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Biden: “Si un objeto amenaza la seguridad de los estadounidenses, lo derribaré”

El presidente de Estados Unidos admite que no hay lazos con China en los tres objetos derribados la semana pasada, dice que no quiere una nueva guerra fría y que hablará con Xi Jinping

Joe Biden, llegando este jueves a la Casa Blanca bajo la lluvia tras un chequeo médico rutinario. Foto: KEVIN LAMARQUE (REUTERS) | Vídeo: EPV
Miguel Jiménez

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha comparecido este jueves por primera vez para hablar del globo chino y de los objetos no identificados que cazas estadounidenses han abatido sobre el espacio aéreo. No hay indicios de que los tres objetos derribados la semana pasada, ha admitido, tengan lazos con China. Parecían ser de tipo comercial, recreativo o científico. Pero ha dejado claro: “Si un objeto amenaza la seguridad del pueblo estadounidense, lo derribaré”.

A la vez que ha lanzado ese mensaje de firmeza, Biden ha tendido la mano al diálogo con China. Como ha dicho desde el principio de su presidencia, ha reiterado el mensaje de que quiere competencia, no conflicto, entre las dos superpotencias. “No buscamos una nueva guerra fría, pero no pido disculpas. No me disculpo y competiremos y gestionaremos responsablemente esa competencia para que no derive en conflicto”, ha dicho en su mensaje sobre la relación bilateral.

Según Biden, este episodio subraya la importancia de mantener abiertas las líneas de comunicación entre los diplomáticos y los militares de ambos países. “Nuestros diplomáticos seguirán dialogando y yo seguiré en comunicación con el presidente Xi. Estoy agradecido por el trabajo de las últimas semanas de nuestros profesionales de inteligencia, diplomáticos y militares”, ha dicho. Ha prometido mantener informados al día al Congreso y a los aliados y ha dejado un plan sin fecha: “Espero hablar con el presidente Xi y espero que lleguemos al fondo del problema, pero no me disculpo por derribar ese globo”, ha concluido.

En su discurso sobre el estado de la Unión, sin referirse expresamente al globo que cruzó el país desde Montana a Carolina del Sur, Biden sí lanzó una advertencia a su rival estratégico: “Si China amenaza nuestra soberanía, actuaremos para proteger a nuestro país”, dijo. “He dejado claro al presidente Xi [Jinping] que buscamos la competencia, no el conflicto. No me disculparé por invertir para hacer fuerte a Estados Unidos, invertir en la innovación estadounidense, en industrias que definirán el futuro y que el Gobierno de China pretende dominar”, señaló también.

Sin embargo, Biden había guardado silencio hasta hoy acerca de los objetos derribados la semana pasada, pese a la respuesta militar que generaron. Tras la aparición del globo chino equipado con antenas y al que Washington atribuyó desde el principio fines de espionaje (que Pekín niega), Estados Unidos ajustó los parámetros de sus radares. Por lo general, es difícil detectar objetos que se mueven a gran altitud y poca velocidad, pero con esos cambios en los filtros, aparecieron varios objetos volantes sin identificar la semana pasada (en Alaska, la región canadiense del Yukón y sobre el lago Hurón), derribados entre el viernes y el domingo pasados.

El objeto derribado el viernes cayó sobre las aguas territoriales estadounidenses del norte de Alaska, en gran medida congeladas en pleno invierno. El del sábado, en un área remota y escarpada del noroeste de Canadá. Y los restos del abatido el domingo se cree que se han hundido en las profundidades del lago Hurón. El caza que disparó a este último objeto, aparentemente de forma octogonal, falló en el lanzamiento de su primer misil.

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Este jueves, Biden sí ha empezado hablando de ellos. Ha reconocido que no hay indicios de que esos objetos tengan lazos con China ni con otros servicios de inteligencia. “Sabemos que una serie de entidades, incluidos países, empresas y organizaciones de investigación, operan con objetos a gran altitud con fines que no son malévolos, incluida la investigación científica legítima. Quiero ser claro, no tenemos ninguna prueba de que haya habido un aumento repentino del número de objetos en el cielo. Simplemente, ahora estamos viendo más que en parte debido a las medidas que hemos tomado para ajustar nuestros radares”, ha explicado.

Acaso consciente de que no era sostenible ese espectáculo de una operación diaria de caza y derribo de objetos volantes no identificados, ha ordenado a su equipo que le presente normas más precisas sobre la forma de tratar estos objetos no identificados en el futuro, distinguiendo entre los que pueden plantear riesgos para la seguridad que requieran una actuación y los que no. En ese contexto ha dicho: “Pero no se equivoquen, si un objeto representa una amenaza para la seguridad del pueblo estadounidense, lo derribaré”.

Un plan de cuatro pasos

El presidente de Estados unidos ha anunciado cuatro clases de medidas para hacer frente al desafío de los objetos volantes. Lo primero será establecer un mejor inventario de objetos aéreos no tripulados sobre el espacio aéreo de Estados Unidos, que sea accesible y esté actualizado. En segundo lugar, Estados Unidos aplicará nuevas medidas para mejorar su capacidad de detección de objetos en su espacio aéreo. Tercero, revisará las normas y reglamentos para el lanzamiento y mantenimiento de objetos no tripulados en sus cielos. Y, en cuarto lugar, promoverá internacionalmente unas normas comunes globales sobre ese espacio en gran parte no regulado. “Estos pasos conducirán a cielos más seguros y protegidos para nuestros viajeros aéreos, nuestros militares, nuestros científicos y también para las personas en tierra”, ha dicho Biden.

De los objetos de la semana pasada, es posible que los restos de todos o alguno de ellos no se recuperen y que no se pueda saber lo que eran. El portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, John Kirby, ya adelantó que no hay indicios de que los objetos fueran chinos ni artefactos de inteligencia o espionaje de alguna otra potencia extranjera. También descartó que fueran de origen extraterrestre. Kirby explicó que los objetos no tenían propulsión propia, sino que se mecían a merced del viento a gran altitud. Aparentemente, tampoco tenían mecanismos de vigilancia ni de comunicaciones.

“No se descarta la posibilidad de que se trate de globos simplemente vinculados a entidades comerciales o de investigación y, por tanto, benignos. Eso muy bien podría ser, o podría surgir, como una explicación principal aquí”, señaló el martes Kirby, en línea con lo afirmado este jueves por Biden. Tampoco hay certezas, admitió.

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Sobre la firma

Miguel Jiménez
Corresponsal jefe de EL PAÍS en Estados Unidos. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de Economía y Negocios, subdirector y director adjunto y en el diario económico Cinco Días, del que fue director.

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