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La filtración de unas conversaciones del ejército alemán sobre Ucrania eleva la tensión entre Berlín y Moscú

El Gobierno de Scholz acusa a Rusia de tratar de dividir a los socios europeos al divulgar un audio sobre el envío de misiles a Kiev y el Ministerio de Exteriores ruso convoca al embajador alemán para quejarse

Guerra de Rusia en Ucrania
El embajador de Alemania en Rusia, Alexander Graf Lambsdorff, abandona el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso en Moscú este lunes.Maxim Shemetov (REUTERS)

La filtración de una conversación entre altos cargos del ejército alemán sobre el posible envío de misiles Taurus a Ucrania y su utilización para atacar el puente de Crimea —la península de Ucrania ocupada por Rusia— ha incrementado la tensión entre Rusia y Alemania. Berlín acusa a Moscú de lanzar una “guerra de información” y alerta de que ese “ataque híbrido” persigue dividir a los socios europeos. Rusia, por su parte, sostiene que Alemania se está preparando para la guerra y su Ministerio de Asuntos Exteriores ha citado este lunes al embajador alemán, Alexander Lambsdorff, para quejarse.

Moscú ha aprovechado esta filtración para provocar recelos entre la clase política germana y sus altos mandos en un momento en el que Europa debate si debe dar pasos más decididos frente a la amenaza del expansionismo ruso. En el audio, de 38 minutos de duración, se oye a oficiales alemanes hablar de un posible envío de misiles Taurus a Ucrania y de un posible ataque de Kiev al puente de Kerch, que conecta la Rusia continental con Crimea.

Rusia trata de demostrar que Alemania se ha convertido en parte en la guerra y que está profundamente implicada en el conflicto, algo que el Gobierno alemán niega taxativamente. “Esto demuestra una vez más la implicación directa del colectivo occidental en el conflicto en torno a Ucrania”, ha manifestado este lunes el portavoz de Putin, Dmitri Peskov, informa desde Moscú Javier G. Cuesta. El Kremlin considera que sus acusaciones quedan probadas con el contenido de la conversación filtrada desde Rusia el pasado viernes, sin rodeos y sin disimular la fuente del audio, por la redactora jefa del canal estatal ruso Russia Today, Margarita Simonián, cercana a la élite gobernante de Moscú.

Un portavoz del Ejecutivo alemán ha criticado este lunes esa estrategia de Rusia, que considera dirigida a dividir: “Este incidente, este ataque híbrido, pretende crear inseguridad y dividirnos, y eso es precisamente lo que no vamos a permitir. Estamos en contacto permanente con nuestros socios”. Es un mensaje similar al ofrecido el día anterior por el ministro de Defensa alemán, Boris Pistorius, que considera que lo que el presidente ruso, Vladímir Putin, busca con esta filtración “desestabilizar a Alemania”. “Es parte de una guerra de información que Putin está librando”, declaró el domingo, un día después de que el Ministerio de Defensa confirmara que se había interceptado una conversación de las Fuerzas Aéreas alemanas.

Los políticos alemanes creen que la publicación fue planeada con precisión, dos semanas antes de las elecciones en Rusia, a las que Putin se presenta y previsiblemente será reelegido presidente ante la ausencia de rivales. “Nadie cree seriamente que sea una coincidencia”, dijo Pistorius sobre la publicación de las conversaciones, poco después del funeral del opositor Alexéi Navalni. En su opinión, el objetivo de Putin es apartar la atención de la política nacional, al mismo tiempo que alimenta más temores y malestar sobre Rusia en Alemania y Occidente.

Brecha en la seguridad de las comunicaciones

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La filtración ha desatado una ola de críticas desde los partidos del Gobierno alemán y desde la oposición, que han alertado de un problema estructural de seguridad en las comunicaciones del Gobierno alemán y de la necesidad de hacer frente a los ciberataques, el espionaje y la desinformación.

De momento, el canciller alemán, Olaf Scholz, se ha limitado a prometer una investigación “exhaustiva” de un asunto que considera “muy serio”, pero sin querer entrar en más detalles, y a insistir en su negativa a un posible envío de misiles Taurus a Ucrania por mucho que en la conversación de altos mandos del ejército se debata sobre su viabilidad.

“No se puede entregar un sistema de armas que llega muy lejos y no pensar en cómo se puede tener el control sobre el sistema de armas. Y si se quiere tener el control, eso solo es posible si participan soldados alemanes, algo que está totalmente fuera de lugar”, ha declarado Scholz este lunes.

“Esto es algo que he dejado muy claro. Soy el canciller”, ha agregado sobre las críticas a su rechazo a mandar unos misiles con 500 kilómetros de alcance, con los que se podrían llegar a objetivos en Moscú desde Ucrania. En opinión de Scholz, el envío de estas armas podría suponer que Alemania acabe siendo parte de la guerra, un riesgo que el canciller alemán no está dispuesto a correr.

Sin embargo, Der Spiegel señala que aunque muchos en Berlín, incluido el propio Scholz, no quieran oírlo, “Alemania es desde hace tiempo un adversario de guerra para el Kremlin”. “Y es uno sobre el que Putin cree que puede influir e influirle. Así lo demuestra la filtración sobre los Taurus, inusual incluso para los estándares rusos”, añade el semanario alemán.

El Ministerio del Interior alemán alertó hace tiempo de que, desde el comienzo de la guerra en Ucrania, se ha producido un claro aumento de la desinformación en Alemania, de la que Moscú es responsable. “El objetivo del Gobierno ruso es influir en la opinión pública alemana, dividir a la sociedad y debilitar a Alemania”, indicó.

Reacciones en Rusia

“Los intentos de presentar la conversación de los oficiales del ejército alemán como un juego de cohetes y tanques son una mentira maliciosa. Alemania se está preparando para la guerra con Rusia”, ha escrito en sus redes sociales el vicepresidente del Consejo de Seguridad ruso, Dmitri Medvédev. El hombre que presidió Rusia entre 2008 y 2012 también ha seguido el guion habitual del Kremlin para sembrar la duda dentro de los políticos europeos al insinuar que la cancillería alemana está controlada por los militares. “Un día vendrán a Scholz y le dirán: “Herr Reich, un misil fue derribado en Ucrania. Según su tipo y trayectoria, volaba hacia Berlín”. ¿Cómo responderá Scholz, eh?”, ha añadido.

Sin embargo, el propio Medvédev ha comparecido este lunes en un foro donde ha hablado sin tapujos de los planes expansionistas rusos. Ataviado en un mono azul similar al de uno de los enemigos de James Bond, el Doctor No, ha recalcado que Rusia “no renunciará a sus tierras” delante de un mapa en el que Moscú ocupa la casi totalidad de Ucrania y parte de Moldavia, incluida Transnistria. “Nuestro presidente ha sido preciso sobre nuestras fronteras: Las fronteras de Rusia no acaban en ningún sitio”, ha afirmado Medvédev tras desatar una sonora ovación de los asistentes. “Un líder ucranio dijo una vez: Ucrania no es parte de Rusia. Esa idea debe desaparecer para siempre. Ucrania es parte de Rusia”, ha agregado.

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