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Francia condena al tío de Bachar el Asad a prisión por blanqueo de dinero

En la primera sentencia contra un miembro del clan del dirigente de Siria, un tribunal de París ordena cuatro años de cárcel contra Rifaat el Asad y la incautación de su patrimonio en Francia. También tiene un juicio pendiente en España

Silvia Ayuso
Rifaat el Asad en París en 2011.
Rifaat el Asad en París en 2011.MICHEL EULER

El clan El Asad acaba de sufrir su primera derrota ante un tribunal. El tío del presidente de Siria, Bachar el Asad, Rifaat, ha sido condenado este miércoles en París a cuatro años de cárcel y a la incautación de su lujoso patrimonio inmobiliario en Francia, valorado en 90 millones de euros, tras ser hallado culpable de apropiación indebida y blanqueo de dinero procedente de fondos públicos sirios entre 1996 y 2016. El conocido como El Carnicero de Hama por su presunta responsabilidad en la represión de esta ciudad siria en los años ochenta, también está procesado en España, donde tiene la mayor parte de sus propiedades, aunque todavía no se ha fijado una fecha para el juicio.

En la que constituye también la primera vez que un miembro del clan que domina Siria desde hace medio siglo tiene que responder ante la justicia, Rifaat el Asad, de 82 años y que hoy en día se presenta como un opositor al Gobierno de su sobrino, ha sido considerado asimismo culpable de fraude fiscal agravado y de trabajo no declarado de empleados domésticos. Según la agencia France Presse, aunque el tribunal correccional subrayó la “gravedad excepcional” de los cargos, no emitió una orden de arresto contra El Asad, residente británico, aunque en paradero desconocido y que había alegado “razones médicas” para ausentarse tanto de la lectura de la sentencia este miércoles como del juicio, celebrado el pasado diciembre.

A pesar de que ello hace más improbable que Rifaat el Asad tenga que ir finalmente a prisión, sus abogados ya han anunciado que apelarán una sentencia “que no se apoya sobre ningún elemento objetivo”.

El hermano menor de Hafez el Asad estaba considerado un pilar del régimen hasta que fue desterrado en 1984, acusado de haber intentado hacerse con el poder. Rifaat se instaló primero en Suiza y finalmente en Francia, junto con su familia y 200 seguidores. Aunque carecía de fortuna familiar, acabó creando un imperio inmobiliario estimado en 800 millones de euros, especialmente en España, pero también en Francia y Gran Bretaña. Las propiedades de El Asad, que en Francia incluyen, entre otros, dos palacetes y una cuarentena de apartamentos en París, así como un castillo y granjas de cría de caballos en otras regiones, todo ahora confiscado por la justicia, proceden, según su defensa, de “flujos identificados de origen lícito”.

Las investigaciones contra Rifaat el Asad en Francia comenzaron cuando, en septiembre de 2013, las ONG Sherpa y Transparencia Internacional presentaron una denuncia contra el antiguo hombre fuerte del régimen de Damasco. En un comunicado, Sherpa celebró la sentencia y reclamó que el presidente francés, Emmanuel Macron, le retire a Rifaat el Asad la Legión de Honor que sigue ostentando. Su sobrino, que también había recibido la máxima condecoración del Estado francés en 2011, la devolvió hace dos años, poco después de conocer que el Elíseo había comenzado un “expediente disciplinario” para retirársela tras la intervención militar conjunta de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido contra el régimen de Damasco por un supuesto ataque con armas químicas contra civiles en abril de 2018.

El periplo judicial de Rifaat el Asad no acaba en París. El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata lo procesó a él y a parte de su familia —a sus dos esposas y ocho hijos—, entre otros, por crear una compleja trama societaria a través de la cual blanqueó 695 millones de euros en España mediante la compra de inmuebles.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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