_
_
_
_
_
Entrevista | Gianfranco Pasquino, politólogo italiano

“Los Verdes pueden ser el partido del futuro próximo”

“Debemos hacer como Kennedy: no preguntarnos lo que Europa puede hacer por nosotros sino lo que nosotros podemos hacer por Europa”, sostiene el exsenador izquierdista italiano

Gianfranco Pasquino (Trana, 1942), uno de los politólogos más respetados de Italia y exsenador izquierdista, habla con calma y profundidad. Discípulo del sociólogo Giovanni Sartori y convencido europeísta, examina con versatilidad temas como las últimas elecciones al Parlamento Europeo y el desafío climático, hasta las relaciones de la Unión Europea con Rusia o Estados Unidos pasando por el proceso independentista catalán o el hiperliderazgo de Matteo Salvini.

Pasquino urge a la UE a ganar ritmo e impulsar propuestas ambiciosas en la protección ambiental, el refuerzo de los derechos ciudadanos y la fiscalización de las grandes empresas. Pero es, ante todo, optimista. “Tengo expectativas positivas sobre el futuro de Europa”, dijo en una entrevista reciente en Barcelona antes de participar en un coloquio sobre el continente organizado por el Club Tocqueville. Celebra que la derecha populista quedó lejos de sus objetivos en los comicios del 26 de mayo y cree que el auge de Los Verdes no es temporal.

Más información
Sartori, el lúcido teórico de la democracia

La entrevista tuvo lugar antes de que los líderes europeos escogieran, el pasado martes, a sus candidatos para la renovación de altos cargos de la Unión. Pasquino defendía, como así ha acabado siendo con la ministra de Defensa alemana Ursula von der Leyen, que una mujer fuera propuesta para presidir la Comisión.

El Partido Popular Europeo fue la fuerza más votada en las elecciones europeas, con un 24,2% de apoyos, seguida de los socialistas (20,5%), pero ambas perdieron la mayoría absoluta que tenían desde hace cuatro décadas, por lo que necesitan apoyos ajenos. Ante esta realidad aritmética, Pasquino sostuvo que el crecimiento de los grupos liberales (14,4%) y verdes (9,9%) debe condicionar la agenda europea del próximo lustro.

Sin embargo, los Verdes no se han hecho por ahora con ninguna de las grandes carteras de la UE en juego, algo que sí han logrado los liberales con la presidencia del Consejo Europeo en manos del primer ministro belga Charles Michel.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

“Los Verdes pueden ser el partido del futuro próximo. Es muy importante si ganan posiciones de poder a nivel europeo porque la imagen y la visibilidad van a ser importantes para actuar”, señaló el profesor emérito de Ciencias Políticas de la Universidad de Bolonia y también académico de la filial europea de la Johns Hopkins estadounidense. “Es más que un fenómeno temporal, es una verdadera tendencia”, añadió sobre las formaciones ecologistas, que en Alemania y Francia fueron segunda y tercera fuerza respectivamente en las europeas. Cree que juega a su favor que sus votantes son jóvenes y su enfoque es transversal.

En las elecciones de mayo, los partidos euroescépticos se impusieron en países importantes, como Francia, Italia o Reino Unido, pero en conjunto quedaron por debajo del tercio de votos que les habría dado capacidad de bloqueo. “El frente populista o soberanista tiene muchas contradicciones, lo que un soberanista quiere hacer, otro no puede aceptarlo. Entonces es un frente heterogéneo que no puede producir soluciones”, subrayó el profesor. No cree un problema que esos partidos existan porque representan sectores del electorado y considera un acicate que los ultras carezcan de propuestas concretas.

Al mismo tiempo, sin embargo, Pasquino ve “necesario construir una actualización entre los que creen en Europa y el proceso de unificación federalista”. Y pide tanto a las instituciones como a los ciudadanos acercarse mutuamente. “Creo que debemos hacer como hizo Kennedy con los americanos: no preguntarnos lo que Europa puede hacer por nosotros sino lo que nosotros podemos hacer por Europa. Los ciudadanos europeos tienen expectativas elevadas pero no hacen nada a nivel europeo”, afirmó el profesor, formado en EE UU.

Su lista de recetas es profusa. La UE debe mejorar su comunicación política para demostrar su utilidad, aumentar su presupuesto e incidir por ejemplo en la formación profesional, los eurodiputados deben hablar con sus electores... Le preocupa especialmente la creciente brecha entre el Oeste y el Este de la Unión ante la deriva antidemocrática de países como Hungría o Polonia: “Debemos invertir más en cultura política, explicar que la UE es un gran espacio de libertad y derechos y que los países que no [los] protegen tienen un problema con la UE”.

Pasquino también se declara preocupado por la retórica antieuropea de Salvini. Dice que el líder de la Liga y ministro de Interior italiano “domina porque no hay alternativas”, pero vaticina que perderá popularidad porque su discurso se debilitará según pierda peso el debate sobre seguridad e inmigración.

En una entrevista el año pasado, el profesor dijo que los nacionalistas catalanes y Salvini comparten “la representación territorial y la exigencia de mayor autonomía”. En los últimos años, La Liga ha mostrado simpatías con el independentismo catalán. Pero, preguntado ahora por esas declaraciones, Pasquino matizó la similitud: “El nacionalismo catalán tiene bases culturales importantes y tiene una historia, tiene una cultura. La Padania puede ser una región, no es como Cataluña, y Salvini no es Puigdemont”.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Más información

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_