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Una nueva caravana migrante llega a Ciudad de México entre fuertes choques con la policía

Testigos e integrantes de la marcha denuncian una respuesta excesiva con gases lacrimógenos y cargas de los agentes

Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana impidieron el paso a la Caravana Migrante que pretendía continuar con su andar hasta la Basílica de Guadalupe.
Elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana impidieron el paso a la Caravana Migrante que pretendía continuar con su andar hasta la Basílica de Guadalupe.Moisés Pablo (CUARTOSCURO)
Alejandro Santos Cid

La última caravana de migrantes centroamericanos ha entrado este domingo en Ciudad de México entre fuertes tensiones con miembros de la Secretaría de Seguridad Ciudadana. Un grupo de unas decenas de personas ha chocado con elementos de la policía, que intentaban bloquear su avance por la carretera procedente de Puebla. La marcha ha tratado de superar a la fuerza a los agentes a la altura del puente de la Concordia, en Santa Martha Acatitla, en la colonia de Iztapalapa, lo que ha desembocado en una escena de forcejeos, gritos y cargas que se ha alargado por varios minutos, según recogen videos y testimonios de testigos presentes en el lugar.

Entre los gritos de los integrantes de la caravana pidiendo ayuda e insultos a los agentes de testigos que presenciaban desde la distancia el enfrentamiento, la marcha ha tratado de abrirse paso entre una muralla de decenas de policías, que han respondido con cargas y gas lacrimógeno, según los propios migrantes. “Nosotros queríamos pasar, no nos dejaron Y seguimos empujando. Nos acorralaron y nos tiraron gases, agarraron a varias mujeres del pescuezo, los niños quedaron tirados abajo y nos empezaron a golpear. No sé qué pasó, pero mucha gente anda buscando a sus familiares, hay gente herida”, ha declarado uno de los migrantes, que ha preferido no dar su identidad por seguridad, a voluntarios de la Brigada Gilberto Bosques Saldívar, que acompañan al contingente. A la hora de la publicación de esta noticia la Secretaría de Seguridad Ciudadana no se ha pronunciado al respecto.

Las autoridades han habilitado un albergue para que los integrantes de la caravana pasen la noche en Santa Martha Acatitla, aunque los migrantes han rechazado su uso. En su lugar, pretenden llegar a la Basílica de la Virgen de Guadalupe, que celebra este domingo su festividad. “Nosotros queremos llegar hasta la Basílica, y no sé por qué no quieren que subamos, queremos dar las gracias, venimos desde Tapachula caminando. Es algo injusto lo que están haciendo, recibirnos así, solo queremos ir a la basílica, creo que eso no se le puede negar a nadie”, aseguraba la misma fuente anónima en una grabación que han tomado los brigadistas y a la que EL PAÍS ha tenido acceso.

El enfrentamiento se ha saldado con al menos una decena de heridos entre los migrantes, uno de ellos de gravedad al haber recibido una pedrada en la cabeza, según el diario La Jornada, que también habla de “varios policías con lesiones”. La Comisión de Derechos Humanos de la capital ha intervenido en el conflicto para mediar entre las autoridades y los integrantes de la caravana. Finalmente, los agentes han acordado retirarse y permitir el paso de la marcha, que ha proseguido su camino hacia la Basílica de Guadalupe en autobuses gestionados por la Comisión, donde esperan pasar la noche.

El contingente, formado por unas 1.000 personas, de acuerdo con miembros de la caravana, 327, según el Gobierno de Puebla, ha pasado la noche en Río Frío, en la frontera del Estado de México, a 60 kilómetros de la capital. Salieron el pasado 23 de octubre de Tapachula, una ciudad de 300.000 habitantes fronteriza con Guatemala, que se ha convertido en una cárcel a cielo abierto para los más de 35.000 migrantes que permanecen retenidos por las fuerzas de seguridad. De allí, cada cierto tiempo salen caravanas que tratan de romper el cerco del Gobierno.

Este bloqueo es el segundo con el que se topan en cuatro días. El pasado jueves un destacamento de la Guardia Nacional cortó su pasó también en la carretera procedente de Puebla, a lo que la marcha respondió con un bloqueo en protesta que paralizó el tráfico durante más de ocho horas, generando en su peor momento 20 kilómetros de vehículos detenidos, según Caminos y Puentes Federales de Ingresos y Servicios Conexos (CAPUFE).

Aunque los bloqueos son solo uno más de los problemas a los que se ha tenido que enfrentar la caravana. Sus miembros se arriesgan durante su trayecto a ser desaparecidos, asaltados, asesinados, reclutados por el crimen organizado en contra de su voluntad o detenidos y apaleados por agentes migratorios, que tratan de contenerlos o deportarlos. La crisis migratoria vivió uno de sus peores momentos el jueves de la semana pasada, cuando un tráiler en el que viajaban 160 migrantes centroamericanos hacinados en la caja del camión, en su mayoría guatemaltecos, tuvo un accidente en el que murieron 55 personas.

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Alejandro Santos Cid
Reportero en El País México desde 2021. Es licenciado en Antropología Social y Cultural por la Universidad Autónoma de Madrid y máster por la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS. Cubre la actualidad mexicana con especial interés por temas migratorios, derechos humanos, violencia política y cultura.

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