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El Museo de Memoria y Netflix inauguran una exposición sobre la masacre de Allende: “Estamos haciendo un ejercicio de memoria”

La productora digital estrena en junio ‘Somos’, una ficción sobre las víctimas de una tragedia ejecutada por el cartel de Los Zetas y desatada por la DEA hace una década en Coahuila

Un instante de la serie 'Somos' sobre la matanza de Allende (Coahuila)
Un instante de la serie 'Somos' sobre la matanza de Allende (Coahuila).Ricardo Jardon / NETFLIX (Ricardo Jardon / NETFLIX)

Era la tarde del 18 de marzo de 2011 cuando los hombres armados irrumpieron en el municipio de Allende, en Coahuila. Los sicarios buscaban a cualquier persona que tuviera vínculos con el cartel de Los Zetas: la agencia antidrogas de Estados Unidos había hecho llegar a oídos de los capos de uno de los carteles más sanguinarios de México que en Allende había un soplón. Torturaron, asesinaron, quemaron, destruyeron. Una década después, Netflix estrena Somos, una serie basada en la investigación de la periodista Ginger Thompson sobre esta masacre en la que murieron al menos 28 personas. Este martes, además, la productora digital ha inaugurado una exposición virtual junto al Museo de Memoria y Tolerancia para continuar la conversación sobre la violencia y la impunidad que afectan a personas comunes en México.

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Las puertas de la exposición virtual se han abierto a las siete de la tarde. El visitante se encuentra ya en el lobby del Museo de Memoria y Tolerancia de Ciudad de México y suena la música del compositor mexicano Víctor Hernández Stumpfhauser (que colaboró en la creación de la banda sonora de la película ganadora del Oscar Birdman). Tiene tres opciones: adentrarse en el Detrás de ‘Somos’ y conocer, por medio de entrevistas a los escritores de la serie, los procesos de creación; optar por ir De la realidad a la ficción para descubrir cómo se construyó el universo ficticio a partir de una tragedia colectiva que impactó sobre una comunidad que no ha recibido aún justicia, o entrar en El mundo de ‘Somos’ para conocer con más profundidad algunos de los temas representados en la serie, como las quinceañeras, la música norteña o la cultura ganadera.

La narrativa sale así de escena y se habilita un nuevo espacio, la sala del museo, para continuar con el debate sobre el impacto del narco en la vida de los habitantes de un pequeño municipio. Porque de la masacre se habló poco en México. El director del Museo de Memoria y Tolerancia, Adán García, ha destacado que, de hecho, se trata de la “primera exhibición específica sobre Allende”. “Estamos haciendo un ejercicio de memoria, de representación, de reconocimiento”, ha señalado este martes durante la inauguración de la exposición virtual. No es la primera exposición patrocinada de Netflix. La productora se asoció con el Brooklyn Museum de Nueva York para inaugurar, en octubre de 2020, una exhibición virtual del vestuario de las series Gambito de Dama, que entonces se estrenaba, y The Crown, que iniciaba su cuarta temporada. “Estamos usando el arte para hacer un producto más completo y transmitir un mensaje: esto sucedió, no queremos que vuelva a suceder, otro mundo es posible”, ha asegurado García. “El Estado revictimizó a las personas que estaban intentando encontrar a sus familiares tras la masacre. La serie y la exhibición las traen al presente”, ha continuado.

Eran los años de la llamada guerra contra el narco del presidente Felipe Calderón. Unas 27 personas morían cada día; más 47.000 en entre 2006 y 2012, según las cifras oficiales. Los Zetas habían tomado el control de la plaza en Allende y eran propietarios de ranchos, fincas, autolavados; organizaban fiestas y peleas de gallos. La cotidianeidad del municipio ganadero, de 24.000 habitantes y a media hora de la frontera con Texas (Estados Unidos), se quebró cuando los sicarios sitiaron el pueblo y asesinaron o desaparecieron a al menos 28 personas, según las autoridades –las asociaciones de víctimas cuentan más de 300–. El municipio parecía una zona de guerra. Después, todo pareció quedar en silencio.

