“El 95% de las medicinas no está disponible en Venezuela”
El presidente de la federación médica denuncia las carencias de productos
“Hemos solicitado ayuda internacional, nuestros socios están dispuestos a suministrarla y el Gobierno de Maduro se niega”. Con estas palabras, el presidente de la Federación Médica Venezolana, Douglas León Natera, denuncia la acuciante falta de medicinas en su país, azotado por una doble crisis, económica y política, que ha paralizado el funcionamiento de lo más básico, sanidad incluida.
Según sus cálculos, la carestía de medicamentos y material asciende al 95% en el caso de los hospitales —tanto públicos como privados—, al 90% en el de las farmacias situadas en zonas rurales y al 80% en el de las radicadas en la capital, Caracas. Detrás de estas carencias materiales, Natera destaca dos motivos: el férreo control de las importaciones y la falta de divisas necesarias para reanimar la industria nacional, que ha sufrido una merma de producción del 80% en las dos últimas décadas.
En huelga de hambre
Hace una semana, Natera secundó durante 24 horas la huelga de hambre de varios médicos del Estado de Mérida (noroeste) para hacer visible la falta de medicinas y otros insumos hospitalarios. La protesta ha surtido efecto, en parte: la Asamblea Nacional, en manos de la oposición desde diciembre, ha invitado a los sanitarios a exponer el problema.
Las carencias en hospitales son, de media, un 5% superiores a las de hace solo seis meses. “Es inasumible”, resume en un tono en el que se entremezclan la preocupación y las prisas por tomar un vuelo a Coimbra (Portugal), donde tratará de convencer a sus colegas iberoamericanos para que suscriban una carta conjunta que haga recapacitar a Caracas. “A corto plazo, nuestro único objetivo es que acepte la ayuda internacional en forma de insumos médicos básicos”, sostiene. Pese a su crítica frontal al chavismo, que no esconde, Natera niega cualquiera filiación política.
La carencia de suministros viene acompañada, a su juicio, de un “abandono” del sistema sanitario en su conjunto en los últimos 17 años, “desde la llegada de Hugo Chávez” al poder. “La Constitución venezolana habla de garantizar la salud de todos los ciudadanos, pero esto es letra muerta para nuestros mandatarios”, se queja. “Simplemente hacen caso omiso”. Según sus cifras, desde 1999 solo tres nuevos centros hospitalarios han abierto sus puertas en todo el país y la mayor parte de la red asistencial se encuentra muy deteriorada por falta de mantenimiento. “No es solo cuestión de medicinas o insumos básicos. Las pruebas radiológicas no se pueden llevar a cabo porque el mantenimiento de los equipos requiere del concurso de empresas extranjeras que se niegan a cobrar en una divisa distinta del dólar”.
Las restricciones materiales han llevado a este veterano urólogo, uno de los más prestigiosos del país, a estar más de tres meses sin poder llevar a cabo algo tan rutinario en su profesión como una operación de próstata. “¿Qué pasa con los pacientes que no pueden ser intervenidos?”, se pregunta. “Lo único que esto demuestra es que, en contra de lo que predica, el Gobierno está en contra de los más necesitados”, concluye.
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