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La batalla por el Estado más rico de Brasil se pone cuesta arriba para el PT de Lula

El bolsonarismo acaricia el triunfo en São Paulo con Tarcísio de Freitas, que aventaja por sorpresa a Fernando Haddad

Bolsonaro acompañado por Tarcísio Gomes de Freitas, candidato a gobernador de São Paulo, en una caravana de motocicletas en víspera de las elecciones del pasado domingo. Foto: SEBASTIAO MOREIRA (EFE) | Vídeo: EPV
Santiago Torrado

El sueño de conquistar por primera vez el Gobierno del Estado más rico de Brasil se le ha puesto cuesta arriba al Partido de los Trabajadores, y apunta a quedarse en una quimera después de las elecciones del domingo. Como se anticipaba, São Paulo, el motor económico del país, se ha convertido en un espejo de la polarización de la carrera presidencial. Hasta allí no había sorpresas. Los candidatos de Luiz Inácio Lula da Silva y del presidente Jair Bolsonaro se disputarán la Gobernación en una segunda vuelta, pero el resultado ha estado invertido con respecto al panorama que dibujaban las encuestas. Cuando nadie lo esperaba, el exministro de Infraestructura Tarcísio Gomes de Freitas, militar de la reserva y lugarteniente de Bolsonaro, se puso con un 42% de los votos por delante de Fernando Haddad, el heredero político de Lula y exalcalde de São Paulo, que se quedó con el 35%.

Al igual que las presidenciales, las elecciones estatales en Brasil contemplan un segundo turno si ningún candidato obtiene la mitad más uno de los votos. En São Paulo, el mayor colegio electoral con sus 46 millones de habitantes, el bolsonarismo acaricia la victoria en esa instancia. El propio mandatario ha ganado con holgura el domingo en el Estado más rico y poblado, que concentra más del 30% del PIB, y ese empuje electoral, que no estaba en las cuentas de nadie, ha remolcado a Gomes Freitas.

Si bien el Estado de São Paulo ha sido un bastión del centro derecha desde la redemocratización de Brasil, es también la cuna del PT, el lugar donde Lula forjó su leyenda en las luchas sindicales del cinturón obrero de la megaurbe. La izquierda aspiraba a romper ese tabú, pero el segundo turno se antoja ahora muy difícil ante un bolsonarismo movilizado.

La elección también ha fulminado al Partido de la Social Democracia Brasileña, el PSDB, que dominó por décadas la política paulistana. La era de los tucanos, como se conoce a la centroderecha tradicional, ha llegado a su final. En tercer lugar se quedó el actual gobernador, Rodrigo García, quien apenas asumió el cargo en abril, después de la renuncia de João Dória para una fallida aventura presidencial. Será clave la manera en que se posicionen entre el bolsonarismo y el lulismo, que aún cuenta con la carta de su candidato a vicepresidente, Geraldo Alckmin, una figura histórica del PSDB que ha sido gobernador por más de una década.

La demostración de Tarcísio, como todos lo llaman, fue tanto la mayor sorpresa de la jornada como el mayor tropiezo de las encuestas, que mostraban con bastante ventaja a Haddad, un peso pesado del PT que perdió la segunda vuelta presidencial de 2018 contra Bolsonaro, cuando Lula estaba en prisión por condenas por corrupción que después fueron anuladas por la justicia. El presidente de ultraderecha ha fustigado durante meses los sondeos, pues asegura que subestiman su fortaleza. São Paulo lo llena ahora de argumentos para seguir martillando a los encuestadores.

Su exministro de infraestructura nació en otro Estado, Río de Janeiro, carecía de trayectoria en São Paulo y ni siquiera tenía claro en qué zona de la ciudad votaba, lo que fue una fuente de ataques en la campaña pero no le hizo mella. Tiene un perfil más moderado y tecnocrático que el propio presidente, e incluso fue funcionario en el Gobierno de Dilma Rousseff, la sucesora de Lula en el palacio de Planalto. Si en la segunda vuelta del 30 de octubre Tarcísio acaba por ganar la Gobernación, y Bolsonaro por perder frente a Lula, será un nombre fuerte para recoger las banderas de derecha en el 2026. Con el segundo presupuesto del país, el gobernador de São Paulo se convierte automáticamente en un candidato a la presidencia de la República.

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No todos los resultados en São Paulo fueron tan rotundos para la ultraderecha. Eduardo Bolsonaro, de 38 años, el menor de los hijos del presidente metidos en política, consiguió su reelección al Congreso. Pero si hace cuatro años fue el diputado con más respaldo de todo Brasil, con 1,8 millones de votos, este domingo fue apenas el tercero más votado en el Estado, con 741.701 votos. Por contraste, el diputado más votado en São Paulo fue Guilherme Boulos, del PSOL, la gran esperanza de la izquierda por fuera de la órbita del PT. Con algo más de un millón de votos, Boulos se impuso en el desafío que había lanzado durante la campaña, cuando prometió que acabaría por delante de Eduardo, conocido como Bolsonaro 03.

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Sobre la firma

Santiago Torrado
Corresponsal de EL PAÍS en Colombia, donde cubre temas de política, posconflicto y la migración venezolana en la región. Periodista de la Universidad Javeriana y becario del Programa Balboa, ha trabajado con AP y AFP. Ha cubierto eventos y elecciones sobre el terreno en México, Brasil, Venezuela, Ecuador y Haití, así como el Mundial de Fútbol 2014.

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