Israel aprueba una amnistía para los presos palestinos pero excluye a los activistas radicales
El Gobierno de Ariel Sharon liberará a centenares de presos sin "delitos de sangre", siempre y cuando no pertenezcan a un organización terrorista
Israel ha dado hoy un paso adelante en el camino hacia la paz, pero con tal cautela y recato que a la postre su gesto puede resultar incluso contraproducente para el proceso marcado en la Hoja de Ruta para en fin de la violencia. El Gobierno de Ariel Sharon ha aprobado la liberación de varios centenares de palestinos de entre los cerca de 6.500 que mantiene prisioneros en sus cárceles.
En principio, serán puesto en libertad todos los presos excepto los que estén implicado en muertes de israelíes, aquellos considerados peligrosos por los servicios secretos o sobre los que pese la sospecha de que puedan reincidir, y los militantes de Hamás, la Yihad Islámica y el Frente Popular para la Liberación de Palestina (FPLP). El Gobierno israelí cifra en 6.500 los presos palestinos en sus cárceles, de los que 2.500 no han cometidos "delitos de sangre", según la lista de prisioneros excarcelables redactada por los servicios secretos. Los miembros de Hamás encarcelados son según esta fuente 720, frente a los 334 de la Yihad Islámica y los 136 del FPLP.
"Ni un sólo preso entre rejas"
El criterio establecido por el Ejecutivo israelí ha resultado extremadamente restrictivo para los deseos de los palestinos, que exigían una amnistía general. De hecho, tan sólo una medida de tanto impacto podría asegurar la posición de Abu Mazen como primer ministro palestino y reforzar la tregua de tres meses anunciada por las principales organizaciones terroristas hace una semana.
Las autoridades palestinas no han querido pronunciarse sobre la decisión israelí hasta ver a los presos en libertad. Sin embargo, horas antes el ministro palestino al cargo de esta cuestión ha señalado su intención de exigir la liberación de todos los prisioneros, puesto que en su opinión "el final del conflicto es imposible mientras haya uno sólo de ellos entre rejas".
"Jugar con las esperanzas de las familias"
Precisamente Hamás ha sido uno de los primeros en reaccionar: ha calificado la medida como totalmente insuficiente, pero ha señalado que puede ser un "primer paso" positivo si conduce a la liberación de todos los presos, "sin discriminación" alguna. La Yihad Islámica ha calificado el gesto como "una maniobra sionista" preparada para "jugar con las esperanzas de las familias".
Tampoco dentro del Gobierno israelí ha reinado un consenso absoluto alrededor de la medida. Como en otras ocasiones a lo largo del espinoso proceso de paz, el Ejecutivo se ha dividido, y la medida ha sido aprobada por tan sólo 13 votos frente a 8 en contra.
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