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Zama, la pugna legal por un megayacimiento petrolero en el golfo de México

La empresa estadounidense Talos Energy evalúa sus “opciones legales” frente a Pemex para asumir las riendas en el desarrollo del proyecto energético

Karina Suárez
Zama yacimiento petrolero en el Golfo de México
Vista aérea de una plataforma de perforación en alta mar en el Golfo de México.Getty Images

El megayacimiento petrolero Zama, en el golfo de México, sigue en pugna. La empresa Talos Energy ha recibido esta semana la resolución de la Secretaría de Energía sobre la unificación del campo petrolero con potencial de hasta 950 millones de barriles. La dependencia también ha ratificado a Pemex como operador del yacimiento en perjuicio de Talos. La firma estadounidense ha informado de que mantendrá una participación del 17,35 % sobre Zama, pero continúa “evaluando varias opciones legales” para defender una mayor participación en esta joya petrolera. “Nos decepciona que, a pesar de nuestro historial constante de éxito, seguridad y progreso, no se nos brindó la oportunidad de mantener nuestro rol de operador en beneficio del proyecto, sin embargo, entendemos cuán importante es obtener el primer petróleo de Zama para el sector energético mexicano y trabajaremos con la urgencia requerida para finalizar el Plan de Desarrollo para alcanzar la estrategia final de inversión”, declaró por escrito, Timothy S. Duncan, presidente y director ejecutivo de la compañía.

Talos Energy, como operador y socio del 35% en el arrendamiento del Bloque 7 descubrió este yacimiento en 2017 frente a las costas de Tabasco. Zama suponía entonces el mayor hallazgo petrolero en décadas por parte de una empresa privada en México, bajo el amparo de la reforma energética del Gobierno de Peña Nieto. Desde entonces a la fecha, la empresa afirma que ha invertido más de 104 millones de dólares en la exploración del yacimiento. Debido a su extensión de más de 26 kilómetros cuadrados, el yacimiento colinda con un bloque petrolero bajo el control de Pemex, por lo que la Secretaría de Energía determinó que las compañías debían llegar a un acuerdo o “unificación” para el desarrollo en conjunto de todo el campo petrolero en lugar de que cada parte opere su propio bloque. De acuerdo con una auditoría de reservas externa, Zama puede proporcionar entre 735 y 950 millones de barriles de petróleo crudo equivalente, alcanzando una producción hasta por 160.000 barriles diarios una vez que esté en pleno desarrollo.

Talos Energy presentará un plan de trabajo dentro de 6 a 12 meses para que los socios interesados decidan sobre la estrategia de inversión para 2023. Aunque este periódico solicitó la versión de Pemex sobre el proceso de unificación, no obtuvo respuesta.

Fluvio Ruiz, especialista en temas energéticos y exconsejero de Pemex, explica que la paraestatal sabía que ese bloque que se licitó tenía potencial porque ya lo había explorado. “En julio de 2017, los trabajos exploratorios del consorcio encabezado por Talos confirmaron las interpretaciones sísmicas preliminares de los técnicos de Pemex, obtenidas antes de la Ronda Cero: el bloque Zama tenía un importante potencial productivo y, muy probablemente, formaba parte de un solo yacimiento con el adyacente bloque Uchukil, asignado a Pemex por la Secretaría de Energía. Como en muchas áreas que Pemex no retuvo tras la Ronda Cero”, menciona.

El especialista en el sector refiere que la disponibilidad de recursos para Pemex —la petrolera más endeudada del mundo con una deuda financiera por encima de los 109.000 millones de dólares— puede ser un problema, pero no es un impedimento para que sea el operador del proyecto. “El hecho de ser el operador del yacimiento no otorga atribuciones para imponer unilateralmente las decisiones, conveniencias o intereses, sin considerar los correspondientes del socio. Por supuesto, tampoco otorga prioridad ni ventaja alguna en el reparto de los hidrocarburos extraídos o las utilidades obtenidas”, comenta.

Al cierre del año pasado, Pemex registró pérdidas por 224.363 millones de pesos, un 56% menos respecto a las de 2020. De acuerdo con el reporte enviado a la Bolsa Mexicana de Valores, este resultado fue consecuencia de la pérdida cambiaria y no de factores operativos ni de ingresos o costos de la paraestal. Entre los riesgos admitidos en su reporte a inversionistas, la petrolera reconoce que “la disponibilidad de financiamiento podría limitar su capacidad para realizar inversiones con recursos propios para mantener los niveles de producción actuales e incrementar las reservas probadas de hidrocarburos que tiene derecho a extraer”.

Para Luis Miguel Labardini, socio del despacho especializado en el sector energético Marcos y Asociados, la decisión de la Secretaría de Energía de asignar a Pemex como operador de Zama obedece más a criterios políticos que técnicos. A su parecer, la paraestatal debería concentrar su capacidad de inversión en otros proyectos dados sus problemas financieros. “Pemex podría obtener mayor valor del campo de Zama si hubiera permitido que Talos fuese el operador. Lo que tiene que hacer Talos es demostrar técnica y financieramente que el proyecto tendrá un mayor valor si ellos son los operadores”, zanja.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.

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