Expiró el Título 42 en la frontera México-Estados Unidos: ¿ahora qué?
El fin de la controvertida norma migratoria de Trump deja paso a un nuevo régimen plagado de incertidumbres. Esto es lo que se sabe sobre lo que vendrá después
A las 23.59 de este jueves, hora de Washington, el Título 42 perdió su efecto sobre las vidas de los miles de migrantes que llegan cada día a la frontera que separa México de Estados Unidos. Era una norma impuesta por la Administración de Donald Trump con el pretexto de detener el avance de la pandemia. Permitía la expulsión rápida de migrantes, que eran devueltos en cuestión de minutos a México. Su extinción abre una nueva era en las relaciones migratorias entre ambos países. Y deja abiertos un buen número de interrogantes que la Administración de Joe Biden confía en que se vayan aclarando con el pasar de las semanas.
Esa norma convivía con el Título 8, que rigió en solitario durante décadas hasta marzo de 2020. Quedaba a la discreción de los oficiales de migración decidir si aplicaban una norma u otra. En la práctica, llevaban semanas optando mayoritariamente por el Título 8. El 42 solo se aplicaba en el 17% de los casos, según informó a EL PAÍS un agente de la patrulla fronteriza este jueves en El Paso (Texas).
En el año fiscal de 2022, que va de octubre a mayo, a más de 1,15 millones de detenidos en la frontera se les aplicó el Título 8, frente a los algo más de 1,08 millones para los que prevaleció el 42.
El 8 supone un endurecimiento de las condiciones para pedir asilo. Permitió a la Administración de Barack Obama deportar a más de tres millones de migrantes en ocho años. La norma incorpora ahora novedades: a aquellos que quieran solicitar asilo se les obliga a pedirlo mediante una aplicación para móviles desde sus países de origen, para que así viajen con la certeza de que serán tenidos en consideración.
Esa obligación ha recibido las críticas de los migrantes, que consideran que es difícil de usar y que les obliga a tener un buen acceso a internet, algo que no siempre se puede dar por hecho.
Si llegan a Estados Unidos sin haber cumplido ese requisito o no son elegibles para el asilo, serán deportados. Esa deportación implicará la prohibición de volver a intentarlo durante al menos cinco años. Si los descubren tratando de cruzar de nuevo en ese tiempo, se exponen a penas de prisión en Estados Unidos. Las deportaciones serán a sus países de origen, salvo en los casos en los que no haya acuerdos al respecto.
Aquellos elegibles para asilarse en Estados Unidos esperarán en un centro de detención mientras su solicitud se resuelve. Deben demostrar que se encuentran en una situación de “miedo creíble”, es decir, que sus vidas corren peligro allá de donde vienen.
A aquellos que superen ese examen se les permitirá permanecer en el país mientras sus casos pasan por los tribunales de inmigración. Reciben un documento con una cita con un juez en algún punto de Estados Unidos que les permite viajar libremente por el país. Los plazos varían, de varias semanas a varios años. Actualmente, hay dos millones de causas abiertas, y los magistrados especializados en temas migratorios están desbordados.
Las autoridades estadounidenses esperan que el cambio traiga un aumento de los cruces de la frontera, que podrían llegar a las 13.000 personas diarias, frente a las 6.000 de un día atareado de hace solo unas semanas. Eso tendrá consecuencias también en el tiempo que tengan que emplear los funcionarios de inmigración para completar los procesamientos. Con el Título 42, bastaban entre 10 minutos y 30 minutos para decidir la expulsión. El proceso al que obligan las reglas del Título 8 aumenta ese tiempo hasta más de una hora.
Esta semana, Estados Unidos también estrenó una nueva regla de asilo que prohibirá en gran medida que los migrantes que pasaron por otro país antes de llegar a la frontera busquen asilo en Estados Unidos. La regla, propuesta a principios de este año, entiende que esas personas pudieron buscar refugio en esos lugares. Los inmigrantes que aseguren una cita a través de la aplicación CBP One estarán exentos.
El Departamento de Estado planea asimismo la apertura de alrededor de 100 centros regionales de procesamiento en el hemisferio occidental donde los inmigrantes pueden presentar una solicitud para que los acepten en Estados Unidos, Canadá o España. Poco se sabe aún de cómo piensan llevar a puerto esos planes.
La combinación de todas esas medidas, una mezcla de proporcionar más vías legales, aunque aún limitadas, y endurecer la seguridad fronteriza para intentar frenar los cruces irregulares, tiene como objetivo desalentar a los migrantes de cruzar la frontera ilegalmente y evitar un aumento sin precedentes de los que buscan asilo. Los expertos han certificado una tendencia global que habla de un crecimiento inédito de los movimientos migratorios.
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