La Universidad del Sur de California cancela su ceremonia de graduación por la tensión de las protestas propalestinas
La Policía de Los Ángeles detuvo el miércoles a 93 personas al interior de la universidad, que ha modificado los planes de recepción de miles de estudiantes
La movilización para exigir la paz en Oriente Próximo no cede en los campus de Estados Unidos. La Universidad del Sur de California (USC), uno de los centros educativos privados más importantes del Estado, ha anunciado este jueves que cancelará su ceremonia de graduación ante los riesgos a la seguridad que representan las protestas. La decisión llega un día después de que la policía detuviera a cerca de un centenar de personas que improvisaron una acampada en el campus para exigir libertad al pueblo palestino. Una protesta similar ha aparecido este jueves en otra reputada institución californiana, UCLA, ubicada al noroeste de Los Ángeles.
Tras la tensión de ayer, los profesores de USC optaron por impartir las clases del jueves por vía remota. La universidad ha informado esta tarde que ha cancelado la ceremonia de graduación, que iba a celebrarse el 10 de mayo y que atrae anualmente a unas 65.000 personas. La institución asegura en un comunicado que amenazas a la seguridad han orillado a tomar la decisión. La polémica sobre el evento público resuena desde la semana pasada. El breve discurso que iba a dar una estudiante de Ingeniería biomédica, la mejor nota de la generación, Asna Tabassum, había sido criticado por estudiantes pro Israel. Estos han tildado de antisemita a su compañera por comentarios hechos en redes sociales. La USC ha sustituido el evento por reuniones más pequeñas y privadas para las que será necesario contar con un billete de entrada y cruzar filtros de seguridad.
Los manifestantes de la acampada de la USC, varios de ellos sin relación con la universidad, arribaron el miércoles minutos antes de que saliera el sol. Montaron tiendas de campaña y escribieron en cartulinas mensajes de solidaridad con el pueblo palestino, tocaron tambores mientras gritaban “¡viva Palestina libre!” y “solo queremos paz”. Los responsables de la universidad privada pidieron la presencia de la policía, que fue aumentando sus números conforme avanzaba la tarde. A las 17.00 ya había un fuerte despliegue de equipos tácticos, listos para disolver el campamento. Rodearon el parque principal para pedir identificaciones a los manifestantes. Comenzaron a arrestar gente una a una desde las 19.00 y hasta cerca de las 22.00.
La mañana de este jueves una acampada apareció en las instalaciones de UCLA, al noroeste de Los Ángeles. Las tiendas de campaña fueron captadas por las cámaras de los helicópteros que sobrevolaban la ciudad para informar sobre el tráfico matutino. Una protesta similar suma tres días en la universidad de Berkeley, cerca de San Francisco. El Politécnico de California canceló sus actividades del miércoles en el campus de Arcata, una ciudad cercana al Estado de Oregón, después de que estudiantes tomaran un edificio administrativo el lunes.
El gobernador de California, Gavin Newsom, afirmó este jueves que está al tanto y observando de cerca las manifestaciones que se siguen en varios puntos del Estado, de 40 millones de habitantes. “Queremos mantener el derecho a la manifestación siempre y cuando sean pacíficas y no haya mensajes de odio. Quiero evitar lo que está sucediendo en otros sitios de Estados Unidos”, ha dicho el político demócrata.
En Texas, un estado que compite culturalmente con California, la policía arrestó el miércoles a 57 personas que participaron en protestas propalestinas en la Universidad de Austin, la capital texana. Entre los detenidos se encontraba un periodista de la emisora local de la cadena Fox. Imágenes subidas a las redes sociales muestran como un policía arroja al piso al cámara de la estación.
Los fiscales del condado de Travis (Austin), un oasis progresista en un bastión conservador, decidieron no presentar cargos contra 46 de los 57 detenidos. Esto ha sido criticado por sectores de la derecha que han aplaudido la disolución de la protesta a manos de la policía y llaman “simpatizantes de Hamás” a quienes han participado. El papel de los uniformados ha sido reconocido también por el presidente de la universidad, Jay Hartzell, quien aseguró que la manifestación tenía como objetivo “ocupar el campus”.
Los centros educativos de Estados Unidos viven un nuevo punto de ebullición por el conflicto en Gaza. Las acampadas propalestinas se han multiplicado en los centros de educación superior. La universidad de Columbia, en Nueva York, se ha convertido en uno de los epicentros. La policía metropolitana también ha desalojado y detenido allí a numerosos manifestantes. El republicano Mike Johnson, el presidente de la Cámara de Representantes, visitó Columbia el miércoles para cobijar a los alumnos judíos que se sienten amenazados por el aumento de las protestas. La presencia de uno de los republicanos más importantes del país incrementó la tensión. Una protesta de estudiantes judíos que apoyan la operación del Gobierno de Israel que ha dejado más de 30.000 víctimas en la Franja se ha convocado para esta tarde en Nueva York.
Penas más duras para los manifestantes
Kate Sanchez, una asambleísta republicana de California, ha presentado en el Congreso estatal una propuesta de ley que pretende endurecer el castigo a quienes participen en protestas. La iniciativa eleva las multas de 100 a 200 dólares para quienes corten vías de comunicación y carreteras en manifestaciones públicas. La penalidad puede ascender hasta los 1.000 dólares, de acuerdo al documento propuesto por Sánchez, quien representa a un distrito del sur del Estado.
El plan de la legisladora local responde a una protesta del 15 de abril que bloqueó durante horas el Golden Gate, el famoso puente que conecta la Bahía de San Francisco. La Policía de California arrestó a 38 personas que se encadenaron las unas a otras para formar una barrera que afectó la jornada laboral de miles de personas e interrumpió el tráfico en una de las zonas de mayor movilidad en la entidad. Newsom, quien fue alcalde antes de ser gobernador, dijo que los manifestantes debían “hacerse responsables de sus actos”. La fiscal del distrito no presentó cargos.
La inacción judicial provocó grietas dentro del partido demócrata, que se encuentra dividido entre los sectores que apoyan a Israel y los sectores más a la izquierda, quienes simpatizan con las manifestaciones que exigen la paz en Gaza. La propuesta de Sanchez está respaldada por cuatro legisladores demócratas. De momento no ha avanzado de las comisiones parlamentarias, pero sigue con vida en un órgano legislativo donde mandan los demócratas.
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