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Carlos Velázquez, director del AICM: “Este es un aeropuerto sobresaturado, ya está tocando los límites de la inseguridad”

El directivo reprocha a las aerolíneas su falta de cooperación para aliviar la presión en un aeródromo que este año prevé cerrar con un récord de 52 millones de pasajeros

Carlos Ignacio Velázquez Tiscareño, director del Aeropuerto Internacional de Ciudad de México.
Carlos Ignacio Velázquez Tiscareño, director del Aeropuerto Internacional de Ciudad de México.Rodrigo Oropeza
Karina Suárez

Una rosa de los vientos guía al Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM). La principal puerta aérea del país ha pasado oficialmente a manos de la Secretaría de Marina. El acuerdo fue publicado el martes pasado en el Diario Oficial de la Federación, sin embargo, el control castrense sobre la terminal aérea tiene poco más de un año, cuando los marinos remplazaron a los agentes de la Guardia Nacional en las tareas de seguridad y se nombró en la dirección general al vicealmirante en retiro, Carlos Velázquez Tiscareño (Ciudad de México, 1950). Aunque ha pasado más de la mitad de su vida en el mar, el mayor desafío del director del AICM está en tierra: gestionar una terminal aérea de 769 hectáreas que está al límite de su capacidad desde hace casi una década y donde día con día se deben de resolver un puñado de frentes diferentes: desde las deudas millonarias de aerolíneas y locatarios hasta la delincuencia y el tráfico de estupefacientes.

Pregunta. ¿Cuáles eran los principales problemas del aeropuerto cuando asumió la dirección del AICM, hace poco más de un año?

Respuesta. Había muchos problemas de seguridad, de pérdida de maletas, de objetos robados, muchas demoras en los vuelos, cancelaciones de las aerolíneas, había problemas de inmigración ilegal, de lavado de dinero, de tráfico de personas, de drogas y las deudas que tenía todo el mundo con nosotros, había muchos lugares ilegalmente ocupados por años, aerolíneas que debían mucho dinero y seguían volando, por ejemplo, Aeromar, debía 540 millones de pesos, no pagó y le dimos un ultimátum y lo paramos. Además de vuelos ilegales, sin slots (permisos de despegue y aterrizaje) reservados.

P. Esta última fue una de sus primeras medidas, ¿ya está regularizado el desfase entre los horarios comerciales y oficiales de las aerolíneas?

R. Controlamos ahora todas las salidas, falta controlar las llegadas, pero es más complicado porque puede ser que un vuelo venga demorado desde el origen. Necesitamos tener más coordinación con los aeropuertos de origen, pero ya estamos trabajando en ello. Aquí en el área de administración había un mundo de corrupción, un mundo de locatarios sin contratos, con muchas deudas, con mucho desorden en la asignación de locales, unos con justificación por la pandemia, pero otros sin justificación.

P. ¿Cuánto dinero perdía el aeropuerto por este desorden administrativo?

R. Cuando nosotros llegamos había como 7.500 millones de pesos en deudas, pero algunas de esas deudas no las podemos cobrar como la de Interjet, como la de Mexicana, como la de Aeromar, que sabemos que no se van a poder cobrar, pero aun así entran en nuestras finanzas. En cuanto a la deuda con los locales, implementamos de julio a diciembre del año pasado un programa solidario para todos los locatarios taxistas, todos los que tenían una deuda aquí. Muchos le entraron, pagaron, otros no y tuvieron que cerrar y a otros les metimos un pleito en el jurídico. Con todas estas medidas se ha recuperado mucho de este adeudo. Yo creo que estamos por el 85% o 90% de recuperación del adeudo en locales.

P. En materia de seguridad, ¿cuáles son las principales acciones que han emprendido?

R. Nosotros tenemos que estar vigilando a todos los empleados de las compañías para que vean que estamos encima de ellos. No tenemos reportes de robo de maletas desde febrero, pero tenemos muchos intentos frustrados de robo de objetos que los observamos con las cámaras, tenemos 1.700 cámaras en todo el aeropuerto y habrá más.

P. ¿Cuántos agentes vigilan al aeropuerto, actualmente?

R. 1.500 marinos, 600 policías auxiliares y otros agentes que contratamos para revisiones en el punto de inspección de pasajeros.

P. ¿Qué están haciendo para frenar el tráfico de drogas en el aeropuerto?

R. Casi diario tenemos capturas de droga, de cocaína, de metanfetaminas. Le estamos pegando muy duro a Madrid, a Japón, a Australia. Hemos tenido varios aseguramientos muy importantes y vamos a intensificar las inspecciones porque hay droga que está saliendo y nos alertan internacionalmente y ahora que ya se va en la carga al AIFA (Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles), pues vamos a descansar un poco, porque de ahí salía mucha droga hacia el mundo, vía carga.

Tráfico de pasajeros en la Terminal 1.
Tráfico de pasajeros en la Terminal 1.Rodrigo Oropeza

P. La congestión en el AICM sigue siendo una asignatura pendiente. ¿De qué sirvió el decreto de saturación publicado desde 2004?

