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Zelenski clama contra el “déficit de armas” para Ucrania que da ventaja a Putin

“Los flujos desde EE UU se han reducido y esto tiene un impacto en el frente de batalla”, señala Stoltenberg en la Conferencia de Seguridad de Múnich

Kamala Harris y Zelenski en la Conferencia de Seguridad de Múnich.Foto: WOLFGANG RATTAY (REUTERS) | Vídeo: EPV
Andrea Rizzi (Enviado especial)

El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, ha subido este sábado al escenario principal de la Conferencia de Seguridad de Múnich horas después de que se supiera que las fuerzas de su país han decidido retirarse de Avdiivka, la ciudad de la provincia de Donetsk prácticamente rodeada por las tropas rusas desde finales de 2023 y que se ha convertido en símbolo de la resistencia ucrania en los últimos meses. Zelenski ha aprovechado su intervención ante una platea repleta de líderes políticos, militares y diplomáticos de medio mundo para subrayar el enorme daño que produce sobre el terreno de batalla la escasez de suministros militares procedentes de los socios.

“Desafortunadamente, mantener a Ucrania en un déficit artificial de armas, especialmente en un déficit de artillería y de capacidades de largo alcance, permite a Putin adaptarse a la actual intensidad de la guerra”, ha dicho Zelenski, en un foro que es la principal cita mundial en materia de defensa y seguridad. Zelenski empleó el vocablo “artificial” en una poco velada referencia al bloqueo de la ayuda procedente de Estados Unidos debido a la obstrucción librada por parte de congresistas republicanos.

Las causas de la inquietante dinámica de la guerra son claras. “Los flujos desde Estados Unidos se han reducido, y esto tiene un impacto en el frente de batalla”, ha sintetizado Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN.

La parálisis de la ayuda para Ucrania en el Congreso estadounidense genera enorme frustración entre los líderes occidentales. El senador republicano Pete Ricketts defendió en Múnich el obstruccionismo de su bancada, alegando que cada país tiene sus prioridades y sus crisis, que EE UU afronta una con la llegada de migrantes irregulares en la frontera sur, y que el resto del mundo debía entender que ellos trataran de avanzar sus objetivos políticos en esa materia manteniendo como herramienta de negociación la ayuda a Ucrania. Se trata de un emblema de la tendencia aislacionista que Donald Trump abandera y cuyo empuje influye en los representantes parlamentarios.

Tiempo a favor de Putin

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Ante esos argumentos, intervino la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas, rebatiendo que el tiempo que se pierde juega a favor de Putin y en contra de un mundo basado en reglas. También recordó las que son a su juicio las lecciones de los años treinta: “todo se propaga muy rápido en Europa; si Estados Unidos se aísla, al final paga un precio mayor; el efecto imitación global”.

Zelenski, anteriormente, también pareció hacer referencia a los años treinta. El mandatario se esforzó en subrayar la dimensión global de lo que está en juego en la guerra. Advirtió de que “cuanto más dure la agresión, más consecuencias tendrá”, señalando los riesgos de una “catástrofe global”. “Esto no va solo de Ucrania ni de Europa. Es una guerra que Rusia libra contra el mundo basado en reglas. Espero que no se convierta en el mundo de ayer”, dijo, en lo que sonó como una dramática referencia a las memorias de Stefan Zweig.

El mandatario ucranio hizo también referencia a la retirada de Avdiivka decidida por el nuevo mando militar. Zelenski ha defendido la medida alegando la necesidad de preservar las vidas de los soldados ante la potencia de fuego del enemigo y su mayor disposición a asumir bajas. “Necesitamos más armas, no tenemos suficientes. Pero el activo más importante son los soldados, sus vidas. Debemos protegerlas. En Avdiika ha habido una dura batalla desde octubre. No puedo daros las cifras exactas, pero puedo decir que el balance de bajas es de siete rusos por cada ucranio. Rusia tiene un total desprecio por la vida de sus soldados”, ha dicho el presidente.

La tragedia de la II Guerra Mundial está bien presente en la cabeza de los delegados de la cita en la capital bávara. Varios líderes militares y políticos europeos han intensificado últimamente las advertencias de que, si Putin tiene éxito en Ucrania, la perspectiva de que la guerra se extienda por el continente europeo no debe descartarse. Desde la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, hasta el canciller alemán, Olaf Scholz, Múnich escuchó una catarata de advertencias de líderes europeos que señalan la necesidad de aumentar rápidamente las capacidades de defensa para respaldar a Ucrania y disuadir posibles nuevas intenciones agresivas de Putin.

Scholz ha reafirmado el compromiso de su Gobierno para aumentar el gasto militar y mantener el apoyo a Ucrania en el tiempo. Berlín y París sellaron sendos acuerdos con Kiev sobre garantías de seguridad. “Tenemos que preguntarnos si estamos haciendo lo suficiente para señalar [a Putin] que estamos en esto a largo plazo”, ha planteado Scholz. Más tarde, él mismo se respondía: “Los europeos tenemos que hacer más”.

En ese sentido, Von der Leyen ha anunciado la presentación, dentro de tres semanas, de una nueva estrategia industrial de defensa. La jefa del Ejecutivo comunitario ha señalado cuatro prioridades: “Gastar más; gastar mejor, con más acción conjunta; gastar más europeo, no en el sentido de comprar solo a empresas europeas, pero sí en el sentido de promover empleos de buena calidad en este sector en suelo europeo; aprender de las lecciones del combate en Ucrania, cuyas fuerzas demuestran una gran reactividad”.

Von der Leyen también dijo que, si repite mandato al frente de la Comisión después de las elecciones europeas de junio, crearía un nuevo puesto de comisario de Defensa. La comisión no tiene competencias en sentido estricto en materia de defensa, que permanece en manos de los países miembros, pero sí la tiene en política industrial, indudablemente un elemento clave de toda estrategia de seguridad militar. Estos anuncios y el tono general de las intervenciones de los líderes europeos en Múnich dieron a entender una creciente concienciación de la necesidad de acelerar para disuadir a Putin.

“No nos pregunten a los ucranios cuándo terminará la guerra; pregúntense por qué Putin todavía está en condiciones de librarla”, ha añadido Zelenski, reclamando un mayor esfuerzo a los socios a la vez que agradecía todo lo que se ha hecho hasta la fecha.

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Sobre la firma

Andrea Rizzi (Enviado especial)
Corresponsal de asuntos globales de EL PAÍS y autor de una columna dedicada a cuestiones europeas que se publica los sábados. Anteriormente fue redactor jefe de Internacional y subdirector de Opinión del diario. Es licenciado en Derecho (La Sapienza, Roma) máster en Periodismo (UAM/EL PAÍS, Madrid) y en Derecho de la UE (IEE/ULB, Bruselas).
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