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López Obrador sobre la polémica con España: “No se habla de ruptura, sino de una protesta fraterna”

El presidente mexicano insiste en las críticas al asegurar que compañías como Iberdrola, OHL y Repsol “abusaron de nuestro país y de nuestro pueblo”

Andrés Manuel Lopez Obrador, durante su conferencia matutina, este jueves.Foto: SÁSHENKA GUTIÉRREZ (EFE)
David Marcial Pérez

El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, volvió este jueves a insistir en las críticas a la trayectoria de diferentes empresas españolas en México. Un día antes, el mandatario había resucitado una polémica que le acompaña desde el principio de la legislatura. Hace tres años exigió al Rey una disculpa por los excesos de la colonización, propiciando episodios de tensión diplomática. El miércoles, López Obrador aseguró que su Gobierno se va “a dar un tiempo” en las relaciones con España. Una ambigua declaración que ha matizado un día después: “No se habla de ruptura sino de una protesta fraterna”. El presidente de México volvió a poner sobre la mesa los nombres de firmas españolas como Iberdrola, OHL y Repsol, de las que dijo: “Abusaron de nuestro país y de nuestros pueblos”.

Las invectivas tuvieron como trasfondo de nuevo la reforma eléctrica, una de las medidas estrella de su Gobierno y que pretende fortalecer a la empresa estatal, la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en detrimento de los inversores privados. Insistiendo en uno de sus argumentos más repetidos, el presidente apuntó durante su rueda de prensa diaria matutina, conocida como La Mañanera, que “durante los tiempos neoliberales, empresas españolas apoyadas por el poder político nos vieron como tierra de conquista. En cada sexenio había una empresa favorita del país”.

En sus declaraciones de este jueves también volvió a utilizar la fórmula del perdón. En 2019, a los pocos meses de llegar al poder, López Obrador envió una carta a Felipe VI exigiéndole que pidiese perdón por los abusos cometidos en la Conquista. Un reclamo que no fue atendido por la diplomacia española por los términos en que fue dirigido, y que el mandatario mexicano tomó muy a mal. El encontronazo fue el inicio de las tensiones diplomáticas entre ambos países.

“No es ruptura. Es una protesta respetuosa y fraterna. Vamos a serenar la relación. Que ya no se esté pensando que se va a saquear a México. Es una falta de respeto. Deberían ofrecer disculpas. No lo han hecho. No importa. Vamos a una etapa nueva”, añadió el mandatario. El jefe de la diplomacia española, José Manuel Albares, conversó con su homólogo mexicano, Marcelo Ebrard, la noche del miércoles después de haberse mostrado sorprendido por las declaraciones del presidente. Las relaciones diplomáticas habían seguido en los últimos meses los cauces habituales. Sobre todo tras la concesión del plácet al nuevo embajador de México en España, Quirino Ordaz, que llevaba más de cuatro meses pendiente. Una dilación que había provocado malestar en el Palacio Nacional de Ciudad de México.

López Obrador lanzó recados no solo a las empresas del sector de la energía o la construcción, algunas de sus dianas más habituales. Como hizo también el miércoles, extendió sus críticas al negocio bancario, hotelero y en general a toda empresa española con operaciones en México. Sobre Bancomer, la mayor filial del BBVA y el primer banco del país, comentó que un expresidente de la entidad lo acusó de ser un populista durante la campaña electoral. “El presidente del principal banco español y extranjero en México. Se sentían dueños del país. Ahora se sorprenden”.

A Iberdrola le acusó de llevar a cabo “una política de influyentismo” y señaló los supuestos intereses entre la energética española y los gobiernos anteriores, escenificados por las puertas giratorias entre el mundo de la política y las grandes empresas. El presidente mexicano censuró en concreto el fichaje de la exsecretaria de Energía durante el sexenio de Felipe Calderón (2006-2012) y del propio expresidente como miembro del Consejo de administración.

“Iberdrola se convirtió en una especie de monopolio en México y recibió muchos privilegios. Nos han ofendido a los mexicanos”. La inversión de la empresa española en México ha ido progresivamente reduciéndose en el país durante los últimos años, en particular en el negocio de las renovables, penalizado por las políticas del Gobierno de López Obrador.

También hubo acusaciones a OHL como “la empresa favorita del sexenio pasado”, liderado por el priista Enrique Peña Nieto, sobre el que el cerco de la corrupción se ha estrechado tras la entrada en prisión de varios de sus hombres de confianza. La constructora, con mucha presencia en el Estado de México, la entidad más grande del país y uno de los pocos reductos del viejo PRI, estuvo envuelta en repetidas polémicas durante la legislatura pasada. En mayo de 2015, la publicación de una serie de escuchas telefónicas puso bajo sospecha a varios directivos de OHL México por corrupción y tratos de favor. La polémica desembocó en la dimisión “por motivos personales” del entonces presidente de la firma española, José Andrés de Oteyza.

España es, tras Estados Unidos, el país extranjero de mayor inversión en México, con unos 76.000 millones de dólares (más de 66.000 millones de euros), según datos publicados por la Secretaría de Economía para 2021, lo que representa alrededor de un 12% del total de la Inversión Extranjera Directa (IED), y la mitad son nuevas inversiones, aunque la relación comercial viene consolidándose desde hace décadas. Bancos y telefonías son las carteras más notables, aunque hay una gran industria turística de firma española. Hasta 6.856 empresas presentan inversión extranjera hacia México.

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Sobre la firma

David Marcial Pérez
Reportero en la oficina de Ciudad de México. Está especializado en temas políticos, económicos y culturales. Ha desarrollado la mayor parte de su carrera en El País. Antes trabajó en Cinco Días y Cadena Ser. Es licenciado en Derecho por la Universidad Complutense de Madrid y máster en periodismo de El País y en Literatura Comparada por la UNED.

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