Hasta que una investigación del portal estadounidense ProPública, en 2017, expuso los testimonios de víctimas y victimarios. Esas experiencias han sido retomadas por Netflix, que ha producido una serie de seis capítulos basada en la investigación periodística de la estadounidense Ginger Thompson, que desvela el papel de la agencia antidrogas de Estados Unidos (DEA, por las siglas en inglés) en una operación que salió mal. Según Thompson, un agente de la DEA persuadió a un miembro de los Zetas para que le entregara los números identificatorios de los teléfonos de dos miembros del cartel, Miguel Ángel y Óscar Treviño, pero la agencia cometió el error de compartir la información “con una unidad de la policía mexicana que por mucho tiempo ha tenido problemas con filtraciones de información”.

“Era una historia de la que no se había dicho nada, no porque no se supiera, sino que nadie podía hablar sin ponerse en riesgo”, ha señalado Thompson durante el lanzamiento de la exposición. “Yo pude entrar en México y regresar a Estados Unidos, y tuve la protección que mis colegas mexicanos no tienen aquí”, ha dicho la autora, que dedicó 18 meses a la investigación. La reportera, ganadora del Premio Pulitzer, ha insistido en el papel “increíblemente importante” de los cronistas locales: “No hay más valentía en el periodismo que el que tienen mis colegas en México, que reportan las historias día a día con el peligro que significa para sus vidas”. Thompson ha destacado que, a pesar de la “oposición del Gobierno”, es un trabajo que “está floreciendo México”.

Fue el productor y coguionista de la serie, James Schamus, quien consiguió en 2018 los derechos del trabajo de Thompson. “Fue un reportaje increíble pero también una apertura muy generosa para dar voz a la gente sobre sus experiencias”, ha señalado Schamus este martes en el lanzamiento de la exhibición sobre la serie y la masacre. Somos, dirigida por los mexicanos Álvaro Curiel y Mariana Chenillo, es una ficción que pretende adoptar la visión de las víctimas, en lugar de la de los narcotraficantes o de los agentes de la DEA o la policía. Ninguno de los personajes es real, sino que los guionistas han creado múltiples protagonistas basados en la realidad “común y compartida” de Allende en 2011 para que ninguna de las víctimas se sienta identificada y reviva la tragedia.

Un instante del último capítulo de 'Somos'.
Un instante del último capítulo de 'Somos'.Ricardo Jardon / NETFLIX (Ricardo Jardon / NETFLIX)

“La experiencia de la violencia en México se vive de manera muy distinta según donde estés parado: si eres mujer, si crias gallos, si tienes un puesto de hot dogs ambulante. El personaje principal, al final, es Allende, son todos”, ha indicado una de las coescritoras de la serie, Mónika Revilla. El equipo de guionistas lo completa Fernanda Melchor, escritora mexicana y autora de Temporada de huracanes, libro de 2017 que retrata la crudeza de la violencia en México, que no ha podido estar presente en el lanzamiento de la exhibición. “Cuando empezamos a trabajar, nos preguntamos cómo retratar esto en pantalla sin reproducir los hechos violentos y sin revictimizar a las víctimas, pero al mismo tiempo dándole visibilidad a los hechos y a las estructuras que permiten que algo así suceda”, ha dicho Revilla.

La grabación arrancó en 2019 con un el elenco compuesto por actores profesionales y no profesionales, que fueron elegidos para “construir personajes verídicos”. Por motivos de seguridad, la serie no fue grabada en Allende sino, principalmente, en el Estado de Durango. “A veces la realidad puede ser muy cruda y necesitamos la ficción para poder procesarla como sociedad”, ha continuado Revilla, que ha hecho hincapié en que “el tema de Allende no es solo mexicano” sino que está conectado con “lo que sucede al otro lado de la frontera”. “De alguna forma somos parte de lo que sucedió”, ha dicho la escritora, y ha continuado: “Se trata de que sepamos qué pasó. Allende no sucedió en una burbuja, fue todo un contexto histórico que habría que determinar si todavía existe. Esta es una oportunidad de volver a reflexionar sobre este y todos los otros allendes, una oportunidad de diálogo”.

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