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Ucrania acusa a Rusia de destruir una presa estratégica en el Dniéper para detener la contraofensiva

Las autoridades evacúan a la población por la subida del agua en la orilla occidental, controlada por fuerzas ucranias. No hay por el momento riesgo en la central de Zaporiyia, que recibe agua del dique para su refrigeración

Fotograma de un vídeo que muestra los destrozos en la presa de Nova Kajovka.Foto: AP | Vídeo: EPV
Cristian Segura (enviado especial)

La presa de Nova Kajovka se ha derrumbado en la mañana de este martes. El Gobierno ucranio asegura que una detonación ha destruido un sector del dique de contención de uno de los embalses más importantes en el río Dniéper. Nova Kajovka, situada en el sureste del país, es una ciudad ocupada por Rusia, en un sector del frente en el que el Dniéper marca la línea divisoria entre los dos ejércitos. Kiev ha acusado a Rusia de hacer explotar la presa para detener la contraofensiva ucrania. La versión del Kremlin es que fuerzas ucranias han saboteado la infraestructura.

El presidente ucranio, Volodímir Zelenski, ha acusado a Rusia de terrorismo y ha reunido de urgencia a su Consejo de Seguridad y Defensa Nacional. “La destrucción de la central hidroeléctrica de Kajovka”, ha manifestado Zelenski en sus perfiles de redes sociales, “confirma a todo el mundo que [los rusos] deben ser expulsados de todas las esquinas del territorio ucranio. No debe dejárseles un solo metro, porque usan cada metro para el terror”.

Según la Convención de Ginebra, utilizar infraestructuras como una presa como arma en un conflicto es un crimen de guerra. Zelenski advirtió en octubre de 2022 de que las tropas rusas habían colocado cargas explosivas en la presa. Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, ha dado por hecho que la autoría del desastre es rusa: “Consternado por este ataque sin precedentes a la presa de Nova Kajovka. La destrucción de infraestructuras civiles está considerada como un crimen de guerra. Haremos responsables de ello a Rusia y a sus agentes”. Jens Stoltenberg, secretario general de la OTAN, ha tildado la catástrofe como “un acto indignante que prueba una vez más la brutalidad de la guerra de Rusia en Ucrania”.

Las primeras alertas de los ciudadanos empezaron a saltar en torno a las cinco de la mañana (una hora menos en la España peninsular). Distintas zonas de Nova Kajovka como pantalanes, avenidas, cafeterías, un parque o un teatro de verano empezaron a inundarse desde las 6.30, según informó el alcalde, Volodímir Kovalenko, al diario Ukrainska Prvada. “La explosión es terrible porque no solo afectó a la carretera, sino también a la presa y, desafortunadamente, a la central hidroeléctrica de Kajovka; es decir, la sala de máquinas, que explotó. La destrucción ha sido causada por la mano del hombre. El volumen de agua está cayendo rápidamente en este momento”, comentó el regidor. Kovalenko, alcalde en el exilio (Nova Kajovka, en la orilla oriental del río, está ocupada por los rusos), reconoce que hay problemas para obtener detalles sobre las consecuencias del siniestro y ni siquiera saben si fueron una o varias explosiones. En todo caso, apunta sin dudar a la autoría rusa.

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Rusia culpa a Kiev

Las autoridades rusas en Nova Kajovka aseguran que la presa no ha sido detonada, sino que se habría roto tras varios ataques ucranios a la infraestructura. Vladímir Leontiev, jefe de la administración rusa en la ciudad, ha declarado a la agencia estatal rusa Tass que las instalaciones habían sido atacadas en varias ocasiones desde el pasado verano. Leontiev ha confirmado que el dique de la presa continúa destruyéndose y que es imposible controlar la fuga de agua. La versión de Dmitri Peskov, portavoz del presidente ruso, es que la infraestructura ha sido destruida por saboteadores ucranios.

Imágenes por satélite del dique de contención aportadas por periodistas de The Washington Post y NPR parecen mostrar que en la última semana ha desaparecido el tramo de carretera que cruzaba sobre la presa, justo encima del lugar por donde se ha producido la ruptura. Las cuentas de Telegram de los principales analistas militares rusos recuerdan una entrevista del pasado diciembre en The Washington Post al general Andrii Kovalchuk en la que este confirmaba que se habían realizado en la presa pruebas con misiles Himars para identificar si era posible una inundación controlada de las posiciones rusas. Kovalchuk aseguró que esta opción se había descartado.

Yegor Guzengo, soldado ruso en el frente de Jersón y también conocido por su propaganda como bloguero, ha compartido un vídeo en el que da por seguro que ha sido su bando el que ha detonado las cargas explosivas situadas en la presa.

