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Los partidos de Le Pen y Orbán constituyen un grupo ultra que se convierte en la tercera fuerza del Parlamento Europeo

La familia Patriotas por Europa, cercana a Rusia e integrada también por Vox y la extrema derecha holandesa, aventaja al grupo de Meloni en la Eurocámara

Santiago Abascal, líder de Vox, y Marine Le Pen, del Reagrupamiento Nacional, se saludan en un acto de la formación española celebrado el pasado 19 de mayo en el Palacio de Vistalegre, en Madrid.
Santiago Abascal, líder de Vox, y Marine Le Pen, del Reagrupamiento Nacional, se saludan en un acto de la formación española celebrado el pasado 19 de mayo en el Palacio de Vistalegre, en Madrid.A. Pérez Meca (Europa Press)

Las fuerzas extremistas más afines a Rusia, la del húngaro Viktor Orbán, la francesa Marine Le Pen y la Liga de Matteo Salvini, se han aliado para convertirse en la tercera fuerza de un Parlamento Europeo muy fragmentado. Este lunes ha muerto Identidad y Democracia (ID), una de las familias ultra en la Eurocámara, y nace otra, Patriotas por Europa. La nueva formación, que se nutre fundamentalmente de los grupos que integraban ID, se constituye con más de 80 eurodiputados de 12 países procedentes de partidos como el español Vox o los holandeses de Geert Wilders. Esa unión supera en número a los liberales de Renew, que estaban en esa posición hasta su caída en las elecciones europeas de junio, y a los Conservadores y Reformistas Europeos (ECR) en el que está Hermanos de Italia, el partido de raíces neofascistas liderado por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, que aspiraba al podio de tercera fuerza parlamentaria.

Patriotas por Europa, un proyecto lanzado hace una semana por el nacionalpopulista Orbán, líder de Fidesz, los austriacos del Partido de la Libertad (FPÖ) y Alianza de Ciudadanos Descontentos, del ex primer ministro checo Andrej Babis, reúne a un buen número de fuerzas euroescépticas e incluso eurófobas. Con esas posiciones, buscan influir en las políticas de la Eurocámara y tratar de bloquear los avances del proyecto de integración europeo. Su constitución oficial este lunes en Bruselas se produce en medio de una gran preocupación en las capitales europeas por el papel de Orbán y de Hungría como presidencia rotatoria del Consejo de la UE y por los viajes del líder húngaro —a Moscú para reunirse con Vladímir Putin y a China para ver a Xi Jinping—, en una supuesta misión para la paz en Ucrania para la que no tiene mandato europeo.

El Reagrupamiento Nacional (RN) de Le Pen —la mayor fuerza dentro del grupo, con 30 eurodiputados tras las europeas del 9 de junio que derivaron en la convocatoria de elecciones anticipadas en Francia—, consciente de la afinidad de la familia de Patriotas con Rusia y con Vladímir Putin, ha aguardado a sumarse al grupo hasta después de las elecciones francesas de este domingo, en las que las fuerzas ultras ya veían al delfín de Le Pen, el eurodiputado Jordan Bardella, sentado en el sillón de primer ministro. No obstante, ha acabado siendo solo la tercera fuerza política en la Asamblea francesa, gracias al cordón sanitario aplicado desde la izquierda hasta una parte importante del centroderecha tradicional (principalmente los partidos aglutinados en torno a Macron).

“Los 30 eurodiputados del Reagrupamiento Nacional francés desempeñarán plenamente su papel en un gran grupo que influirá en el equilibrio de poder en Europa, para rechazar la inundación de inmigrantes, el ecologismo punitivo y la confiscación de nuestra soberanía”, lanzó el domingo por la noche Bardella. El aspirante a primer ministro se mostró visiblemente molesto por el resultado electoral francés y por lo que llamó alianzas “contra natura” del centro y la izquierda para formar un dique contra su partido antinmigración, xenófobo y eurófobo, que podría tratar de replicarse en la Eurocámara.

Pese a estar ausente de la reunión constituyente de este lunes, Bardella ha sido elegido presidente del grupo. Habrá seis vicepresidentes (uno de ellos, Hermann Tertsch, eurodiputado de Vox). No obstante, el puesto de vice presidenta primera corresponde a la húngara Kinga Gál, de Fidesz, segunda formación por número de escaños.

La incógnita, apuntan fuentes parlamentarias europeas, es qué influencia real tendrá Patriotas, si los distintos partidos de corte ultranacionalista serán capaces de trabajar juntos o si implosionarán en algún momento de la legislatura por sus diferencias y por el hecho de que cada uno tira para su lado. Su predecesor, ID —en el que estaba Alternativa por Alemania (AfD), expulsada por el escándalo sobre la memoria histórica del nazismo de su líder en la Eurocámara, y un grupo en el que nunca llegó a estar el Fidesz de Orbán (que sin embargo perteneció al Partido Popular Europeo)—, siempre ha sido visto con mucho recelo desde el resto de familias de la Eurocámara, incluso por el otro grupo euroescéptico, ECR.

De hecho, lo tradicional en el Parlamento Europeo ha sido que se levante un cordón sanitario en torno a ID, que en 2014 se hacía llamar Europa de las Naciones y la Libertad, a la hora de distribuir los cargos y sus eurodiputados quedaban excluidos. Eso no pasa con el otro bloque derechista, en el que todavía están los ultraconservadores polacos de Ley y Justicia (PiS) y el partido de Giorgia Meloni, que aunque pierde fuerza por la huida de varios de sus miembros (como Vox, con seis eurodiputados) sí puede beneficiarse de su separación de posiciones todavía más ultras.

Reciclar la ahora tóxica ID

La escenificación de los pasos que han llevado a la constitución de Patriotas por Europa este lunes ha durado ocho días. Primero lanzó la idea Orbán junto a los ultras austriacos y los checos del ex primer ministro Babis, una organización que hasta hace nada formaba parte de los liberales de Renew y que lleva varios años de deriva iliberal. Después se sumaron más formaciones (Vox lo hizo el viernes). Hasta que este fin de semana ya quedó claro que el nuevo grupo supondría una versión 3.0 de ID porque prácticamente todos los partidos estaban en él hasta ahora, incluidos los 30 eurodiputados franceses de Marine Le Pen, que pasan a ser la delegación más grande. Identidad y Democracia, sin embargo, parecía haberse vuelto “tóxica” para algunos tras el escándalo de AfD, dice una fuente europea. Unas declaraciones de su candidato principal a las europeas, Maximilian Krah, que blanqueaban a las SS nazis motivaron la expulsión de este partido alemán del grupo europeo.

Patriotas cumple holgadamente con las condiciones que se requieren para ser un grupo parlamentario en la Eurocámara (al menos 23 eurodiputados procedentes, como poco, de siete países). Según los números de este lunes —los datos pueden moverse durante toda la legislatura, aunque todo el tiempo deben cumplir los requisitos exigidos— suman 84 parlamentarios de una docena de países.

Por delegaciones, la fuerza mayoritaria es la francesa. No obstante, los húngaros de Orbán han logrado una gran cuota de protagonismo, tanto en el proceso de creación como por su tamaño. Con 11 parlamentarios, son la segunda mayor del grupo.

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