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El FBI detiene a un sospechoso por la filtración de documentos del Pentágono

Se trata de Jack Teixeira, de 21 años y destinado en la Guardia Nacional Aérea en el Estado de Massachusetts

Así fue detenido el presunto filtrador de los documentos del Pentágono, Jack Teixeira, este jueves.Vídeo: REUTERS/AP
Macarena Vidal Liy

Ni una red de espionaje extranjero, ni un denunciante con afán de justicia. El FBI ha detenido este jueves a un técnico informático de la Guardia Nacional Aérea, Jack Teixeira, de 21 años, en su domicilio en el Estado de Massachusetts como sospechoso de la mayor filtración de secretos militares en Estados Unidos desde el escándalo de Wikileaks en 2010 y que ha puesto en evidencia las debilidades de la mayor potencia del mundo a la hora de proteger su material clasificado. La motivación del joven militar no parece haber sido el lucro económico, el deseo de gloria o la denuncia política. Según han ido contando miembros de su grupo de seguidores en internet, su acción se ha debido simplemente a las ganas de impresionar y de ganar amigos.

Teixeira, según ha revelado el fiscal general (equivalente a ministro de Justicia) Merrick Garland, quedará acusado de apropiarse, retener o transmitir información clasificada sobre la defensa nacional, un delito recogido en la Ley de Espionaje estadounidense. Tras su identificación, el detenido comparecerá este viernes ante un tribunal de Boston (Massachusetts) para una vista preliminar. Más tarde podría tener que responder ante un tribunal militar.

La detención del sospechoso en su domicilio de North Dighton se produjo “sin incidentes”, ha precisado Garland. El arresto se dio después de que las fuerzas de seguridad registraran su domicilio. Imágenes de televisión mostraron toda la secuencia del arresto: vehículos de las fuerzas de seguridad estadounidenses que rodean una vivienda; el joven, en camiseta gris y pantalones cortos rojos, retrocede con las manos en alto mientras los agentes del FBI le rodean. Teixeira queda esposado antes de ser introducido en un vehículo.

Imagen aérea del momento de la detención de Jack Teixeira, este jueves.
Imagen aérea del momento de la detención de Jack Teixeira, este jueves. HANDOUT (AFP)

El arresto del joven militar abre ahora un debate acerca de cómo Teixeira, perteneciente a los estratos militares más bajos, pudo tener acceso a una información altamente clasificada a la que solo suelen acceder los altos mandos. Entre los documentos que han aparecido publicados se encontraban materiales correspondientes a las sesiones informativas de los jefes de Estado Mayor, lo más alto de la jerarquía militar.

En una rueda de prensa, el portavoz del Pentágono, Pat Ryder, ha asegurado que el Departamento de Defensa está revisando las listas de distribución de información y los procedimientos para acceder a los documentos clasificados. “Debemos asegurarnos de que solo llegan a las personas que necesitan tenerlos”, ha argumentado. Ryder también ha indicado que la filtración constituye “un acto delictivo deliberado”.

“Existen reglas. Cada uno de nosotros firma un acuerdo por el que se compromete a no divulgar información. Este es un acto delictivo, una violación a sabiendas” de las normas, abundaba el portavoz. Pero, por otro lado, también indicaba: “Depositamos en nuestros miembros mucha responsabilidad a edades muy tempranas. Piensen en un joven sargento en un pelotón de combate, y la responsabilidad y confianza que depositamos en esos individuos para que lideren a las tropas en el combate”.

En el caso de Teixeira, que ingresó en la Guardia Nacional en septiembre de 2019 ―recién terminada la escuela secundaria―, esa confianza se dirigía a su acceso a información confidencial. Su papel era el de “especialista en sistemas de cibertransporte”. Esto es, encargarse de que la comunicación cibernética fluyera. Y eso le daba acceso a niveles muy altos de información.

Los documentos filtrados conciernen sobre todo a la guerra en Ucrania, pero también a otros puntos calientes del mundo, desde China hasta Oriente Próximo, y el Pentágono considera su divulgación “un riesgo muy grave para la seguridad nacional”. Su publicación, y el contenido del material difundido, han desatado tensiones entre Washington y algunos de sus aliados, como Israel o Corea del Sur. Algunos de esos textos estaban marcados con la etiqueta “NOFORN”, que indicaba que la información era tan delicada que no debía compartirse con extranjeros.

El fiscal general de EEUU, Merrick Garland, durante su comparecencia este jueves ante los medios.
El fiscal general de EEUU, Merrick Garland, durante su comparecencia este jueves ante los medios. Evan Vucci (AP)

Poco antes del arresto, el presidente de Estados Unidos había asegurado que había una investigación “muy avanzada” para identificar al principal responsable de la filtración. Desde Irlanda, donde se encuentra en viaje oficial, Biden trató de atenuar la inquietud por las consecuencias de la filtración. “Me preocupa que haya ocurrido”, ha declarado; pero los documentos, ha subrayado, contienen información anticuada: “No hay nada actual de lo que tenga noticia”. El inquilino de la Casa Blanca ha sido informado de la detención.

El relato de los seguidores de Teixeira en internet habla de un joven con una motivación muy diferente a la de otros autores de filtraciones masivas. Chelsea Manning transmitió documentos en el escándalo Wikileaks como protesta por las guerras de Irak y Afganistán. Edward Snowden quería denunciar hasta qué punto el Estado vigilaba a sus ciudadanos. El joven soldado, aparentemente, solo quería presumir.

Durante la pandemia, y para combatir la sensación de aislamiento, el militar había creado un grupo en la red social Discord, frecuentada por amantes de los videojuegos, al que solo se podía acceder por invitación, según han ido explicando algunos de sus miembros a medios estadounidenses. En este grupo, denominado Thug Shaker Central y en el que la veintena de miembros intercambiaba pistas sobre videojuegos, información sobre armas de fuego y memes racistas, el sospechoso, que se identificaba como O. G. (las iniciales de Original Guy, el tipo que empezó todo, en una traducción aproximada), comenzó a compartir información clasificada sobre todo tipo de temas hace meses, según otros miembros. Según estos compañeros, O. G. no se consideraba enemigo del Gobierno estadounidense, pero sí tenía una opinión “oscura” sobre sus acciones.

La publicación pasó desapercibida al principio porque, según dos miembros del grupo entrevistados por The Washington Post, los textos se copiaban a mano y el contenido era excesivamente árido. Pero el autor de la filtración cambió de metodología y empezó a, simplemente, fotografiar los documentos y subirlos. Fueron docenas. El Pentágono no sabe aún exactamente cuántos, pero teme que se trate de más de un centenar. O varios. Desde imágenes del globo chino que recorrió territorio estadounidense a principios de este año hasta detalles sobre el equipamiento de las tropas ucranias. El salto a la luz pública llegó cuando otro de los miembros del grupo divulgó parte del material en otro canal, donde otros usuarios comenzaron a distribuirlo.

En un comunicado tras la detención, el secretario de Defensa, Lloyd Austin, indicó que el Pentágono llevará a cabo una revisión de sus “procedimientos de control, acceso a datos de inteligencia y rendición de cuentas” para impedir que una filtración así vuelva a repetirse.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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