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Rusia acusa a Ucrania de preparar un atentado en su territorio

El servicio de inteligencia ruso anuncia la detención de tres presuntos agentes ucranios sospechosos de intentar poner bombas en el país euroasiático

Putin Ucrania
Soldados ucranios concentrados en la región del Donbás, este miércoles.Carlos Rosillo
Javier G. Cuesta

Las autoridades rusas han acusado este jueves a Ucrania de querer perpetrar un atentado en su territorio en un momento de gran tensión en la frontera entre ambos países. El Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB) ha anunciado la detención de tres presuntos agentes ucranios y ha divulgado un vídeo en el que los arrestados declaran su intención de poner bombas y fotografiar objetivos clave dentro de Rusia. La inteligencia ucrania, sin embargo, lo desmiente. “Estas declaraciones deben verse exclusivamente a través del prisma de una guerra híbrida en la que la propaganda y la difusión de falsificaciones juegan un papel destacado”, ha subrayado el portavoz del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) a la agencia de noticias Unian.

Kiev y Moscú se acusan mutuamente de preparar una operación militar inminente en sus fronteras, y las declaraciones de este jueves de la inteligencia rusa añaden aún más gasolina al fuego. “Se han recibido materiales que confirman las aspiraciones terroristas de la inteligencia militar ucrania en el territorio de nuestro país”, afirma el FSB en su comunicado.

La información facilitada por el Servicio de Seguridad ruso es muy detallada en unos aspectos y opaca en otros. No se informa sobre cuándo ni dónde fueron detenidos, ni en qué lugar iban a detonar los explosivos que según el FSB habían ya preparado —dos artefactos caseros que sumaban más de un kilo y medio de trinitrotolueno (TNT)—. Las detenciones se dividen en dos casos separados: un padre y un hijo que presuntamente iban a fotografiar lugares estratégicos, y otro ciudadano ucranio que según la inteligencia rusa era el encargado de hacer estallar las dos bombas. Al contar su historia frente a la cámara, no desvían la vista del objetivo ni se aturullan en lo que parece una confesión leída.

Zinovi Kobal, de 47 años, y su hijo Ígor, de 22, solo tenían como misión grabar infraestructuras de transporte, según su confesión. Sin embargo, en el vídeo publicado por el FSB se observa todo un arsenal en el coche en el que fueron detenidos: un arma larga, numerosas pistolas, equipos de protección y decenas de cargadores. Según el servicio de inteligencia, padre e hijo fueron reclutados por un oficial del SBU de la región de Ternópil, “el coronel Vasili Kovalik, nacido en 1973, quien les asignó la tarea de recolectar información de objetivos estratégicos por una suma de 10.000 dólares (8.800 euros)”.

El otro arrestado es un supuesto agente de la inteligencia militar ucrania, Aleksandr Tsilyk, de 23 años. “Estaba previsto un ataque con dos artefactos explosivos caseros”, afirma el espionaje ruso. “Fue detenido in fraganti con armas destructivas cuando se dirigía a la escena del crimen”, agrega el FSB.

Salvo por lo excepcional de las confesiones a cámara, estos arrestos no son un caso único. Desde hace tiempo ambas partes aseguran detener a menudo a saboteadores del país vecino en su territorio. Según el SBU, unos 50 espías rusos han sido identificados entre enero y septiembre de este año, a lo que se suman además miles de ciberataques a organismos estatales. El FSB, por su parte, recuerda que el pasado mes fue condenado a seis años y medio de cárcel el capitán ucranio Serguéi Shvidenko por dirigir un supuesto grupo de sabotaje que pretendía volar una torre de telecomunicaciones en Crimea en 2016.

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