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Los nenúfares de Monet iluminan el MUNAL de México

El museo presenta una exposición con tres pinturas del maestro impresionista junto a obras de 11 pintores mexicanos ampliamente influenciados por el francés

Claude Monet
Exposición de Claude Monet y el impresionismo en el Museo Nacional de Arte, en Ciudad de México.Mónica González Islas
Carlos S. Maldonado

El pintor impresionista mexicano Joaquín Clausell vuelve a encontrarse con el gran maestro francés Claude Monet. Esta vez en el Museo Nacional de Arte (MUNAL), en Ciudad de México. Ambos comparten sala en la exposición que de Monet y el impresionismo organiza el MUNAL, en la que las estrellas son tres cuadros del creador francés y obras de pintores mexicanos influenciados por los impresionistas. La primera vez que Clausell y Monet se encontraron fue en el estudio de Monet en Giverny, en Normandía, donde el pintor francés demostró interés por el arte del mexicano. “Mi padre sostenía que había sido [Monet] quien [al ver al abuelo] extasiado ante uno de sus cuadros por segunda vez, se le acercó y comenzó a hablarle, lo invitó a su estudio a pintar y él aceptó […]. En el taller del pintor en Normandía, descubrió el sentido de las máximas del movimiento impresionista”, ha contado la nieta de Clausell, Patricia Clausell de Latapí, según los organizadores de la muestra del MUNAL. Y es así como en pleno siglo XXI los nenúfares normandos de Monet se ven frente a frente con la flora de las lagunas de Zempoala, de Clausell.

Claude Monet
Héctor Palhares Meza, curador de la exposición Claude Monet, en el Museo Nacional de Arte. Mónica González Islas

Es la primera vez que llegan a México uno de los famosos Nenúfares, pintado en 1908 por Monet, así como el Valle Buona, de 1884. Ambas obras forman parte de la colección del Museo de Arte de Dallas, Estados Unidos, y junto a Paisaje en Port-Villez (1883), de la colección del Museo Soumaya, componen la exposición de Monet que el MUNAL presenta al público desde este jueves hasta el 27 de agosto. “Es una muestra sin precedentes en la historia del museo”, ha dicho Héctor Palhares, curador de la exposición y director del MUNAL. “Monet es un artista pionero del movimiento impresionista, que fue denostado en sus orígenes”, ha contado Palhares, quien ha recordado la reacción negativa que generaban entre el público los creadores que apostaban por reproducir en sus obras la luminosidad de bosques y lagos, el esplendor de las ciudades, la pasión de los paisajes campesinos. La luz, el color, la vida. Mientras en un principio la prensa le hacía la señal de la cruz a estos revolucionarios del arte, ellos seguían rompiendo moldes y abriéndose un espacio importante en la pintura universal. “Es una pintura que dejó atrás el arte de la academia”, ha dicho Palhares. “Hoy en día es el movimiento que atrae a más público, el que genera mayor expectativa”, ha afirmado.

Claude Monet
La obra Nenúfares, de 1908, óleo sobre tela, que forma parte de la Exposición Claude Monet y el Impresionismo que organiza el Museo Nacional de Arte. Mónica González Islas

Monet convirtió los nenúfares, esas plantas acuáticas de hermosas flores que se enraízan en el fondo de lagos, pantanos y arroyos, en un símbolo de la pintura del siglo XX y en el sello de su creación. El francés terminó la obra expuesta en el MUNAL en 1908, tras deslumbrarse por los paisajes de la campiña normanda. “Monet se mudó a su larga y rústica casa de campo en Giverny en 1883. En 1890, adquirió más propiedades y se dedicó a crear a partir de ellas un jardín ideal, distinto de los temas rurales que había pintado. Para Monet, el tema de las pinturas se abocó cada vez más hacia la superficie del agua. En 1910, había trascendido los límites convencionales de la pintura de caballete y había comenzado a crear inmensas decoraciones que culminaron en la serie de nenúfares encargada por el Gobierno francés para dos galerías ovaladas en la Orangerie, de París”, han explicado los encargados de la colección del pintor en el Museo de Arte de Dallas.

En el caso de la otra obra de Monet que aterriza por primera vez en México, Valle Buona, es un viaje colorido por un paisaje de la frontera francoitaliana. “Monet representó esta escena durante su primer viaje pictórico al Mediterráneo. En 1884, pasó de enero a marzo en Bordighera, un balneario italiano, y el mes de abril en la cercana Menton”, explican los organizadores de la muestra. La tercera pintura, Paisaje en Port-Villez, que forma parte de la colección del Museo Soumaya y la Fundación Carlos Slim, deslumbra por la forma en la que el pintor plasmó los reflejos del agua del Sena a su paso por un poblado, los movimientos de las plantas y la luz, la gran protagonista de las obras del impresionismo. “Dedicó su vida a atrapar la belleza de la naturaleza”, ha afirmado este miércoles el director Palhares durante un recorrido organizado por el MUNAL para la prensa.

Claude Monet
Valle Buona, cerca de Bordighera (Liguria, Italia), 1884. Óleo sobre tela, de la colección Museo de Arte de Dallas, forma parte de la exposición 'Claude Monet y el Impresionismo', que organiza el Museo Nacional de Arte.Mónica González Islas

Junto a Monet “dialogan” desde hoy un grupo de pintores mexicanos atraídos en su tiempo por el impresionismo y que crearon obras valiosas que forman parte del acervo del MUNAL. Entre ellos destacada Clausell (Campeche, México, 1866 – Lagunas de Zempoala, Estado de México, México, 1935), el mexicano extasiado por las obras de Monet. Se trata, explican desde el MUNAL, de un artista “con ecos impresionistas que se inclinó por los nuevos postulados de vanguardia al eliminar las reglas y métodos tradicionales dentro de la pintura, al tiempo de seguir los lineamientos subjetivos del modernismo finisecular”. Junto a sus obras se exponen las de Francisco Romano Guillemín, Armando García Núñez y Mateo Herrera, que “incursionaron en la pintura de paisaje mediante portentos lumínicos y cromáticos para retratar aquella belleza del entorno con un nuevo vocabulario de pinceladas”, al decir del historiador de arte George T. M. Shackelford, citado por el MUNAL. De esta forma, en una hermosa sala de ese palacio impresionante que es sede del museo —una construcción ideada en 1911 por el arquitecto Silvio Contri para albergar la Secretaría de Comunicación y Obras Públicas— el visitante podrá apreciar la hermosa luz de los paisajes franceses pintados por Monet y la deslumbrante flora, montañas y volcanes de Oaxaca, Campeche o el Valle de México inmortalizados por los impresionistas mexicanos.

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Carlos S. Maldonado
Redactor de la edición América del diario EL PAÍS. Durante once años se encargó de la cobertura de Nicaragua, desde Managua. Ahora, en la redacción de Ciudad de México, cubre la actualidad de Centroamérica y temas de educación y medio ambiente.

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