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Un jurado de Nueva York declara culpable de corrupción al antiguo director del principal ‘lobby’ de las armas de Estados Unidos

Wayne LaPierre, que lideró durante tres décadas el grupo de presión NRA, gastó casi seis millones de dólares de sus fondos en viajes y compras de lujo

María Antonia Sánchez-Vallejo
Wayne LaPierre, antiguo responsable de la NRA, este jueves en Nueva York.
Wayne LaPierre, antiguo responsable de la NRA, este jueves en Nueva York.BRENDAN MCDERMID (REUTERS)

La Asociación Nacional del Rifle (NRA, en sus siglas inglesas), otrora poderosísimo lobby de las armas en EE UU, está en horas bajas. Un jurado del estado de Nueva York ha determinado este viernes que su antiguo responsable, Wayne LaPierre, gestionó mal las finanzas del grupo y que esa mala praxise costó 5,4 millones de dólares a la organización. LaPierre dimitió en enero antes de ser juzgado por corrupción, por la vía civil, en un caso presentado por la fiscal general de Nueva York.

El jurado ha considerado probado que LaPierre ya ha devuelto a la NRA algo más de un millón de dólares, y un juez decidirá en última instancia cuánto más debe pagar al grupo. Otro acusado, el extesorero y ex director financiero de la NRA, también incurrió en una mala gestión que costó otros dos millones de dólares.

Hasta finales de la década pasada, la NRA prácticamente ponía y quitaba congresistas en Washington gracias a la financiación de sus campañas, como modo de oponerse a la regulación de las armas de fuego en el Gobierno federal y en los estados. LaPierre fue el principal artífice de ese poder en la sombra, con su liderazgo de la organización a lo largo de 32 años, antes de que se viera obligado a dimitir a principios de enero en vísperas del inicio del juicio.

LaPierre, de 74 años, empleado de la NRA desde 1977 y que en su día ya superó un intento de destitución como director ejecutivo por parte de la dirección de la NRA, convirtió a a la asociación en una potencia política que presionó a Washington y a las cámaras estatales para que ampliaran los derechos de quienes poseen armas, incluso pese a la repetición, cuando no el aumento, de tiroteos masivos en todo el país.

Consecuencia directa de tantas masacres fue la primera legislación bipartidista de control de armas en una década, aprobada en junio de 2022 a iniciativa de la Administración demócrata y, para algunos, demasiado tímida en sus propósitos. Tal acuerdo habría resultado imposible una década antes- Pero la pujanza de la RNA empezó a declinar a mediados de la década pasada, con una disminución de los ingresos del 44% desde 2016 y una caída de los miembros de casi un tercio desde 2018, según documentos judiciales presentados el año pasado.

La causa que ha sentado a LaPierre en un tribunal fue presentada en 2020 por la fiscal Letitia James, la misma que ha empapelado a Donald Trump por fraude continuado en sus negocios. James, que es demócrata, acusó a la NRA de mirar para otro lado mientras permitía que sus altos ejecutivos desviaran millones de dólares para gastos personales suntuarios, convirtiendo al grupo en un coto privado de LaPierre (el llamado Wayne-land, según la acusación) que le proporcionaba viajes caros y compras de lujo en Beverly Hills.

La dimisión de LaPierre, anunciada el 5 de enero, marcó el fin de una era para uno de los grupos de presión más influyentes del país. “Con orgullo por todo lo que hemos logrado, anuncio mi dimisión de la NRA”, dijo entonces LaPierre. “He sido miembro con carné de esta organización durante la mayor parte de mi vida adulta, y nunca dejaré de apoyar a la NRA y su lucha por defender la libertad de la Segunda Enmienda [que consagra el derecho a portar armas]. Mi pasión por nuestra causa arde tan profundamente como siempre”.

Al anunciar su renuncia LaPierre citó motivos de salud como causa, pero lo cierto es que la fiscal James había pedido que fuera destituido del cargo. En un principio, el caso pretendía también disolver por completo la NRA, pero ese objetivo fue desestimado el año pasado. Según el jurado, John Frazer, actual secretario y consejero general de la NRA, no perjudicó económicamente a la organización.

Pese al notable declive del grupo, su gasto de cientos de millones de dólares en servicios jurídicos para desafiar las medidas de control de armas en todo el país, no ha cesado. Entre las principales victorias legales del grupo se incluye una decisión del Tribunal Supremo del año pasado, que anuló la normativa sobre armas de fuego del estado de Nueva York y dio pie a una oleada de recursos legales contra otras medidas de control de armas similares en docenas de estados. La NRA apoyó la demanda que tumbó la ley de Nueva York.

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