R. Para nada. El año pasado hicimos una reducción de slots (horarios de aterrizaje y despegue) de 61 a 52, con el único objetivo de reducir la saturación. Pero qué hicieron las aerolíneas, metieron aviones más grandes y, entonces, no funcionó, ni siquiera se corrigió, empeoró y este año, posiblemente lleguemos a 52 millones de personas. El año pasado fueron 46 millones y ya no puede soportar esta terminal tanta gente y por eso se están tomando medidas al respecto.

P. Una de estas medidas fue rescindir los contratos de Aeroméxico en la terminal 1 para que se mudaran a la terminal 2

R. Ellos tienen su terminal, la terminal 2, eso va a ayudar un poquito porque esas posiciones que tenía Aeroméxico las vamos a cerrar indefinidamente a partir del 1 de septiembre.

P. ¿La compañía se quejó por esta decisión?

R. No, no hay forma, porque el contrato no establece ninguna penalización, simplemente, el aeropuerto se reserva el derecho de rescindir el contrato por el motivo que quiera y solo tengo que avisar 30 días antes. Este aeropuerto no tiene para dónde crecer, entonces qué se ha hecho, puros laberintos, ha ido alargándose. Las dos terminales están saturadas. Nosotros ya no tenemos espacio para más, si ahorita viene una nueva compañía le decimos ‘no’, si quieres operar aquí tienes que ser después de las 22.00 horas y hasta las 5.00 de la madrugada. Ya en estos niveles de saturación, es inseguro ya, esto ya está tocando los límites de la inseguridad. Por eso estamos tomando medidas, que no puedo adelantar, pero que buscan resolver este problema.

P. Con esta batería de medidas, ¿cuánto prevén reducir la presión de saturación en el AICM?

R. Aproximadamente, buscamos bajarle unos 10 millones de pasajeros anuales. Ojalá y se pueda.

P. ¿Qué riesgos habría si no consiguen reducir en esta cifra la saturación?

R. Ya hay riesgo y si sigue creciendo, hablo de no tener mucha capacidad de reacción para movilizar a tanta gente. Cada vez tenemos que contratar a más gente para que sea más seguro y limpio el lugar y ya no se puede más, no tenemos el recurso. Es un aeropuerto, para mí, sobresaturado y las aerolíneas no cooperaron.

P. Si México recuperara en los próximos meses la categoría 1 de seguridad aérea y con ello hubiese oportunidad de abrir más rutas a EE UU, ¿supondrá un nuevo desafío para el AICM?

R. Ya no puedo dar más slots porque estamos saturados, puedo otorgarlos en los horarios no saturados. Lo que pueden hacer las aerolíneas es pedir el cambio de ruta a la Agencia Federal de Aviación Civil (AFAC).

P. ¿Qué otras medidas tienen en el horizonte?

R. La única medida que puedo adelantar es que el Aeropuerto de Toluca también va a pasar a la Secretaría de Marina, pero como un aeropuerto para aviación privada, no para aviación comercial. Entonces Viva Aerobus y Volaris, que tienen vuelos allá, ya no podrán operar allá y aquí tampoco pueden venir porque ya no hay cabida, entonces tendrán que buscar dónde colocar sus vuelos.

P. Tendrán como única opción el mudar esos vuelos al Aeropuerto Felipe Ángeles...

R. Ojalá, mientras más se lleve el Estado de México, el AIFA, nosotros felices.

P. ¿Cuándo ocurrirá este cambio de vocación en el aeropuerto de Toluca?

R. Como en unos tres meses, primero tiene que concretarse el proceso de que la Secretaría de Marina tome posesión en Toluca y pues saldrá con esa especificación.

Un trabajador del Aeropuerto de Ciudad de México.
Un trabajador del Aeropuerto de Ciudad de México.Rodrigo Oropeza

P. En paralelo, la Semar también tendrá su propio Grupo Aeroportuario, Casiopea y de hecho el AICM estará en esta entidad, ¿cuál es el avance de esta reorganización bajo el mando de la Marina?

R. Va a ser un grupo aeroportuario con ocho aeropuertos. En su momento, dejará de llamarse el Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México y será Casiopea. Los aeropuertos que lo conformarán serán Ciudad de México, Toluca, Colima, Ciudad del Carmen, Matamoros, Loreto, Guaymas y Obregón.

P. ¿Cuál es su prioridad para lo que resta del año en el AICM?

R. Consolidar y mantener el paso. Nada nos ha salido mal, hemos dado golpes espectaculares y medidas que nadie se esperaba, pero no hemos actuado con prepotencia.

P. Pero siguen sin acabar con la saturación de pasajeros y esto vulnera la comodidad y seguridad de la terminal, ¿es su mayor pendiente?

R. Se tomaron medidas, le quitamos los vuelos ilegales a las compañías y eso les pegó durísimo, los metimos a horarios, y metimos a Profeco con nosotros.

P. En este balance de poco más de un año de su gestión, ¿cuál ha sido su mayor desafío?

R. Los tres primeros meses, porque la situación era muy difícil en todos los aspectos administrativos, de seguridad, de servicio, con todas las autoridades. Pero el presidente López Obrador me dio mucho apoyo, entonces el darme toda la responsabilidad mejora mucho las cosas y yo estoy en todo.

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Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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