comenzará con una producción de 243.000 barriles diarios de petróleo.

Romero Oropeza afirmó que durante esta Administración, Pemex incrementó considerablemente su patrimonio al incorporar la nueva refinería de Dos Bocas, el 100% de la propiedad de la refinería Deer Park, en Texas, y dos nuevas plantas coquizadoras, la de Tula y la de Salina Cruz; así como 10 nuevos equipos de perforación. El directivo reconoció que la autosuficiencia en la producción de combustibles que había prometido esta Administración se conseguirá en 2025.

En este amplio informe anual, sin embargo, el director de la paraestatal no especificó cómo encarará la abultada deuda por más de 298.000 millones de pesos que reportaron al tercer trimestre de 2023, así como la estrategia para cubrir los vencimientos de deuda por 11.000 millones de dólares este año, bajo en un entorno con los precios bajos del petróleo y con una mezcla mexicana cotizando en 67 dólares por barril.

El especialista Gonzalo Monroy reconoce que la adquisición de Deer Park —por 600 millones de dólares— ha sido un éxito rotundo para Pemex, pero la mayoría de los productos que salen de esa refinería texana se quedan en Estados Unidos y observa con recelo la cifra de 340.000 barriles diarios de crudo que ha prometido Dos Bocas en su plenitud operativa. “Al final va a haber un tren, al final va a haber un aeropuerto, al final va a haber una refinería, obras tangibles, pero fue uno de los peores usos del dinero de recursos públicos, dados las otras alternativas como la compra de Deer Park”, refiere.

Monroy, director de la consultora GMEC, anticipa que Pemex tendrá que recurrir a una emisión de bonos para refinanciar su deuda —una emisión similar a la que acaba de anunciar la Secretaría de Hacienda— porque hasta ahora han utilizado líneas de crédito, muchas de ellas sindicadas, a tasas muy altas. Esto, acompasado de inyecciones directas por parte de la Secretaría de Hacienda. En el Paquete Económico 2024 se contempla una aportación de capital del Gobierno Federal por 145.000 millones de pesos para cubrir amortizaciones de su deuda y una reducción en el DUC. La aportación de Hacienda está sujeta al compromiso de Pemex de mantener un endeudamiento moderado y a que, en lo posible, el saldo de la deuda pública refleje una reducción respecto al saldo del año anterior.

Fluvio Ruiz, exconsejero de la petrolera, menciona que no basta con la clara voluntad política del Gobierno para apoyar a Petróleos Mexicanos cuando las circunstancias específicas lo requieran. “La única manera de que Pemex pueda tomar decisiones en función de la lógica propia de la industria petrolera, es que el Estado mexicano se resuelva a realizar la profunda y redistributiva reforma fiscal que el país necesita para crecer con equidad. Mientras Pemex carezca de autonomía presupuestal y de gestión y continúe siendo la principal fuente de ingresos fiscales y se utilice como factor de ajuste de las cuentas nacionales; se seguirá imponiendo el cortoplacismo financiero como el eje de sus decisiones estratégicas”, menciona.

Los expertos en el sector energético coinciden en que el foco rojo más apremiante de la petrolera es su falta de liquidez y advierten en que se requiere una cirugía mayor para reflotar las finanzas de la empresa. El analista y asesor de la industria energética, Ramsés Pech, agrega que el plan del Gobierno de utilizar el petróleo de las refinerías nacionales para la producción doméstica de gasolinas abrirá un boquete de las divisas provenientes de la exportación de crudo y obligará a un cambio en la Ley de Ingresos que se basa en el precio de la mezcla mexicana vendida en el extranjero. “Deer Park es rentable porque vende el combustible en Estados Unidos y la producción de Dos Bocas solo va a cubrir entre el 15% y el 18% del total de demanda de gasolina, turbosina y diesel de México”, zanja.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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