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Ricardo Monreal vuelve a cargar contra Morena y Sheinbaum: “En 2017 gané la encuesta para gobernar Ciudad de México”

El senador, que lleva semanas en la indefinición sobre su futuro en Morena, revive una de las peores crisis del partido fundado por López Obrador, en la que también amagó con marcharse tras no ser favorecido con una candidatura

Zedryk Raziel
El senador Ricardo Monreal
Ricardo Monreal durante la presentación de su plataforma política 'Reconciliación México', en Ciudad de México, el 19 de noviembre.Graciela López (Cuartoscuro)

Ricardo Monreal ha vuelto a cargar contra la cúpula de su partido, Morena, y contra Claudia Sheinbaum, la rival más fuerte en la contienda interna por la sucesión presidencial. El líder de la mayoría morenista en el Senado ha asegurado este jueves que en 2017 salió ganador en una encuesta que levantó el partido para definir a la persona que en ese entonces sería postulada como candidata al Gobierno de la Ciudad de México. Pese al resultado que, según ha dicho, le favorecía a él, la dirigencia de Morena entregó la candidatura a Sheinbaum. “En el 2017 aspiré a ser jefe de Gobierno. Gané la encuesta, pero no gané la decisión de quien toma las decisiones”, ha dicho en una conferencia de prensa en el Estado de Jalisco. El tomador de decisiones era entonces Andrés Manuel López Obrador, que dirigía el partido hasta que se convirtió en candidato presidencial.

Monreal, que lleva semanas en la indefinición sobre su futuro en Morena, ha reiterado que su apuesta es a la presidencia de la República y que no aceptará menos que eso. “He luchado limpiamente estos años, pero no está en mi escenario B el Gobierno de la ciudad. Estoy luchando por ser candidato a la presidencia de la República”, ha dicho el senador. “Hubiera sido un honor [ser jefe de Gobierno]. Yo conozco la Ciudad de México, de hecho, me siento muy comprometido con los ciudadanos de la capital porque me han tratado muy bien. Yo vivo ahí desde hace muchos años y soy parte ya de la cultura chilanga, me siento chilango, [pero] no está en plan B, no estoy buscando un acomodo personal, no estoy buscando un puesto de compensación. Estoy actuando con toda seriedad y toda rectitud”.

La encuesta de 2017 creó una de las peores crisis en el naciente partido fundado por López Obrador y significó el origen de la rivalidad entre Monreal y Sheinbaum. Entonces ambos eran los dos aspirantes más fuertes a la candidatura al Gobierno de la ciudad. En el proceso interno también se inscribieron, de manera testimonial, Mario Delgado y Martí Batres. Para evitar comprometerse con la decisión, López Obrador instruyó que el partido levantara una encuesta. La entonces secretaria general del partido y mano derecha de López Obrador, Yeidckol Polevnsky, fue la encargada de conducir el ejercicio, que terminó siendo opaco y muy cuestionado.

Morena, que se había constituido formalmente como partido en 2015, contaba con recursos limitados y una estructura interna en conformación. El partido de López Obrador también tenía una fuerte desconfianza hacia las encuestadoras privadas, por lo que se decidió que el ejercicio fuera hecho en casa. Polevnsky designó a dos funcionarios del partido para ejecutar la encuesta: Mauricio Hernández, entonces secretario de Capacitación Política, y el poderoso Gabriel García Hernández, encargado del padrón de militantes y a quien López Obrador designaría en su Administración coordinador de programas sociales.

De manera hermética, la encuesta se despachó en agosto de 2017 en una casa particular de la colonia Roma que Morena utilizaba de oficina. El 24 de agosto los resultados fueron dados a conocer a los cuatro contendientes en un hotel cercano. En la reunión se les presentaron dos hojas con resultados que mostraban que Sheinbaum había ganado, pero las encuestas no fueron exhibidas en su totalidad ni entregadas a los aspirantes. Según la dirigencia del partido, Batres había quedado en segundo lugar, Monreal en tercero y Delgado en último. Monreal, molesto, se salió antes de que concluyera el encuentro, y afuera, ante la prensa, declaró que no le sería fácil aceptar los resultados, pero que no abandonaría el partido. “Luchar contra la nomenklatura no es fácil, pero yo lo respeto”, dijo.

Era el comienzo de la crisis. La ciudadanía no conoció la metodología de la encuesta con la que un partido lanzaría a las elecciones a su candidata a gobernar la ciudad más grande de Latinoamérica. Polevnsky sostuvo que en el ejercicio no hubo opacidad, sino “secrecía”. “Hay quien me ha preguntado: ‘¿No van a dar a conocer los datos?’. Bueno, el dato importante es quién la ganó y que todos los demás acepten que así fue”, dijo. Las presiones de Monreal, sin embargo, forzaron a la dirigencia a revelar finalmente la metodología y los resultados. Se supo entonces que unos 1.300 habitantes de la Ciudad de México fueron encuestados de manera telefónica. También se supo que, según esos datos, si bien Monreal era el aspirante más conocido entre la ciudadanía, también era visto como el menos honesto.

Monreal protestó de igual manera. Primero pidió reponer la encuesta en el proceso de elección interna. Luego declaró que sería candidato a la ciudad con o sin Morena, en un amago velado de dejar el partido. Ya por entonces acusaba imposición desde la dirigencia, parcialidad y ausencia de democracia interna. Sheinbaum le pidió saber perder y no chantajear. En una indirecta con dedicatoria, López Obrador llamó ambiciosos a los políticos que se aferran a una candidatura en detrimento de su proyecto de transformación. “Van a haber muchas oportunidades para participar. No todas son candidaturas”, dijo.

En septiembre de ese año, Monreal dio a conocer que evaluaba abandonar Morena. En noviembre, López Obrador intervino directamente y lo convenció de quedarse en el partido. Al final, Monreal confirmó que no se iría “por el momento” y dijo que apoyaría a López Obrador en la elección presidencial de 2018. A Sheinbaum no pudo más que desearle buena suerte. La historia, ahora, parece dar guiños a ese pasado reciente.

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Sobre la firma

Zedryk Raziel
Reportero de EL PAÍS México, especialista en la cobertura de asuntos políticos y de corrupción. Licenciado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM. Ha sido colaborador en el diario Reforma y el portal Animal Político. Es coautor de ‘El caso Viuda Negra’ (Grijalbo, 2022).

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