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Elecciones presidenciales en Chile: las claves de la segunda vuelta entre Gabriel Boric y José Antonio Kast

El candidato del Frente Amplio y el PC y el postulante de la derecha extrema se enfrentan el domingo 19 de diciembre en una votación de final incierto

Rocío Montes
Segunda vuelta Chile 19 diciembre
Los candidatos a la presidencia de Chile, José Antonio Kast (a la izquierda) y Gabriel Boric posan antes del debate celebrado en Santiago el 10 de diciembre de 2021.MARTIN BERNETTI (AFP)

Chile acude de nuevo a las urnas el domingo 19 de diciembre, después de una seguidilla electoral que no se ha detenido desde octubre de 2020. La ciudadanía en estos 15 meses ha debido sufragar en el plebiscito constitucional, en elecciones a para elegir convencionales, alcaldes, concejales y gobernadores, primarias presidenciales, primera vuelta presidencial, parlamentarias, consejeros regionales y, en esta ocasión, la segunda vuelta para La Moneda. Pero, aunque algunos especialistas han alertado por una posible fatiga electoral, la carrera presidencial está encendida. En pocos días , se enfrentarán Gabriel Boric, el diputado de 35 años del Frente Amplio en alianza con el Partido Comunista, y José Antonio Kast, el abogado ultraconservador de 55 años, de la derecha extrema del Partido Republicano, con dos propuestas de país opuestas.

Mientras Boric empuja por las reformas que tienden a mayores derechos sociales y gasto fiscal luego de las revueltas de octubre de 2019, Kast apuesta a restablecer el orden y la estabilidad perdida en estos dos años, con la idea de un Estado pequeño, en lo que se ha llamado una contrarreforma. Aunque ambos se han moderado con miras a la segunda vuelta —porque un 46% de los electores no votó por ellos el 21 de noviembre, sino por alguno de los otros cinco candidatos—, representan modelos diametralmente distintos en contenido y forma. Tienen, sin embargo, una semejanza: ambos emergieron inesperadamente en cada uno de sus sectores y hace menos de un año nadie imaginaba que la sucesión de Sebastián Piñera se resolvería entre ellos. También ambos tienen fuertes lazos con formaciones españolas: mientras Kast tiene relaciones con VOX, a Boric lo unen lazos históricos con Podemos.

La participación sigue siendo una incógnita: en un país con altas tasas de abstencionismo, en un sistema de voto voluntario, en la primera vuelta solo un 47% de los convocados concurrió a las urnas.

¿Cómo llegan Boric y Kast a la segunda vuelta?

El 21 de noviembre fue una sorpresa para la izquierda. Aunque los sondeos anticipaban que tanto Boric como Kast pasarían a la segunda vuelta, el líder del Partido Republicano llegó con la primera mayoría y aventajando por dos puntos al diputado del Frente Amplio: 27,9% contra 25,8%, respectivamente, lo que no era esperable. Aunque en Chile desde 1999 siempre ha ganado la presidencial el triunfador de la primera vuelta, en esta ocasión los analistas indican que existen razones para pensar en una reversión de resultados. Sobre todo, porque existe un inmenso bolsón de votos –un 46%– que debe ser conquistado.

Los sondeos indican que Boric aventaja a Kast por márgenes variables, algunos estrechos y otros más holgados. Si el próximo domingo 19 el diputado gana el balotajte, no sería una sorpresa.

¿Qué apoyos ha conseguido Kast?

Kast logró ordenar rápidamente a la derecha, que mostró nuevamente su pragmatismo. Los partidos de la coalición de Gobierno, Chile Vamos, se le sumaron, aunque Kast no era su candidato de primera vuelta ni participó en las primarias presidenciales que cada bloque celebró en julio. Tanto la UDI como Renovación Nacional (RN) –las formaciones de la derecha dela transición– expresaron con rapidez su apoyo a Kast, al igual que el partido Evópoli, de la derecha liberal, liderada por el sobrino del candidato, el senador Felipe Kast, con el que no tenían una buena relación política. El candidato, a cambio, apenas se resistió a los cambios de programa, que le exigieron su aliados más moderados.

El que fue reticente a dar su apoyo fue Sebastián Sichel, el candidato oficialista a la presidencia que obtuvo el cuarto lugar y un 12,7% de las preferencias. Una semana después de las elecciones, sorprendió con un pliego de peticiones a Kast a cambio de su apoyo, en un documento que llamó Nueve compromisos para reforzar la democracia, donde le exigía asuntos clave como “el respeto irrestricto a los derechos humanos”. Luego, sin embargo, Sichel aseguró que apoyaba a Kast, porque se habían aceptado sus condiciones (aunque ha quedado en evidencia que Kast mantuvo asuntos como la propuesta de un nuevo Estado de Emergencia en que el presidente tenga la facultad de arrestar a las personas en sus propias moradas o en lugares que no sean cárceles ni estén destinadas a la detención).

A su vez, Kast ha incorporado rostros de mujeres, un electorado que le ha sido especialmente esquivo, por sus propuestas iniciales de intentar fusionar el Ministerio de la Mujer con otras carteras, por ejemplo. En esta segunda parte, incorporó a Paula Daza, que lideró la batalla contra la covid-19 desde la subsecretaría de Salud, y una figura histórica de la derecha, Evelyn Matthei, actual alcaldesa del municipio de Providencia.

¿Qué apoyos ha conseguido Boric?

Boric ha sumado a su campaña de segunda vuelta a buena parte del mundo que integró la Concertación, la alianza de centroizquierda que lideró el país entre 1990 y 2010 (en los gobiernos de Patricio Aylwin, Eduardo Frei, Ricardo Lagos y el primer período de Michelle Bachelet) y que hoy está en el suelo: su candidata Yasna Provoste obtuvo el quinto lugar con el 11,6% de la votación.

