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Las elecciones locales en Sudáfrica apuntan al fin de la hegemonía del Congreso Nacional Africano

La formación que lideró Nelson Mandela, en el poder desde 1994, quedaría por primera vez por debajo del 50% de votos, según una encuesta

Elecciones Sudafrica
Una mujer deposita en la urna su voto en las elecciones locales en Sudáfrica, este lunes en Johanesburgo.KIM LUDBROOK (EFE)
Johanesburgo -

Las elecciones municipales de Sudáfrica, que se celebraron este lunes y cuyos resultados definitivos se esperan el jueves, ponen a prueba el apoyo al partido gobernante, el Congreso Nacional Africano (CNA) del presidente, Cyril Ramaphosa. Según una encuesta de Ipsos, el CNA ganará los comicios con el 49,3% de los sufragios, seguido de Alianza Democrática, con el 17,9%, y Combatientes por la Libertad Económica, una escisión del CNA, con el 14,5%. Sin embargo, sería la primera vez que el partido de Nelson Mandela, que llegó al poder en 1994, quedase por debajo del 50% —en 2016 obtuvo el 53,9%—. El objetivo de la formación es recuperar territorios que perdió en los anteriores comicios locales, como las capitales política, Pretoria, y comercial, Johanesburgo, en manos de coaliciones lideradas por la oposición.

Los votantes (potencialmente 26,2 millones, dos tercios de los que tenían derecho al sufragio tras registrarse) han acudido a las urnas tras una campaña marcada por las promesas de remediar la frustración y las quejas de la población ante los problemas con servicios básicos como el agua y la electricidad, o los casos de corrupción. Un total de 325 partidos presentaron candidatos. El número de independientes se ha duplicado respecto a las anteriores elecciones.

“He votado porque quiero un cambio, sobre todo en los servicios básicos de la comunidad; también es necesario reducir el paro entre los jóvenes. Si no se vota no es posible el cambio. Los jóvenes tienen que votar y dejar de quejarse, es la única manera de cambiar las cosas”, comentaba Noumsa después de haber hecho pacientemente la cola en un colegio electoral de la barriada de Alexandra, junto a Johannesburgo. En una fila paralela, Joe aseguraba que lo más importante es mejorar los servicios: “No podemos seguir viviendo así, necesitamos escuelas y clínicas”.

La jornada electoral ha transcurrido con normalidad, protegida por un despliegue de 10.000 miembros del Ejército. La covid-19 obligó a protegerse y guardar las distancias sociales, y los bolígrafos eran desinfectados tras cada uso porque muchos de los votantes olvidaban traer uno de casa. También aparecieron algunos ciudadanos despistados que descubrían incrédulos que no se les permitiera votar, porque en estos comicios se decidió un plazo estricto y sin excepciones, para votar donde se reside.

“Vamos hacia una elevada probabilidad de coaliciones y los partidos se están preparando. En las últimas elecciones locales, esto cogió por sorpresa tanto al CNA como a los partidos pequeños, pero ahora ha sido un tema recurrente en campaña, y ha crecido la sensibilidad hacia esta forma de gobernar”, apunta Cary Abrahams, profesora de Ciencias Políticas de la Universidad Wits de Johanesburgo.

La batalla política se concentra en los cinco principales partidos: el CNA, que obtuvo el 53,9% de los votos en las elecciones de 2016, en su peor resultado; Alianza Democrática, que logró el 26,9% y gobierna con mayoría en Ciudad del Cabo; Combatientes por la Libertad Económica, que fue la tercera fuerza más votada (8,1%); el Partido Libertad Inkhata, principal rival del CNA en la provincia de KuaZulu-Natal (4,2%) y el Frente de la Libertad Plus, que defiende la autodeterminación de los afrikáners (0,8%).

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Las disputas y rupturas que han sufrido las primeras experiencias de coalición en Sudáfrica han desembocado en la aparición de nuevas formaciones políticas, como Action SA, que espera obtener un buen resultado en las provincias de Gauteng y KuaZulu-Natal, o el partido GOOD, creado por Patricia de Lille, que ocupa la cartera de Obras Públicas e Infraestructuras en el actual Ejecutivo.

“Las últimas elecciones fueron el principio del fin del CNA y estas serán la consolidación, porque la ambivalencia ha desaparecido”, vaticina Abrahams. “En estos cinco años hemos vivido la Comisión Zondo, sobre la corrupción del partido, la ineficiencia en la gestión local durante la pandemia y la violencia e inseguridad de las protestas de julio con más de 300 muertos. Estas elecciones son el reflejo de un sentimiento también a nivel nacional sobre el CNA”.

En cambio, Oscar van Heerden, analista político especializado en el CNA, cree que la caída del partido no se producirá antes de finales de esta década. “¿Cuál es la alternativa?”, se pregunta. “El problema es que van a ganar las elecciones habiéndolo hecho mal, y es probable que mejoren el resultado que obtuvieron hace cinco años”, añade. Este experto ve a los candidatos independientes como “una amenaza para todos los partidos” y subraya las similitudes entre los programas políticos de todas las formaciones. “Grandes palabras sobre identidad y propiedad de la tierra, pero la gente quiere que se les asegure el acceso a una vivienda, empleo, agua y electricidad”, afirma.

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