El Tribunal Electoral busca una salida de consenso al ‘caso Salgado Macedonio’ entre presiones del Gobierno
La decisión sobre el aspirante en Guerrero y Raúl Morón en Michoacán, ambos de Morena, es parte de una negociación más amplia que incluye el acuerdo para limitar mayorías parlamentarias
El Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación busca una solución de consenso a los expedientes que tiene en estudio y que, pese a tratarse de asuntos jurídicos, tendrán repercusiones políticas con vistas a las elecciones federales y locales del 6 de junio. La Sala Superior del órgano se pronunciará en los próximos días, previsiblemente a partir del miércoles que viene, sobre tres decisiones del Instituto Nacional Electoral (INE) que molestan al Gobierno y que han sido impugnadas por Morena. A la cancelación de las candidaturas de Félix Salgado Macedonio en Guerrero y de Raúl Morón en Michoacán, ambos del partido de Andrés Manuel López Obrador, se añade el acuerdo para evitar la llamada sobrerrepresentación en el Congreso en el proceso de asignación de curules a las bancadas, concretamente para las fuerzas que hayan participado en coalición. Y las tres carpetas forman parte de una negociación más amplia, que son parte de un mismo debate, según fuentes conocedoras del proceso.
La campaña de las elecciones que renovarán la Cámara de Diputados y los gobiernos de 15 de las 32 entidades federativas lleva semanas enturbiada por un nombre, el de Salgado Macedonio, aspirante de Morena a la gubernatura de Guerrero. Su candidatura ya estaba en entredicho por las graves acusaciones de acoso sexual en su contra, entre ellas dos denuncias por violación. El respaldo sin matices del presidente y del aparato de su formación fueron determinantes para mantener la postulación pese al malestar interno y a la indignación del movimiento feminista. El político pasó por un comité de garantías del partido que dispuso repetir una encuesta entre simpatizantes -un simulacro de primarias- y Salgado volvió a ganarla. A finales de marzo, sin embargo, el INE inhabilitó su candidatura y la de Raúl Morón por no haber presentado a tiempo el informe sobre los gastos de precampaña como establece la ley.
Los dos impugnaron la decisión, que pasó al Tribunal Electoral. El órgano devolvió al INE los expedientes para que los volviera a evaluar, sugiriendo que la sanción era demasiado dura. Esta semana, sin embargo, el instituto se reafirmó en su fallo a pesar de las enormes presiones gubernamentales y de los intentos de intimidación del propio Salgado, que amenazó con la disolución del organismo o con plantarse en la casa de su consejero presidente, Lorenzo Córdova. El caso, por tanto, está nuevamente en manos de los siete magistrados de la Sala Superior del tribunal.
El presidente de esa instancia, José Luis Vargas, no tuvo reparos en manifestar públicamente su posición, llegando a llamar la atención del INE por no haber dado a los precandidatos la oportunidad de defenderse, según su criterio. Esa postura complace a la cúpula de Morena, pero los equilibrios son más complejos e incluso en el Gobierno saben que existe la posibilidad de que Salgado Macedonio quede finalmente excluido de la carrera electoral. A eso se añade la consideración de que en el Estado de Guerrero Morena ganaría la gubernatura con cualquier aspirante, si se atiende a la aprobación del partido en las encuestas. Y la propia autoridad electoral abrió la puerta a la postulación de Luis Walton.
Así las cosas, se perfilan esencialmente tres escenarios ante la decisión del Tribunal Electoral. En todos, quedaría revocado el no registro de la candidatura de Raúl Morón en Michoacán, sancionada por un gasto no reportado de 12.000 pesos que corresponden a una docena de lonas, un banner y publicaciones en redes sociales. Una salida de consenso jurídico pasa, además, por la confirmación del acuerdo del INE que limita la representación en el Congreso -impugnado por Morena, el PAN y el Partido Encuentro Solidario-. Se trata, en la práctica, de un mecanismo para evitar que un candidato que se presentó bajo unas siglas pase, una vez elegido, a la bancada de otro partido de la misma coalición, porque así desvirtuaría las mayorías de la Cámara. Por último, según este escenario, el tribunal confirmaría la negativa a la candidatura de Salgado, que no reportó alrededor de 20.000 pesos y tras la primera resolución del INE en su contra continuó, de facto, haciendo campaña pese a la suspensión.
El debate en torno a la sobrerrepresentación es una cuestión estructural de gran calado que tiene más recorrido a largo plazo que la polémica sobre Salgado Macedonio y ha desatado una profunda preocupación en Morena. El propio Mario Delgado, presidente nacional de la formación, llegó a calificar el acuerdo del INE de “maniobra oscura y vergonzosa”. La propuesta de sentencia que tienen los integrantes del tribunal sobre su mesa, cuyo ponente es el magistrado Felipe Fuentes, plantea vincular “a la Cámara de Diputados del Congreso de la Unión, para que, tras los comicios que se celebrarán el 6 de junio de este año y una vez instalada la legislatura correspondiente, informe a esta Sala Superior si en la configuración de las fracciones parlamentarias se respetaron los límites de sub y sobrerrepresentación”. Pese a las presiones, el órgano se inclina por confirmar esa resolución, pero no puede descartarse que finalmente una mayoría de los magistrados acabe revocando también esa decisión y solo confirme el no registro de Salgado Macedonio.
El tercer escenario que se maneja en el tribunal es el más favorable para el político guerrerense. Esto es, Salgado Macedonio, en torno a quien Morena y el propio presidente han diseñado parte de su estrategia de campaña, puede presentarse a las elecciones. Lo mismo, Raúl Morón en Michoacán. Pero los magistrados confirman el acuerdo que limita la sobrerrepresentación, a partir de ahora o quizá con una cláusula que establezca que más adelante, en las próximas elecciones.
Más allá de estas posibilidades, que se están evaluando en el tribunal, los intentos de interferencia política en todo el proceso han sido muy mal disimuladas, empezando por López Obrador -quien sugirió que el órgano jurisdiccional haga unas encuestas para que los votantes se pronuncien sobre los candidatos impugnados-; la cúpula de Morena; y el propio Salgado Macedonio, que llegó a organizar concentraciones en las puertas del INE sin dejar de hacer en ningún momento proselitismo con vistas a las elecciones del 6 de junio.
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