Los primeros que lo respaldaron “sin condiciones” fueron los socialistas, que hace meses venían en un plan de acercamiento a Boric (de hecho, buscaban una primaria presidencial conjunta, que fue vetada por parte de la izquierda). En el Partido Socialista, justamente, estarán una de las principales tensiones de ganar Boric, como parece probable: ¿formarán parte de un eventual Gobierno, rompiendo con la histórica alianza con la Democracia Cristiana, que ya anunció su apoyo a Boric pero también que se mantendrá en la oposición, al margen de los resultados del día 19?

Los democristianos resolvieron en una reunión institucional su respaldo al candidato Boric “sin condiciones”, en una junta en la que el candidato envió una carta en la que profundizó en los asuntos que los unen y no los que los separan, porque han sido dos fuerzas antagónicas en la última década en Chile. “Sé que la arrogancia generacional es una mala consejera, que no hay virtud per se en la juventud y la novedad, sino que un proyecto político debe juzgarse por sus convicciones, principios y actuar en consecuencia”, aseguró Boric en su misiva.

Sin negociaciones previas, uno de los principales apoyos a Boric en este período ha sido el de Lagos, una de las figuras que se convirtieron en un constante blanco de ataques políticos por parte del Frente Amplio, desde su irrupción a comienzos de la década de 2010: han tildado sus políticas de “neoliberales”. La propia fundación de Michelle Bachelet, actual Alta Comisionada de la ONU por los Derechos Humanos, también se sumó a Boric, aunque en este caso el apoyo parece predecible dada la gran sintonía que la expresidenta siempre tuvo con la nueva generación de izquierda, que emergió con el objetivo de reemplazar a la Concertación.

En su campaña de segunda vuelta –que ha mostrado mejor despliegue y organización que la de Kast–, Boric ha incorporado a rostros populares, como la médico Izkia Siches, una profesional joven muy popular desde la pandemia.

¿Se han moderado los candidatos?

Ambos candidatos han debido realizar gestos para cautivar a los sectores moderados y, sobre todo, porque en el Parlamento que debutará en marzo las fuerzas políticas estarán empatadas. Cualquiera gane las eleccciones, deberá apelar al diálogo y ningún programa extremo o rupturista tendrá futuro.

En este período, los candidatos han realizado importantes ajustes a sus respectivos programas de Gobierno. Tanto Boric como Kast, de partida, incorporaron a sus equipos a economistas respetados de la derecha oficialista y de la centroizquierda para mejorar sus propuestas en esta área, en asuntos tan relevantes como la carga tributaria (en sus programas originales, Boric buscaba aumentarla en 8 puntos del PIB en ocho años y Kast bajarla en siete puntos, lo que moderaron). Si Boric ha tenido que poner énfasis en asuntos relativos a la seguridad pública y al control de la inmigración irregular, temas que explican en buena parte la primera mayoría de Kast, el republicano ha debido eliminar propuestas de la campaña de primera vuelta, como la búsqueda de la derogación de la ley de aborto en tres causales, vigente desde 2017.

Pero Kast ha mantenido otras iniciativas polémicas, como la de instalar una zanja en la frontera norte de Chile para atajar la inmigración irregular. “La sola zanja –sin incluir las rejas que evitarían que caigan animales y personas a ellas– cuesta unos 10 millones de dólares y lo hemos calculado para una zanja de tres metros de profundidad por tres metros de ancho”, aseguró en el reciente debate radial. Algo similar sucede con la propuesta de promover una reforma constitucional para un nuevo estado de excepción que entregue al presidente mayores facultades, en caso de alteración del orden público.

¿Qué peso tiene el voto a Parisi, el candidato que quedó tercero sin pisar Chile?

La votación que obtuvo Franco Parisi, que se instaló en tercer lugar en primera vuelta con el 12,8% de los votos, ha sido uno de los elementos mayormente analizado por los especialistas políticos. De partida, porque se trata de un candidato inusual: vive en Estados Unidos, no pisó Chile ni para su campaña ni para votar, tiene asuntos pendientes con la Justicia –un juicio por pensión de alimentos en Chile, impulsado por la que era su esposa, con la que tiene hijos– y porque con un discurso anti políticos ha cautivado a personas jóvenes, sobre todo hombres, de clases medias y bajas del norte del país. Porque si Parisi es fuerte en esta zona de Chile –especialmente afectada por la inmigración irregular–, Boric tiene sus mayores respaldos en ciudades grandes como Santiago y Kast en el sur. En zonas de la Araucanía, con la ciudadanía harta de la violencia en el marco del conflicto entre los mapuche y el Estado chileno por las tierras–, el republicano alcanzó un 42%.

Aunque no resulta nada evidente si Parisi podría tener el poder de traspasar automáticamente sus votos a alguno de los dos candidatos que disputan el Gobierno, ambos se han esmerado en hacerle guiños a este grupo de personas. Kast asistió a un programa que Parisi tiene en la plataforma YouTube, bautizado Bad boys, mientras Boric aseguró que iría, pero luego echó pie atrás. Parisi, que tiene una eficaz estrategia en redes sociales, escribió en Twitter: “Dada la decisión de Boric de despreciar nuestra invitación a conversar con nuestra comunidad, haremos el programa de igual manera y desmenuzaremos su plan de Gobierno en detalle y el impacto que podría tener para Chile”.

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Sobre la firma

Rocío Montes
Es jefa de información de EL PAÍS en Chile. Empezó a trabajar en 2011 como corresponsal en Santiago. Especializada en información política, es coautora del libro 'La historia oculta de la década socialista', sobre los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. La Academia Chilena de la Lengua la ha premiado por su buen uso del castellano.

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