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Los padres de Charlie Gard anuncian la muerte de su bebé tras meses de batalla legal

El niño británico con una enfermedad terminal pasó sus últimas horas en un hospital de cuidados paliativos

Los padres de Charlie Gard con el pequeño en el hospital, en una imagen que aparece en su página 'web'.
Los padres de Charlie Gard con el pequeño en el hospital, en una imagen que aparece en su página 'web'.

El bebé británico Charlie Gard, que padecía una rara enfermedad terminal, ha fallecido este viernes 28 de julio, después de que sus padres abandonaran la batalla legal para intentar un último tratamiento. El juez había ordenado el jueves que el pequeño fuese trasladado a un centro de cuidados paliativos. Los padres, que reclamaban mantenerlo con vida para poder pasar un poco más de tiempo con él, han confirmado la noticia.

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"Nuestro niño bello se ha ido, estamos tan orgullosos de ti, Charlie" dijo Connie Yates, la madre del bebé, después de que los médicos le retiraran la asistencia respiratoria que lo mantenía en vida. El pequeño, que cumpliría un año el próximo 4 de agosto, sufría el síndrome de depleción de ADN mitocondrial, un extrañísimo desorden que inhabilita la capacidad del cuerpo para dar energía a los músculos, hasta llevar a un fallo respiratorio total.

La Justicia británica dispuso el jueves que Charlie fuera trasladado a un centro especializado en cuidados paliativos -cuyo nombre y ubicación exacta no fueron desvelados a los medios-, donde se le ha desconectado de las máquinas que le mantenían respirando. El juez desechó la petición de los padres para llevar al niño a morir en el hogar familiar, y tampoco aceptó que se le mantuviera con vida más días.

Gard y Yates, naturales de Bedfont, al oeste de Londres, protagonizaron una dura lucha en los tribunales para poder trasladar a su hijo a Estados Unidos, donde pretendían someterlo a una terapia experimental de nucleósidos -ni siquiera probaba en ratones- contra el parecer del hospital londinense Great Ormond Street, que trataba al niño. Los médicos de ese centro sostenían que la calidad de vida del bebé no iba a mejorar sometiéndolo a esa terapia pionera y abogaban, en cambio, por desconectarle.

Los padres comunicaron el pasado lunes que desistían de su deseo inicial de llevar al niño a EE. UU. porque su salud, a la vista de los resultados de los últimos exámenes médicos, se había deteriorado hasta "un punto de no retorno". La pareja lamentaba entonces el "muchísimo tiempo malgastado" en el caso de su hijo, que cobró dimensiones internacionales al recibir el apoyo público del presidente estadounidense, Donald Trump, y del papa Francisco, así como de numerosos grupos provida y evangelistas.

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Los Gard recaudaron inicialmente 1,3 millones de libras (unos 1,5 millones de euros) para financiar el tratamiento en EE. UU., cantidad que han indicado que ahora podrían destinar a una fundación en memoria de su hijo.

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