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Rusia asegura que los tanques Leopard y Abrams “arderán como el resto” en Ucrania

El portavoz de Putin descarta que el mandatario ruso llame al canciller alemán para abordar el envío de carros de combate en apoyo de Kiev

Una mujer camina junto a varios tanques rusos destruidos y expuestos en una calle de Kiev, este miércoles. Foto: DANIEL COLE (AP) | Vídeo: EPV
Javier G. Cuesta

Al Kremlin no le inquieta que Ucrania cuente a partir de ahora con carros de combate modernos de Estados Unidos y Europa. “Arderán como el resto”, ha manifestado este miércoles Dmitri Peskov, portavoz de Vladímir Putin. Moscú habló en el pasado de “líneas rojas” en el suministro de otras armas a Kiev, pero el envío de tanques M-1 Abrams estadounidenses y Leopard 2 alemanes y de otros países europeos no le llevará a descolgar el teléfono. A la pregunta de si Moscú mantendrá conversaciones con Berlín sobre este nuevo capítulo de la guerra, Peskov se ha mostrado tan escueto como tajante: “No se llevarán a cabo”. “Repetimos: estos tanques arderán como todos los demás. Son muy caros y todo esto recaerá, en primer lugar, sobre los hombros de los contribuyentes europeos. Los estadounidenses, como siempre, permanecerán al margen y, muy probablemente, sacarán unas buenas ganancias”, ha sostenido Peskov.

El portavoz de Putin también ha aprovechado para lanzar otro dardo y alimentar el debate en torno a supuestas disensiones dentro de la OTAN. “Hay muchas declaraciones mutuamente excluyentes, noticias y filtraciones. Está claro que no todo va bien por allí. Ni todo va bien dentro de la Alianza Atlántica en sí, ni todo va bien por la presencia de tanques [en Ucrania]”, ha aseverado Peskov.

Sin embargo, igual que sucedió con la desconexión del gas ruso o el tope al precio del petróleo que vende el Kremlin, tras los debates los aliados han mantenido el frente común ante la ofensiva de Moscú. El Gobierno alemán reclamaba una coordinación a los socios para enviar los blindados a Kiev, y finalmente el martes Berlín decidió aprobar la entrega de sus Leopard 2 y autorizar la reexportación del blindado desde otros países, mientras Washington se planteaba la entrega a Kiev de sus Abrams. La ayuda estadounidense a Ucrania no ha dejado de crecer desde que Putin desató la ofensiva. El Departamento de Estado ha desgranado todo el material militar entregado a Ucrania desde febrero del pasado año, y la suma alcanza los 24.600 millones de euros en transportes blindados, cañones, munición, misiles y otros medios, a lo que hay que sumar decenas de miles de millones más en apoyo financiero al país invadido.

A las palabras de Peskov se ha sumado el embajador de Rusia en EE UU, Anatoli Antonov, quien también ha vaticinado que sus militares “destruirán los tanques estadounidenses de la misma manera que han destruido todos los demás dispositivos de la OTAN”, y ha culpado de nuevo a Washington del conflicto por surtir ya antes de la ofensiva material a Kiev, con la entrega de lanzacohetes antitanque portátiles Javelin mientras Rusia desplegaba sus tropas en torno a las fronteras de Ucrania. “Ya no funcionarán los argumentos sobre armas defensivas. Esta es otra provocación flagrante contra la Federación de Rusia”, añadió Antonov. En la misma línea se ha pronunciado la portavoz del Ministerio de Exteriores ruso, María Zajárova, quien ha acusado a Alemania de llevar “una guerra planeada de antemano contra Rusia”.

Los tanques se unen al quebradero de cabeza que suponen para Moscú las lanzaderas de precisión Himars y otras armas. El Ministerio de Defensa ruso mantiene que ha destruido varias de estas piezas de artillería. Kiev, sin embargo, afirma que ni una sola de sus 20 unidades ha sido alcanzada desde que recibió las primeras hace más de medio año. Por aquel entonces, Peskov advirtió de que Washington se acercaba a sus líneas rojas: “[EE UU] está echando gasolina al fuego deliberadamente”.

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Preocupación entre los militares

Sobre el impacto de los tanques se ha mostrado más prudente el presidente del comité de Defensa de la Duma, la Cámara baja del Parlamento ruso. El general y diputado Andréi Kartapolov pronosticó que las nuevas formaciones blindadas ucranias “aparecerán en algún lugar en primavera, más cerca del verano, y entonces esto será serio”. Kartapolov ha concedido una entrevista a la televisión estatal Rossiya-24 en la que recalcó que lo más peligroso para Rusia es que Ucrania no despliegue inmediatamente los tanques en el campo de batalla, sino que prepare sus unidades durante unos meses en Polonia y adapte sus sistemas logísticos a las nuevas armas.

“Los tanques Leopard no son malos, incluso son más efectivos que los Abrams en varios aspectos. Sin embargo, en comparación con nuestros T-90, son significativamente inferiores en potencia de fuego y blindaje, incluida la protección reactiva”, señaló Kartapolov. La otra alternativa a los Leopard y los Abrams serían los carros blindados de nueva generación, aunque no han sido vistos aún en el frente. Según este dirigente, si finalmente aparecen “será por motivos de propaganda” porque “posiblemente solo han sido producidas unas pocas decenas y es poco probable que los comandantes confíen en el vehículo de combate”.

Los medios rusos y sus expertos también han desdeñado la importancia de los tanques occidentales al tacharlos como las nuevas “wunderwaffen” (armas milagrosas, en alemán), que siempre prometen un vuelco imposible al curso de la guerra. “No será posible entrenar rápidamente a las tripulaciones de las Fuerzas Armadas de Ucrania”, ha afirmado Alekséi Leonkov, editor de la revista militar Arsenal Otechestva: “Los programas de formación de Alemania y el Reino Unido exigen más de un año. Los polacos, que reciben Leopard de vez en cuando, reentrenan cada dos o tres años, y estamos hablando de militares profesionales”.

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