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La Fiscalía acusa al sospechoso de la filtración del Pentágono de apropiación de documentos clasificados

El soldado de la Guardia Nacional Jack Teixeira, de 21 años, ha comparecido ante un tribunal de Boston y permanecerá bajo custodia de las autoridades hasta una nueva audiencia el próximo miércoles

Jack Teixeira
Jack Teixeira, en una imagen difundida en sus redes sociales.
Macarena Vidal Liy

Apropiación y retención no autorizadas de documentos clasificados, y retención y difusión de información que afecta a la seguridad nacional. Estos son los cargos de los que ha sido acusado formalmente este viernes el soldado de la Guardia Nacional Jack Teixeira, de 21 años, en una vista preliminar en un juzgado de Boston. Teixeira fue detenido el jueves en su domicilio en la localidad de North Dighton, en el Estado de Massachusetts, como sospechoso de la mayor filtración de secretos militares de Estados Unidos desde el escándalo de Wikileaks en 2010.

Los cargos de los que se le acusa pueden suponer una condena de 10 años de cárcel cada uno, pero si se le aplican agravantes o se les suman otras acusaciones, Teixeira podría ser condenado a una pena más larga en caso de ser declarado culpable. Chelsea Manning, autora de la filtración de más de 700.000 documentos publicados por Wikileaks, fue condenada a 35 años de prisión antes de ser indultada por el entonces presidente, Barack Obama.

En la vista de Teixeira, un juez federal ha ordenado que el militar permanezca bajo custodia de las autoridades como mínimo hasta el próximo miércoles, cuando se celebrará una nueva audiencia. La fiscal Nadine Pellegrini había solicitado que no se le concediera la libertad bajo fianza. Teixeira había llegado a la sede del tribunal esposado y vestido con el uniforme de color beis de los reclusos y una camiseta negra. Durante la breve audiencia permaneció sentado en el banquillo de los acusados, junto a su abogado. Solo habló en dos ocasiones, cuando se le preguntó si entendía que tenía derecho a permanecer callado, y para confirmar un formulario sobre su situación económica, que le da derecho a recibir ayuda para sus costes legales. En ambas ocasiones dijo un escueto: “Sí”.

Cuando terminó el juicio y los agentes que le escoltaban se lo llevaban esposado, un hombre en primera fila se dirigió a él: “te quiero, Jack”. El joven recluta le contestó: “yo también te quiero, papá”.

El Departamento de Justicia considera que el joven militar era el líder de un grupo privado en Discord, una plataforma de internet, en el que se compartía información sobre videojuegos, armas de fuego y memes. Desde diciembre, según consideran los investigadores del caso, Teixeira había empezado a divulgar en el grupo, denominado Thug Shaker Central, también información altamente clasificada de todo tipo. La mayor parte, relativa a la guerra de Ucrania, pero también sobre otros puntos sensibles del planeta, desde Corea del Norte hasta Oriente Próximo.

La filtración, y el contenido que se ha revelado en esos textos, ha desatado tensiones entre Washington y varios de sus aliados, entre ellos Egipto, Israel y Corea del Sur. También ha puesto de relieve las carencias que sufren las fuerzas rusas y hasta qué punto Washington ha conseguido introducirse en los servicios de inteligencia de ese país, algo que podría precipitar que Moscú detuviera ese flujo de información y poner en peligro a las fuentes utilizadas.

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El joven recluta estaba destinado en el ala 102 de inteligencia de la fuerza aérea de Massachusetts de la Guardia Nacional y prestaba servicio en la base aérea de Otis, en ese Estado, desde mayo de 2022. Según una declaración jurada que firma el FBI, había recibido autorización de acceso a información de alto secreto desde 2021. Su posición era la de “especialista en sistemas de cibertransporte”, y su misión era encargarse de que la comunicación cibernética fluyera. Eso le daba acceso al sistema de inteligencia del Pentágono para todo el mundo.

Los documentos aportados por la acusación indican que Teixeira hizo uso de ese acceso incluso el mismo día en que los medios comenzaron a informar sobre la filtración. Al parecer, pretendía enterarse de si los investigadores al cargo del caso habían averiguado su identidad. “El 6 de abril de 2023 Teixeira utilizó su ordenador de propiedad gubernamental para buscar información clasificada sobre la palabra ‘filtración’”, indican estos papeles. “Hay motivos para creer que Teixeira buscaba información clasificada sobre la valoración de la comunidad de inteligencia en torno a la identidad del individuo que había transmitido información de defensa nacional clasificada”.

La declaración jurada sostiene que Teixeira inicialmente publicó los documentos clasificados como párrafos que él mismo transcribía en el teclado del ordenador. Un mes más tarde, en enero de 2023, empezó a volcar fotos de los documentos. El recluta contó a uno de los miembros del grupo de Discord —la mayoría de ellos, varones jóvenes interesados como él en las armas de fuego, cuestiones bélicas y los videojuegos— que había comenzado a llevarse los papeles a casa para fotografiarlos allí, por miedo a ser sorprendido mientras transcribía en horas de trabajo.

En febrero, uno de los miembros del grupo, al que se accedía solo por invitación, copió varios de los documentos y los volcó a su vez en otras redes sociales. La avalancha estaba servida. Si en el canal de Discord aquella información había pasado desapercibida, en los grupos públicos comenzó a circular. Hasta capturar la atención de los medios y desencadenar la apertura de una investigación en el Pentágono. Ahora, Defensa trata de determinar el alcance de la embarazosa filtración y revisa sus normas internas de acceso a datos secretos.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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