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La retirada de Kurz provoca una sacudida política en Austria en plena cuarta ola del coronavirus

El hasta ahora ministro del Interior, Karl Nehammer, toma las riendas del partido conservador y será el nuevo jefe del Gobierno

El nuevo líder democristiano de Austria, Karl Nehammer, comparece ante los medios este viernes en Viena.Vídeo: DPA VÍA EUROPA PRESS (EUROPA PRESS) | REUTERS
Sara Velert Agencias
Madrid / Viena -

La retirada de la política del excanciller Sebastian Kurz bajo la sombra de un caso de corrupción ha desencadenado un terremoto en el partido democristiano (ÖVP) y en el Gobierno de Austria que se ha llevado por delante al actual canciller, Alexander Schallenberg, y a varios ministros. Una inesperada convulsión que se ha producido en plena cuarta ola del coronavirus, con la población austriaca (8,9 millones de habitantes) confinada para frenar el aumento de los contagios y con el debate sobre la vacunación obligatoria abierto.

En este escenario de crisis sanitaria, el partido conservador buscó este viernes cerrar con rapidez el capítulo de la era de Kurz un día después de su despedida pública con la elección de un nuevo líder, Karl Nehammer, de 49 años y hasta ahora ministro del Interior, que también desplazará a Schallenberg de la jefatura del Gobierno. Este ya adelantó el jueves su intención de apartarse al considerar que el liderazgo del partido mayoritario en Austria y la jefatura del Gobierno debían estar en las mismas manos, como es tradición en ese país. Y con la bendición de la dirección del partido lograda por “unanimidad”, Nehammer se declaró agradecido por “el privilegio” de tomar el mando y pasó a explicar una profunda remodelación del Gobierno que afectará a cuatro ministerios y que continuará previsiblemente en otros niveles de la Administración y la Cancillería.

Los cambios, incluida la nueva jefatura del Ejecutivo, deberán recibir el visto bueno del presidente del país, Alexander Van der Bellen, y ya habían sido consultados con Los Verdes, el socio minoritario de la coalición, que ha observado desde la barrera la crisis interna de los democristianos. Su líder y vicecanciller, Werner Kogler, pidió “retomar cuanto antes el trabajo”. El nuevo Gobierno deberá decidir la semana próxima sobre el confinamiento, previsto inicialmente durante 20 días hasta el 13 de diciembre. Nehammer destacó en su primera comparecencia la necesidad de luchar contra el virus “para recuperar la libertad” y se mostró crítico con las manifestaciones contra las medidas de restricción por la pandemia.

Nehammer será el sexto jefe de Gobierno de Austria en los últimos cinco años, marcados por la polarización en torno a Kurz, que se convirtió a los 31 años en el canciller más joven de la UE tras hacerse con el control del ÖVP y ganar las elecciones legislativas de 2017.

El dominio de Kurz al frente de los democristianos se ha cerrado abruptamente, aunque la cuesta abajo comenzó hace meses. A una primera investigación por supuesto falso testimonio en el Parlamento, el exdirigente sumó otra en octubre por la presunta vinculación a una trama para pagar con dinero público encuestas manipuladas y colocarlas en un grupo de medios.

Aunque Kurz rechazó las acusaciones y se resistió durante días a dimitir, acabó cediendo a la presión —Los Verdes dejaron claro que veían inviable su permanencia y en el ÖVP también surgieron críticas—. El jueves dio el paso definitivo de dejar la política y afirmó que su reciente paternidad ha sido determinante en la decisión. “Ha sido una salida en dos tiempos. Al hacerlo ahora, ha podido determinar cómo dejarlo”, explica Laurenz Ennser-Jedenastik, politólogo de la Universidad de Viena. Con una investigación penal abierta, “la presión sobre él hubiera sido cada vez mayor. En algún momento, el partido iba a decidir que se había acabado su etapa. Al final, la pérdida de apoyo interno probablemente ha sido más rápida de lo que pensaba”, añade el experto.

De hecho, en octubre Kurz dejó solo la cancillería, pero no la dirección del partido. Para sustituirle en el Ejecutivo escogió al entonces ministro de Exteriores Schallenberg —ahora este regresará a esa cartera—, un canciller efímero que no ha durado ni dos meses. Diplomático de carrera, no tiene arraigo en el ÖVP y le ha perseguido la imagen de ser un títere de Kurz. Los barones regionales del ÖVP le han marcado el paso, forzando el actual confinamiento, al que él se oponía.

Nehammer, en cambio, cuenta con un gran respaldo dentro del partido. Antiguo militar profesional, ha sido un estrecho aliado de Kurz y pretende mantener la línea dura contra la inmigración y avanzar en las reformas fiscales y ecológicas ya iniciadas y pactadas con Los Verdes. Con la remodelación del Ejecutivo —a ninguno de los dos socios le interesa ahora adelantar elecciones—, los democristianos han comenzado a apartar a algunos estrechos colaboradores del exlíder también señalados por la justicia.

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