Ucrania reprocha a la UE que no haya impuesto ya nuevas sanciones a Rusia
Kiev critica que Moscú ha vulnerado los acuerdos sobre la zona separatista del Donbás. El ministro español de Exteriores descarta el envío de armas a Ucrania
Mientras los aliados occidentales hablan y negocian para concretar un paquete contundente de sanciones contra Rusia, en caso de una agresión a Ucrania, el Gobierno de Kiev reprocha a la Unión Europea y a Estados Unidos que no haya impuesto ya nuevas represalias contra Moscú. Sanciones, ha dicho este miércoles el ministro de Exteriores ucranio, Dmytro Kuleba, que no serían preventivas por la actual amenaza, sino por haber “vulnerado la legislación internacional” y contravenido el espíritu de los acuerdos de paz de Minsk de 2015 y 2014 al aplicar medidas para tratar de anexionarse de facto las regiones ucranias de Donetsk y Lugansk (zona del Donbás), donde los separatistas que reciben el apoyo político y militar del Kremlin luchan desde hace casi ocho años contra el Ejército del país. “Se podrían haber adoptado antes ciertas medidas para demostrar la determinación de llevar a cabo acciones severas”, ha incidido Kuleba en una rueda de prensa junto a su homólogo español, José Manuel Albares, de visita en la capital ucrania. Albares ha afirmado que España no tiene previsto el envío de armas a Kiev.
Con el escenario de fondo de nuevas concentraciones de tropas rusas a lo largo de las fronteras con Ucrania, barcos en el Mar Negro y el pistoletazo de salida, este jueves, a la segunda fase de maniobras conjuntas de fuerzas de Moscú y Minsk en Bielorrusia, el ministro de Exteriores español ha insistido en la senda diplomática para una desescalada que, en su opinión, todavía es posible. “Todos los esfuerzos deben ir a encauzar la distensión a través de la vía del diálogo para que Ucrania pueda vivir en paz con respecto a sus fronteras y garantizando su soberanía”, ha declarado Albares, que ha insistido en que su viaje a Kiev —donde también se ha reunido con el presidente, Volodímir Zelenski, y con el primer ministro, Denys Shmyhal— forma parte de esa actividad diplomática “de alta intensidad” de cara a disuadir a Rusia.
La visita de Albares forma parte de una intensa actividad político-diplomática en torno a Kiev en las últimas semanas, con visitas de varios líderes y altos cargos de la UE y de países de la OTAN, que han tratado de dar visibilidad al apoyo a Ucrania ante la amenaza rusa. Una agenda intensa que su homólogo ucranio ha agradecido y definido como uno de los pilares más importantes frente a la escalada del Kremlin. El Gobierno ucranio ha insistido de nuevo, además, en que nada indica que el peor escenario, el de una nueva agresión militar, vaya a materializarse por ahora. “Nadie en este lado de Europa se está preparando para una guerra”, ha recalcado también Albares. “Y, por tanto, no tenemos que dar la impresión de que es un escenario inevitable porque no lo es. Y hoy en día se está privilegiando la vía diplomática”, ha dicho el español.
Rusia insiste en reconocer como único interlocutor de esta crisis de seguridad en Europa a Estados Unidos, como volvió a demostrar el martes el Kremlin tras la reunión del presidente ruso, Vladímir Putin, con el presidente francés, Emmanuel Macron, al que ninguneó al decir que no contempla acuerdos con él, sino solo con Washington. En ese contexto, Albares ha asegurado que hay unidad en torno a los socios y que no se hablará de temas que afecten al viejo continente sin la UE. Esa unidad, ha dicho el ministro español, también es disuasión hacia Rusia.
Para Kuleba, el paquete de sanciones que están preparando sus aliados occidentales para lanzarlo en el instante en que Rusia iniciara una nueva agresión militar, ya está siendo también una “medida eficaz de disuasión”. Sin embargo, Ucrania cree que Occidente podría haber hecho más y haberlo hecho antes, contra medidas como la entrega de miles de pasaportes rusos a los ciudadanos ucranios de las regiones de Donetsk y Lugansk (alrededor de un millón, según estimaciones oficiales rusas). Bruselas y Washington ya impusieron sanciones a Moscú por anexionarse la península ucrania de Crimea en 2014 tras un referéndum considerado ilegal por la comunidad internacional.
Según argumenta Ucrania, la concesión de la ciudadanía a miles de ciudadanos de esas regiones del Donbás, unida a los decretos que facilitan el comercio entre estas zonas y Rusia, vulnera la esencia de los tratados de Minsk, y muestra cómo Rusia está integrando estos dos territorios en su espacio político-económico y cultural. Al mismo tiempo, Moscú reclama en los foros internacionales que se cumplan los acuerdos firmados en la capital ucrania hace siete años por Moscú, Kiev y los líderes separatistas bajo la mediación de Francia y Alemania, y bajo la égida de la OSCE (Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa), y que ninguna de las partes transita por el momento.
Frente al potencial del Ejército ruso, que Moscú está mostrando estos días más abiertamente en Bielorrusia —este miércoles han llegado a las maniobras altos cargos militares de Rusia—, Kiev sigue reclamando a sus aliados occidentales que le brinden ayuda en forma de material de defensa, que ha recibido ya de Estados Unidos o el Reino Unido, por ejemplo. España, ha dicho Albares, no tiene previsto enviar armas a Kiev. “Creemos que es el momento de la diplomacia, no de abrir escenarios e hipótesis que no están ahí”, ha afirmado el titular español de Exteriores.
Kuleba, mientras, ha insistido en que la alerta por la escalada rusa no compete solo a Kiev. “Es importante tener en cuenta que [esta crisis] no solo se trata de una amenaza para Ucrania, sino para todo el conjunto de Europa”, ha remarcado. “Sin duda alguna, Rusia intenta tomarse la revancha de haber perdido la URSS y la Guerra Fría; por eso esto se trata de defender la arquitectura de seguridad de Europa. De cómo toda la comunidad europea supere esta crisis depende el futuro de Europa y de todos los países europeos”, ha añadido el ministro ucranio.
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