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España procesa al tío del dictador sirio El Asad por blanquear 695 millones

Rifaat el Asad, conocido como el 'carnicero de Hama' por la represión en los ochenta en el país árabe, es investigado junto a otras 13 personas de su entorno

Rifaat el Assad, durante una entrevista en París en 2011.
Rifaat el Assad, durante una entrevista en París en 2011.MICHEL EULER
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El juez de la Audiencia Nacional José de la Mata ha procesado este viernes al exvicepresidente sirio Rifaat el Asad, tío del actual presidente del país, Bachar el Asad, y a otras 13 personas, entre ellas sus dos esposas y ocho hijos, por crear una compleja trama societaria a través de la que blanqueó 695 millones de euros en España mediante la compra de inmuebles. El magistrado considera que Rifaat el Asad, de 82 años, lleva desde los años ochenta lavando en Europa, principalmente Francia y Reino Unido, fondos procedentes tanto del saqueo de las arcas del Estado sirio como del contrabando ilegal de piezas arqueológicas, del control de plantaciones de cannabis en Siria y Líbano, y de la extorsión a través de las milicias bajo su control mientras estuvo en el Gobierno.

Rifaat el Asad, conocido como El Carnicero de Hama por estar detrás de la represión en esta ciudad siria en los años ochenta, cuando era responsable de la seguridad del régimen, abandonó el país en 1984, entre luchas internas por suceder a Hafez el Asad, entonces presidente y padre del actual mandatario sirio. Según destaca el auto judicial, Rifaat el Asad acordó entonces con su hermano esquilmar las arcas públicas para llevarse al exilio alrededor de 300 millones de dólares (unos 270 millones de euros actuales). De ellos, 200 millones fueron incluidos en gastos de Presidencia de los presupuestos oficiales sirios, mientras que los otros 100 millones salieron de un préstamo concedido por Libia al Estado sirio.

A esta fortuna, Rifaat el Asad sumó las ingentes ganancias que, según destaca el juez De la Mata, acaparó durante la década anterior mediante diversas actividades ilícitas, entre ellas el expolio en régimen de “monopolio” de la riqueza arqueológica de Siria, cuyas piezas exportaba a través de un puerto deportivo que controlaba en la ciudad de Latakia, en la costa mediterránea. El relato judicial también destaca que controlaba las plantaciones de cannabis tanto en Siria como en el fronterizo valle de la Bekaa, ya en Líbano. A través del grupo paramilitar Shabisha y de las milicias denominadas Brigadas de Defensa, que gozaban de total impunidad para amenazar, secuestrar y extorsionar, se hizo con un importante patrimonio en su país, incluida la usurpación de un inmueble en el centro de la capital, Damasco.

Tras abandonar Siria, Rifaat el Asad se afincó en Francia, donde adquirió propiedades por un valor superior a los 90 millones de euros. En el Reino Unido se hizo con una mansión de tres plantas y 65 habitaciones construida sobre un terreno de 4,5 hectáreas que es la residencia privada más grande del país, solo superada por el palacio de Buckingham. La investigación también ha desvelado “múltiples indicios” de que el exdirigente sirio tiene otras propiedades en paraísos fiscales y territorios opacos como Gibraltar, Suiza, Panamá, Jersey o Guernsey.

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En España, las primeras adquisiciones del tío del actual presidente de Siria se sitúan en 1986, con la compra de 244 plazas de garaje a través de una sociedad gibraltareña. No fueron las últimas. A lo largo de los años continuó invirtiendo en inmuebles y negocios —entre ellos varios restaurantes— en la provincia de Málaga, especialmente en puntos estratégicos de la Costa del Sol. En la localidad de Benahavís (7.900 habitantes) adquirió una finca de 3.300 hectáreas, la cuarta parte del término municipal, donde supuestamente pretendía levantar una urbanización de lujo. En total, la investigación judicial atribuye a Rifaat el Asad en España 507 propiedades valoradas en 695 millones de euros, así como 26 productos bancarios con un total de 672.000 euros. Nada de ello aparecía a su nombre. En el año 2000, el Gobierno español le concedió la residencia, pese a los informes policiales que lo desaconsejaban. Tiene nacionalidad de la república caribeña de Granada.

