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Ucrania estudia vetar Telegram para evitar la injerencia y la propaganda de Rusia

El parlamento debate una propuesta de ley impopular porque más del 70% de la ciudadanía utiliza esta aplicación para informarse

Un grupo de ciudadanos mira sus teléfonos móviles mientras se refugian en una estación de metro de Kiev durante una alarma antiaérea en diciembre de 2022.
Un grupo de ciudadanos mira sus teléfonos móviles mientras se refugian en una estación de metro de Kiev durante una alarma antiaérea en diciembre de 2022.Felipe Dana (AP)
Cristian Segura

El 72% de los ucranios utiliza Telegram como su principal canal de información. Para el 75% es su primera herramienta de comunicación, incluidos cientos de miles de militares en las Fuerzas Armadas Ucranias o el propio presidente, Volodímir Zelenski. Son datos aportados en 2023 por la consultora Media Detector y utilizados por los promotores de una norma legal que quiere poner límites al uso de esta aplicación. El parlamento ucranio, la Rada, estudia desde la semana pasada una propuesta de ley que amenaza con cerrar Telegram. La medida, muy impopular, pero con el apoyo de diputados de cuatro grupos de la Cámara, se basa en la hipótesis de que los Servicios de Seguridad rusos (el FSB) tienen acceso a información de sus usuarios y también en el hecho de que los ciudadanos pueden consultar medios de comunicación del invasor y cuentas propagandistas rusas.

“Como era de prever, está habiendo una campaña de difamación pública en contra de los autores de la propuesta de ley”, lamentaba el 27 de marzo en Espreso TV el diputado Mikola Kniazhytskyi, del partido Solidaridad Europea, la principal fuerza de la oposición. También firman la propuesta varios representantes de Servidor del Pueblo, el partido de Zelenski, que cuenta con mayoría absoluta en la Rada. La ciudadanía puede hoy consultar sin límites Telegram, a diferencia de si navega en internet o si sigue a las empresas de comunicación reguladas por la ley de medios ucrania. Cualquier organización acusada de difundir propaganda que promueva la invasión rusa puede ser procesada por la justicia. Las páginas registradas en Rusia están bloqueadas en Ucrania, pero no solo estas: como ha podido comprobar EL PAÍS, por lo menos un informe de Amnistía Internacional de 2022, que fue duramente criticado por las autoridades ucranias, no puede consultarse por internet desde Ucrania.

La propuesta de ley, bautizada en los medios como “la ley para bloquear Telegram”, exige cambios para las empresas propietarias de estas aplicaciones de comunicación. Kniazhytskyi pide que Telegram actúe como Facebook o YouTube: si hay contenidos que son denunciados como violentos, o usuarios que son denunciados por distribuir información falsa, deben ser retirados. Los Servicios de Seguridad de Ucrania (SSU) ya han pedido a Telegram que tome medidas contra 26 usuarios con cientos de miles de seguidores que justifican la invasión rusa.

Si estas aplicaciones sirven como canal de información, según la propuesta de ley, deberán estar sujetas a la ley de regulación de medios y al código penal; estas compañías, según el borrador de la normativa, deberán tener una representación fija en Ucrania y deberán declarar quiénes son sus accionistas y dónde están domiciliados. Si un accionista es residente ruso, la aplicación no podría operar en Ucrania. Esta última medida está sobre todo dirigida a Telegram: su fundador, Pável Dúrov, es ruso, aunque ciudadano de los Emiratos Árabes y residente en Dubai.

Yaroslav Yurchishin, presidente del comité de libertad de expresión de la Rada y promotor de la ley, está convencido de que Dúrov continúa siendo ciudadano ruso y que tiene algún acuerdo con el Kremlin. “Probablemente, hay algún control sobre Telegram por parte rusa, no hay garantía alguna de que la información de usuarios no vaya a los servicios secretos rusos”, afirmó Yurchishin este lunes en el medio RBC. La ley no facilita una decisión tan contundente y compleja como cerrar por completo el acceso a Telegram, dijo Yurchisin, pero sí está sobre la mesa si se confirmara que es una amenaza para la seguridad nacional.

El jefe de los Servicios de Inteligencia del Ministerio de Defensa (el GUR), Kirilo Budanov, secundó en un discurso del 27 de marzo que Telegram sí es una amenaza para Ucrania: “Telegram es sin duda un problema para la seguridad nacional. Estoy totalmente en contra de la supresión de la libertad de expresión, pero esto es demasiado. En nuestro país, cualquiera puede crear un canal, escribir lo que le dé la gana, pero si se toman medidas en contra de él, se escuda en la libertad de información de los medios. Pero esto no es libertad de información de los medios”. Budanov admitió que Telegram tenía también un lado positivo, y es que con él también pueden informarse libremente sus conciudadanos en los territorios ocupados por Rusia.

Oleksii Danilov, hasta la semana pasada secretario del Consejo de Seguridad Nacional, organismo que está monitorizando a Telegram, ya apuntó el pasado noviembre hacia dónde podían ir los tiros. Danilov aseguró que Rusia puede tener acceso al 99% de las cuentas de esta red. Las autoridades ucranias no tienen en cuenta que Dúrov, el fundador de Telegram, vive fuera de Rusia por la presión de Vladímir Putin de controlar su contenido: ponen en duda su verdadera independencia respecto al Kremlin.

El caso español

Yurchishin afirmó en RBC que es un modelo a seguir el posible cierre de TikTok en Estados Unidos por parte del poder legislativo, por ser una empresa china que podría vulnerar la seguridad nacional. El diputado también confirmó que siguieron de cerca la orden —suspendida por la complejidad de la operación— que dictó el 22 de marzo el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz de bloquear de forma cautelar Telegram en España por una denuncia sobre la vulneración de derechos de autor de varias televisiones.

Vetar Telegram en Ucrania supondría un cambio drástico en el modelo de comunicación del país. No solo porque es el canal más usado para ello por la ciudadanía, también porque todas las administraciones públicas, políticas y militares, informan de sus decisiones y de cuestiones relevantes en sus canales de Telegram, desde los mensajes diarios de Zelenski a las alertas de las Fuerzas Aéreas de la llegada de misiles rusos. Los diputados partidarios de limitar Telegram han reiterado que los organismos públicos podrían ser obligados a dejar de operar con esta aplicación.

Para los analistas de la guerra, tanto de institutos ucranios como occidentales, Telegram es también fundamental porque en ella se encuentran las principales cuentas de información no tuteladas por el Kremlin sobre la situación militar en el bando ruso. Para la ciudadanía también es una manera de acceder a contenidos audiovisuales de entretenimiento en ruso que no pueden consultarse desde Ucrania navegando por internet. Un ejemplo de ello fue el éxito de la serie de televisión rusa Slovo Patsana, que fue la más vista en Ucrania en 2023, pese a estar vetada, y que miles de personas se descargaron de forma pirata en canales de Telegram.

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Sobre la firma

Cristian Segura
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario 'Avui' en Berlín y en Pekín. Desde 2022 cubre la guerra en Ucrania como enviado especial. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.
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