Bruselas estudia medidas para impedir a Bielorrusia transportar migrantes hasta la frontera con Europa
La UE planea sancionar a la compañía aérea bielorrusa y redoblar la presión sobre las aerolíneas europeas que arriendan los aparatos utilizados para traer personas desde terceros países
La Unión Europea redoblará los esfuerzos para intentar frenar el flujo de migrantes organizado por Bielorrusia desde terceros países hasta las fronteras europeas en Polonia, Lituania o Letonia. Entre las medidas estudiadas este lunes durante una reunión de los ministros de Exteriores de la UE se apunta la posibilidad de sancionar a la aerolínea de bandera bielorrusa (Belavia), la persuasión diplomática sobre los países de origen y tránsito de los migrantes y la presión sobre las compañías europeas con las que se contratan algunos de los aviones utilizados en tan inusual puente aéreo.
“Estamos dispuestos a sancionar a Belavia y a tratar de convencer a otras compañías de que no participen en este tráfico de personas”, ha señalado el Alto Representante de Política Exterior, Josep Borrell, al término de la reunión de los ministros. Borrell ha asegurado que “hay una larga lista de países” desde los que el régimen de Alexandr Lukashenko está transportando migrantes.
Borrell ha acusado a Lukashenko de estar trayendo a esas personas hasta Minsk para trasladarlas después a la frontera con la UE, “donde les dejan en una situación muy difícil”. El jefe de la diplomacia europea asegura que el Gobierno bielorruso “engaña a esas personas haciéndoles pensar que desde Bielorrusia tendrán vía libre para entrar en Europa”, ha lamentado el jefe de la diplomacia europea.
El régimen de Lukashenko lleva meses recurriendo al tráfico de personas como represalia por las sanciones impuestas por la UE tras su pucherazo electoral en 2020 y su secuestro de un vuelo europeo comercial para detener a un disidente. Minsk lanzó la primera agresión híbrida contra Lituania, trasladando a partir del pasado mes de junio a cientos de migrantes hasta la frontera con ese país. En julio, las llegadas irregulares a la UE a través de la frontera lituana con Bielorrusia marcaron un récord histórico para ese paso con 4.170 entradas. La mayoría de migrantes, según la agencia europea de fronteras, procedían de Irak, Afganistán y Siria.
Poco después la presión migratoria orquestada por Bielorrusia se extendió a Letonia y, sobre todo, a Polonia, donde este año ya se han producido más de 1.380 entradas irregulares y decenas de personas se encuentran varadas en terreno de nadie en unas condiciones humanitarias tan penosas que ya ha habido varias muertes. Varsovia, además, ha decidido erigir un muro y ha aprobado una norma para expulsar a las personas llegadas irregularmente sin comprobar si tienen derecho a pedir asilo.
Borrell logró en septiembre frenar en gran parte el flujo iraquí durante una visita oficial a Bagdad en la que convenció a las autoridades de que cancelasen los vuelos. “Al principio nos dijeron que era imposible hacer nada porque todo era correcto, las autorizaciones, los billetes, los visados, pero finalmente se dieron cuenta del problema y prohibieron los vuelos”, ha recordado Borrell este lunes. “Pero hay una larga lista de países desde donde están llegando”, ha reconocido.
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