En su escrito, el juez argumenta que el exdirigente sirio puso en marcha desde los años ochenta “una estrategia de ocultación, transformación y blanqueo” de los fondos ilícitos a través de un complejo entramado de cientos de sociedades abiertas tanto en España como en numerosos paraísos fiscales. Al frente de estas mercantiles, Rifaat el Asad situó a sus ocho hijos y dos esposas, así como a otras personas de su más estrecha confianza. El magistrado destaca entre los primeros a Mohamed Alí y Siwar, “que dirigían las operaciones de la organización en España siguiendo las instrucciones de su padre”. En un segundo escalón sitúa a sus dos esposas, Rajaa Barakat y Lina Al Khayer, y a su hijo Ribat, así como a dos hijas, Sabla y Natal. Finalmente, en un tercer escalón coloca a los otros tres hijos: Soumar, Mohamed Refaat y Firas. Todos procesados ahora junto a su padre por organización criminal y blanqueo de capitales.

Junto a ellos, el magistrado también ha procesado al chófer del exdirigente sirio, que ejercía como testaferro, y a otras dos personas, implicadas también en la estructura empresarial. “La clave del éxito durante tantos años de su estrategia criminal ha sido precisamente el reparto de tareas y la perfecta coordinación entre todos los miembros de la organización: el padre y líder, Rifaat el Asad, parapetado tras todos los demás”, recalca el juez.

“Legión de asesores”

De la Mata destaca que el exvicepresidente sirio también contó “con el apoyo determinante de legiones de asesores” para el “diseño, implementación y desarrollo” de una trama empresarial que incluía “cientos de sociedades en paraísos fiscales” y “estructuras societarias en distintos niveles” con el único objetivo de ocultar los beneficios.

El juez considera que las “inversiones multimillonarias” de Rifaat el Asad en España “carecen de justificación con operativas presididas por la más absoluta opacidad y con una estructura de cientos de sociedades pantalla que tiene como única finalidad facilitar el blanqueo de capitales”. En el auto, el magistrado también rechaza la justificación esgrimida por el exdirigente sirio y su familia para explicar su abultado patrimonio: una supuesta donación millonaria de la familia real de Arabia Saudí, enfrentada a su hermano, Hafez el Asad.

El magistrado destaca el alto poder adquisitivo y elevado nivel de vida de los investigados, como demuestra la compra de “bienes únicamente disponibles a personas multimillonarias”. El escrito menciona tres embarcaciones —una de ellas de 61 metros de eslora y 17 tripulantes—, así como la compra de un avión privado Boeing 727 y, al menos, ocho vehículos de alta gama —dos de ellos blindados—. En España también se le intervinieron obras de arte, joyas, costosas alfombras, marfiles y relojes de lujo.

El juez recuerda que, además de las acusaciones que pesan sobre él en España, Rifaat el Asad también es investigado en otros dos países europeos. En Francia, se le acusa, entre otros delitos, de desvío de fondos y blanqueo tras haber localizado numerosos inmuebles —entre ellos un palacete en el que invirtió siete millones para amueblarlo y una finca de cría caballar— que el exdirigente sirio gestionaba a través de empresas establecidas en paraísos fiscales como Curaçao, Liechtenstein o Panamá. En Suiza, las autoridades le investigan por crímenes de lesa humanidad por las matanzas de los años ochenta que le valieron el sobrenombre de El Carnicero de Hama.

Una finca de la trama, zona de especial conservación de la UE

Nacho Sánchez

La finca tiene 3.300 hectáreas, la mayor parte de un alcornocal en el término municipal de Benahavís y, una pequeña parte, en el de Istán. No está urbanizada y es una zona de especial conservación de la Unión Europea. Está incluida dentro de la Red Natura y responde a la directiva Hábitat. Según Ecologistas en Acción, es la máxima protección que puede tener un espacio, porque es una directiva supranacional y cualquier otra actuación (nacional, regional, local) está supeditada a esta normativa. La finca forma parte de la propuesta de Parque Nacional de la Sierra de las Nieves, que ha dado ya algunos pasos significativos pero que aún debe pasar por el Congreso de los Diputados.

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