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La oposición lleva la reforma electoral de López Obrador a las calles

Organizaciones civiles y algunos partidos convocan a una marcha para cuestionar los cambios del presidente en el INE y en los presupuestos para los partidos

Reforma Electoral en México
El grupo Plural en el Senado ha respaldado la movilización contra la reforma electoral de López Obrador.Galo Cañas Rodríguez (Cuartoscuro)
Sonia Corona

La oposición a la reforma electoral de Andrés Manuel López Obrador sale por primera vez a las calles este fin de semana. Organizaciones civiles y algunos partidos políticos han convocado a una protesta el domingo en el Paseo de la Reforma —el corazón de Ciudad de México— para impedir que la propuesta del presidente para modificar una parte de la regulación electoral y al Instituto Nacional Electoral (INE) siga adelante. La “marcha por la democracia”, como la han nombrado los organizadores, reúne a una serie de grupos con objetivos esenciales muy variados, pero que han encontrado una base común: oponerse a López Obrador en materia electoral.

Entre las 51 organizaciones que respaldan la movilización están algunas ligadas al Partido Acción Nacional (PAN) y al Partido Revolucionario Institucional (PRI). La protesta también ha recibido un espaldarazo por parte de los expresidentes Vicente Fox y Felipe Calderón. Algunos de los grupos tienen su origen en organizaciones de corte conservador. La talla de los convocantes —entre ellos los empresarios Claudio X. González y Gustavo de Hoyo Walther— ha acrecentado la polarización sobre el tema, simplificando el argumento y dividiendo a la opinión pública entre si seguir con el INE tal como está o anular sus tareas.

La realidad no es tan simple: López Obrador plantea entregar menos recursos a los partidos políticos, elegir a los legisladores en un sistema de listas electorales y que la selección de los consejeros electorales del INE y los magistrados del Tribunal Electoral se haga por votación directa de los ciudadanos. La propuesta claramente favorece a su partido, Morena, en las condiciones actuales, sin embargo, también abre un debate sobre la necesidad de modernizar el sistema electoral que nació en la década de los noventa, hace más de 30 años.

El eslogan de los organizadores de la marcha es “El INE no se toca” y argumenta que uno de los intereses del presidente es detener la alternancia en el sistema de Gobierno que ha ocurrido después del año 2000, cuando Vicente Fox de la mano del PAN derrotó al PRI con su candidatura a la presidencia. Ante la protesta, la oposición tampoco ofrece una alternativa para rediseñar el sistema electoral y se ha enquistado en una discusión de blanco y negro.

López Obrador, además, ha usado la tribuna de Palacio Nacional para endurecer su posición y señalar directamente a quienes considera sus opositores. Tan solo el viernes, el presidente se negó a reconocer que para conseguir una reforma electoral saludable sería necesaria una negociación con todas las fuerzas políticas en el Congreso. Por el contrario, ha dedicado varios minutos de su conferencia matutina a divagar sobre la naturaleza de quienes convocan a la marcha del domingo. Les ha llamado “racistas” y “clasistas”.

“Sostengo que hace falta la reforma electoral porque se gasta mucho en la organización de las elecciones”, ha comentado el presidente como uno de sus principales argumentos para seguir adelante con su propuesta. En los últimos años, los consejeros del INE han denunciado el recorte del presupuesto desde el Congreso. Apenas el año pasado, la consulta popular sobre las investigaciones a expresidentes por actos de corrupción llevó a los miembros del INE a hacer un despliegue más modesto ante la falta de financiamiento del Estado a la iniciativa, que también surgió desde Palacio Nacional.

Los enfrentamientos directos entre los consejeros electorales —principalmente con Ciro Murayama y Lorenzo Córdova— y el presidente han incrementado en los últimos años hasta convertirse en una suerte de ataque personal en ambas direcciones. López Obrador ha señalado, por ejemplo, el hecho de que el principal orador de la marcha sea el académico José Woldenberg, antiguo presidente del INE, y le ha señalado como “maestro político de Lorenzo Córdova y de todo ese grupo”.

La marcha está prevista para las 10.30 de la mañana del domingo, el mismo día que López Obrador cumple 69 años. En el Zócalo tal vez suenen Las Mañanitas, pero unos metros más allá no. Aunque en un primer momento la convocatoria buscaba llegar al Zócalo, los organizadores han decidido que el contingente se reúna en el Monumento a la Revolución para escuchar el mitin encabezado por Woldenberg. La convocatoria pide a los asistentes a vestir con algún accesorio de color rosa, como símbolo de apoyo al INE.

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Sobre la firma

Sonia Corona
Es la jefa de la redacción de EL PAÍS en México. Cubre temas de Política, Economía, Tecnología y Medio Ambiente. Fue enviada especial para las elecciones presidenciales de 2020 en EE UU. Trabajó en Reforma y El Huffington Post. Es licenciada en Comunicación por la Universidad de las Américas Puebla y Máster de Periodismo UAM-EL PAÍS.

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