Pruebas, medicamentos y certificados falsos: la escalada de contagios de covid reactiva el mercado negro de la pandemia
En plena cuarta ola prolifera la oferta ilegal de tests, fármacos y documentos apócrifos de análisis de laboratorios e inmunización
La nueva ola de contagios por coronavirus ha resultado en una oportunidad de negocio para el mercado ilegal. En el corazón del barrio de Tepito, en Ciudad de México, una catedral de la informalidad y los productos pirata, una docena de locales oferta a precios mínimos desde pruebas de sangre para detección de la covid-19 hasta fármacos como la ivermectina, un medicamento veterinario cuyo uso se propagó a partir de un bulo y que no cuenta con aprobación de las autoridades sanitarias para combatir la enfermedad. “Sí hay pruebas, solo que caducan para julio, son de sangre y son de China, salen en 1.000 pesos con 20 [pruebas] y vienen con un diluyente para que arranque”, informa el comerciante.
Mientras la gente hace filas kilométricas en los centros de salud públicos o costea pruebas de PCR en laboratorios privados en más de 3.200 pesos, en este mercadillo donde reinan los productos piratas, se ofrecen, tras bambalinas y bajo promesa de anticipo, el abasto de los codiciados test para detectar el virus. Los mismos comerciantes reconocen que el aumento de contagios ha hecho cada vez más difícil encontrar estas pruebas y ha multiplicado su precio: “Si compras por mayoreo, la caja, te sale como en 180 pesos cada una, es que todos quieren de esas, están sobrevaloradas porque el año pasado estaban a 70 pesos”, menciona un marchante.
Entre las decenas de puestos de ropa, cosméticos y electrónicos prevalece la oferta ilegal de este tipo de pruebas a pesar de que la semana pasada la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) emitió la advertencia de que estos métodos de detección no eran efectivos. “Estas pruebas utilizan una muestra de sangre para detectar anticuerpos contra el virus SARS-CoV-2, pero no tienen utilidad para el diagnóstico de la presencia activa del virus, e incluso durante la fase aguda de la enfermedad pueden dar resultados negativos”, advirtieron las autoridades sanitarias mexicanas.
Sin receta y a plena luz del día, los comerciantes de estas farmacias ilegales ofrecen desde antibióticos, analgésicos, anticonceptivos y remedios anticovid. Todo, a precio de remate. Una caja de ivermectina –medicamento que desde inicios de la pandemia se popularizó después de que se propagara la idea de que era un tratamiento efectivo contra la covid- con cuatro tabletas en un puesto de Tepito cuesta desde 50 hasta 120 pesos. El coste disminuye si se surte a granel: “Tengo las de Maver, es genérica, pero es buena, con dos tabletas en 30 pesos, pero necesitamos trabajar el paquete completo de 380 piezas”, ofrece un hombre comerciante en el barrio bravo de la capital. El mercado negro de medicamentos se ha convertido en una alternativa para afrontar una pandemia galopante que suma más de 4,4 millones de contagiados en México y rebasa las 300.000 defunciones.
En un país donde el salario mínimo diario en la mayoría del país es de 172 pesos, lo atractivo del precio premia sobre la seguridad sanitaria. Pese al riesgo de que sea un medicamento falsificado o robado, los clientes llegan a estos puntos de venta ante una oferta visiblemente más atractiva respecto al mercado formal, por ejemplo, el coste de la ivermectina de patente en una farmacia establecida rebasa los 195 pesos. Así, este medicamento, se sigue vendiendo libremente en las calles de la Ciudad de México aunque desde noviembre de 2020 la Cofepris emitió una alerta sanitaria ante la falsificación del fármaco.
Juan de Villafranca, director ejecutivo de la Asociación Mexicana de Laboratorios Farmacéuticos (Amelaf), advierte de que proliferan casos de falsificación, donde los empaques son exactamente iguales al original, pero solo son placebos, pastillas con azúcar o medicamentos caducos. “El margen de ganancia de estos medicamentos pirata es muy alta, la otra razón, si en un momento dado hay un desabasto de medicamentos y resulta que ese medicamento lo encuentran en un tianguis lo compran, pero ese producto puede incluso matar”, señala.
El representante de la Amelaf insiste en que este mercado negro ha proliferado más allá del valle de México, en el centro y norte del país. “La autoridad debe de actuar con mucha más energía, debe hacer más operativos y tiene que lanzar las alertas sanitarias que sean rápido para contrarrestar este problema que afecta a la economía de los laboratorios, pero lo más delicado es que están poniendo en riesgo la salud”, zanja.
Santo Domingo, barrio de invitaciones de XV años y certificados falsos de covid
En plena plaza de Santo Domingo, en el centro histórico, un puñado de hombres ofrece entre susurros un certificado de vacunación covid en 1.800 pesos. El hombre que habla entre dientes, con gorra y lentes de sol, asegura que es un clon del documento original en un 80%. “Lo tiene en menos de una hora, solo necesito nombre, fecha de nacimiento y edad”, dice. El certificado baja de precio a mil pesos si se entrega sin el código QR.
El sitio, famoso por ofrecer desde invitaciones para fiestas, bodas hasta credenciales de elector ya actas de nacimiento falsas ahora ha encontrado un nuevo nicho de negocio ante la galopante escalada de contagios de la cuarta ola y los requerimientos de las empresas y turistas para conocer tanto su esquema de vacunas como su estado de salud. Así, bajo el amparo de los arcos de la plaza del centro histórico una decena de hombres muestran desde su celular una variedad de supuestas pruebas covid de laboratorios públicos y privados. El resultado “positivo” o “negativo” depende de la preferencia del solicitante, los precios de estos supuestos análisis van desde los 600 a 800 pesos.
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