La prioridad de las autoridades es la evacuación de los municipios más cercanos al río en su orilla occidental, la controlada por el ejército ucranio. Desde Nova Kajovka a la ciudad de Jersón, cerca de la desembocadura, el río recorre unos 60 kilómetros. La mayoría de los habitantes de estos municipios ya abandonaron anteriormente la zona al estar próximos al frente de guerra. La administración militar de Jersón calcula que hay 16.000 personas que deben ser evacuadas de las zonas controladas por Kiev. La Fiscalía General de Ucrania agregó que en las zonas ocupadas por Rusia unos 25.000 habitantes tendrán que ser realojados en otras localidades. La administración militar de Nikopol, ciudad al norte de Nova Kajovka, ha asegurado que el nivel del agua de la presa está disminuyendo unos 15 centímetros por hora.

Las consecuencias del derrumbe son catastróficas en múltiples ámbitos. Al mediodía del martes las autoridades ucranias informaron de que 24 localidades de la orilla occidental estaban inundadas y algunas han dejado de ser habitables. Sumando a los municipios en la margen oriental, ocupados por Rusia, el Gobierno ucranio eleva a 80 los núcleos habitados que pueden quedar bajo el agua. El impacto ecológico también será de gran magnitud. La empresa sueca Dämmningsverket publicó en octubre de 2022 una simulación por ordenador de cuáles serían las consecuencias de que se destruyan todas las compuertas de la presa. Dämmningsverket estimaba que el peor golpe se lo llevaría la ciudad de Jersón, con una elevación del nivel del agua de hasta cinco metros.

Ukrhidroenergo, empresa estatal de generación hidroeléctrica, ha asegurado que la central de la presa también ha quedado bajo el agua y destruida. El embalse de la presa también suministraba agua para la península de Crimea. El agua de la presa también es utilizada para refrigerar los reactores nucleares de la central atómica de Zaporiyia. La central está ocupada por Rusia desde marzo de 2022. Energoatom, la empresa estatal ucrania que operaba las instalaciones y que todavía supervisa su funcionamiento, ha manifestado que aún cuentan con una reserva de agua suficiente y que están monitoreando la situación. La Agencia Internacional de la Energía Atómica (AIEA), que cuenta con expertos en la planta, ha informado de que por el momento no hay riesgo para la seguridad de la planta.

Las imágenes difundidas por Ucrania de la presa de Nova Kajovka.
Las imágenes difundidas por Ucrania de la presa de Nova Kajovka.HANDOUT (AFP)

Las consecuencias también son militares. Ucrania ha iniciado los primeros compases de la contraofensiva y la destrucción de la presa, ampliando las zonas inundadas a lo largo del Dniéper, añade dificultad a posibles asaltos anfibios en el frente sur. Tres compañías diferentes de las fuerzas especiales ucranias habían confirmado en el último mes a EL PAÍS que habían intensificado sus operaciones en territorio controlado por Rusia para localizar posiciones enemigas para ser destruidas en un potencial asalto en la franja oriental de la provincia de Jersón. Nova Kajovka es estratégica porque si Ucrania consiguiera cruzar el río por el sector de la presa, permitiría abrir un flanco en la retaguardia rusa en la provincia de Zaporiyia, al norte, y abriría un nuevo frente hacia Crimea, ocupada por Rusia desde 2014.

La inundación de las llanuras alrededor del río afectaría a ambos ejércitos, pero sobre todo al atacante, según ha valorado en sus redes sociales Mark Hertling, teniente general estadounidense y habitual comentarista de la guerra: “La inundación afectará al cinturón defensivo ruso y a un potencial desembarco fluvial ucranio, a sus líneas de suministro y a una posible ofensiva en Jersón”. En este sector del frente, además de la primera línea de fuego, en la orilla del Dniéper, las tropas rusas han levantado tres líneas fortificadas defensivas para detener un posible avance ucranio. El principal activo defensivo sigue siendo el obstáculo de cruzar un río tan ancho bajo el fuego de artillería.

Las Fuerzas Armadas de Ucrania han ido introduciendo avanzadillas en la orilla oriental desde inicios de la primavera. El pasado marzo, el Gobierno ucranio incluso llegó a anunciar que Nova Kajovka había sido liberada, para reconocer luego que era una información incorrecta. “Nada ni nadie, ni un solo ruso, detendrá la liberación de Ucrania, para la que ya ha llegado el momento”, ha escrito en sus redes sociales el secretario del Consejo de Seguridad Nacional, Oleskii Danilov.

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Sobre la firma

Cristian Segura (enviado especial)
Escribe en EL PAÍS desde 2014. Licenciado en Periodismo y diplomado en Filosofía, ha ejercido su profesión desde 1998. Fue corresponsal del diario Avui en Berlín y posteriormente en Pekín. Es autor de tres libros de no ficción y de dos novelas. En 2011 recibió el premio Josep Pla de narrativa.

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