Marco Rubio despierta del sueño
El senador celebró su último acto de campaña en West Miami, donde empezó su carrera
Ningún candidato ha hablado más en la campaña electoral del “sueño americano” que Marco Rubio, el senador de Florida que ha renunciado a seguir en la carrera por la nominación republicana tras naufragar en su Estado ante Donald Trump. Una derrota sin paliativos, sin excusas, sin matices. Rubio solo venció en el condado de Miami-Dade, donde se concentra la poderosa comunidad de cubanos que reside en Florida. En el resto del Estado, Trump, directamente, arrasó.
El hecho de ser el candidato del establishment ha jugado en contra de Rubio, un político de 44 años, de brillante trayectoria y que defiende con convicción los valores republicanos de forma ortodoxa. Él, hijo de un camarero y de una sirvienta de origen cubano que emigraron a Estados Unidos a buscar una vida mejor, simbolizaba mejor que ningún otro aspirante el llamado sueño americano. Ha jugado hasta la extenuación esta baza, pero ha sido insuficiente ante el torbellino que está suponiendo Trump en la política estadounidense.
Desde hace días, la campaña de Rubio estaba de capa caída, como si asumiese que ya no había nada que hacer. El candidato celebró su último mitin la noche del lunes en la pequeña ciudad de West Miami, donde nació y forjó su carrera política. Fue un mitin breve en un parque en el que conoció a la que actualmente es su esposa y al que asistieron apenas 300 personas, la mayoría de origen cubano. Nada que ver con los actos que Trump celebra a lo largo del país, que congregan a miles de simpatizantes entusiasmados que lo reciben como si fuera la panacea de todos sus males.
Apenas 300 personas acudieron a su último acto de campaña en Miami
En el mitin ante sus vecinos, Rubio pidió, casi imploró, un último esfuerzo, pero para entonces ya estaba todo decidido. Su rostro denotaba el cansancio de la campaña y la intuición de un resultado que deja malherida su carrera política.
Entre sus antiguos compañeros de West Miami, donde Rubio sigue residiendo con su familia, se culpaba del fracaso final al cambio de estrategia del senador en las últimas semanas. Tras los primeros resultados de las primarias y caucus, Rubio decidió entrar en el cuerpo a cuerpo con Trump, un terreno en el que este es imbatible. “Muchos, cuando vimos que se metía con el tamaño de las manos de Trump, dijimos que a dónde iba. Eso fue un error”, dice un dirigente republicano de Miami. Con el paso de los días, el senador de Florida también ha reconocido que esta decisión fue una equivocación.
Tras su renuncia a la carrera presidencial, Rubio se enfrenta a numerosas incertidumbres. A sus 44 años, es innegable que aún tiene futuro, aunque hoy sea incierto. El capítulo final de la aventura presidencial lo quiso poner en su casa, en West Miami, donde empezó un sueño del que acaba de despertar.
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