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Jamie Dornan, el actor al que fagocitaron las sombras de Grey

El intérprete y su compañera Dakota Johnson protagonizaron hace cinco años la célebre trilogía erótica, que lejos de lanzarles a la prometida fama ha limitado sus perfiles y papeles

Dakota Johnson y Jamie Dornan, en el estreno de '50 sombras más oscuras' en Londres, en febrero de 2017.
Dakota Johnson y Jamie Dornan, en el estreno de '50 sombras más oscuras' en Londres, en febrero de 2017.Matt Crossick (Empics Entertainment / Cordon Press)
El País

Que Jamie Dornan no es una estrella de cine al uso resulta algo cada vez más claro con el paso de los años. Y, por si a alguien se le escapa, ahí está el propio actor irlandés para recordarlo. Una vez dijo que quería alejarse de las redes. Hace un par de días, el protagonista de Cincuenta sombras de Grey regresó a Instagram. Habían pasado cuatro años.

Dornan volvía al mundo social pintado de azul. Totalmente cubierto por pintura de este color, y en lo que parece un estudio de maquillaje (con sillones enfrente de espejos), escribe en el pie de foto: “El aislamiento me obligó a hacerlo”. Parece más bien una broma, ya que hay alguien a su lado y tiene pinta de ser parte de un rodaje.

No es el único mensaje publicado por el actor, de 37 años. “Cuando todo esto acabe, apreciaré más todo esto”, arranca el siguiente, enumerando con humor aquello que más valor tiene para él: “La gente que trabaja en el sector sanitario. De hecho, a la gente. Abrazar a mis amigos. Jugar al golf. El sol. Ver jugar al golf. El viento. Ver el rugby. La lluvia. Ver el fútbol. La nieve. Una buena carta de vinos. El mar. Viajar. Una cerveza Guinness de grifo. Los restaurantes. Los pubs. Las tiendas. El cine. La música en directo. La vida”.

Dornan revela así sus placeres, a menudo ocultos. Es un hombre discreto. Se sabe que está casado con la pianista Amelia Warner y que tienen tres hijas, de seis, cuatro y un año. Que decidió marcharse de Hollywood para vivir en los tranquilos Cotswolds británicos y llevar una vida normal. “Mi familia y mis amigos son mucho más importantes que mi trabajo. Todavía tengo el mismo grupo de amigos con los que crecí. A ellos no les interesa lo que hago, no creo que les impresione en absoluto”, confesaba hace unos meses al diario británico The Times.

Ese deseo de pasar desapercibido quizá se ha cumplido, o quizá ha ido más allá. Hace cinco años, Dornan parecía destinado a convertirse en uno de los grandes nombres del cine, a un rostro presente en campañas de publicidad y entregas de premios. Pero no ha sido así.

Dornan se convirtió, por sorpresa y casi casualidad, tras la salida de Charlie Hunnam del proyecto, en el protagonista de la muy esperada trilogía cinematográfica Cincuenta sombras de Grey, la saga que llevó a la pequeña pantalla el fenómeno literario de E. J. James. Un éxito planetario. Millones de espectadores. Una taquilla triunfal. Junto a Dakota Johnson, su Anastasia Steele, triunfaban en alfombras rojas y estrenos.

Pero después, la presencia de Dornan empezó a limitarse. Sus papeles no han sido todo lo fulgurantes que parecían. Él, por supuesto, nunca se ha quejado de la exposición que le ha dado la trilogía. “Sin Cincuenta sombras... no hubiera hecho Operación Anthropoid, ni La corresponsal. Estoy agradecido por ello aunque me pusieran a parir”, revelaba en esa misma entrevista a The Times. También ha participado en una nueva versión de Robin Hood y ha puesto la voz a un personaje de la cinta de animación Trolls. Además, también aparece en algunas campañas publicitarias,

De hecho, así es como empezó su carrera. Él creía que lo que le iba a marcar era su trabajo como modelo. “Creo que si te sacan fotografías como parte de tu trabajo hay una especie de etiqueta que dice que no puedes ser actor”, afirmaba. Hasta que llegó su oportunidad con la miniserie La caza, en 2013, junto a Gillian Anderson. “Eso fue un antes y un después en mi carrera. Dio la vuelta todo”, cuenta el intérprete.

Sin embargo, ninguna le ha convertido en el famoso de calibre que esperaba ser. Está preparado para ello, en cualquier caso. La fama es una minucia al lado de lo que ha vivido. Lleva haciendo terapia desde los 17 años. Su madre falleció de cáncer de páncreas cuando él tenía 16 años; y cuatro amigos morían en un accidente de coche al año siguiente. Cuando empezó su andadura profesional (de la mano de su amigo Eddie Redmayne), le rechazaron en prácticamente todo durante una década. “Por lo general teníamos entre cuatro y cinco entrevistas al día, y fracasábamos entre cuatro y cinco veces al día”, recuerda.

“Sé que esto va a sonar muy mal, pero es casi como si fuéramos hermanos”, le contó Dornan al presentador Jimmy Kimmel en una entrevista sobre su compañera de reparto, Dakota Johnson, tras los rumores sobre que en el rodaje se habían llevado apenas regular. También sus trayectorias han ido hermanadas. Tras el fin de la saga, la hija de Melanie Griffith y Don Johnson se posicionó como musa indie con Suspiria, de Luca Guadagnino. Su trayectoria parece querer continuar por esos derroteros, alejada del cine popular que la confirmó como algo más que una hija de actores dispuesta a subirse al carro de la fama gracias a una decisión arriesgada como la de protagonizar Cincuenta sombras de Grey. Ahora, ya pasado aquel éxito, parece que su camino será más discreto, aunque sea en la pantalla. En la vida, es difícil que la hija y nieta de una estirpe de estrellas pueda apagarse.

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