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Presley Gerber, el rebelde hijo de Cindy Crawford que pone en jaque a la familia

El modelo ha despertado las alarmas por sus malas compañías, adicciones y sus salidas de tono en las redes sociales

Presley Gerber, en Nueva York (EE UU), el pasado junio.
Presley Gerber, en Nueva York (EE UU), el pasado junio.Gilbert Carrasquillo (GC Images)
El País

Hubo un tiempo en el que Kaia Gerber (18 años) era la más famosa de los dos hijos de Cindy Crawford. En la últimas semanas es su hermano, Presley Gerber (20 años), quien copa más titulares de la familia. Los dos, fruto del matrimonio de Crawford con el empresario Rande Gerber, han seguido el mismo camino que su madre, una de las modelos estrella de los años ochenta. Pero no ha sido precisamente su profesión lo que ha llevado al mayor de los hermanos a ser el centro de atención. A su actitud rebelde, las malas contestaciones en redes sociales y las adicciones se suma ahora su afición por tatuarse la cara —lo mismo que han hecho otras celebridades como Justin Bieber, Chris Brown y Mike Tyson—, lo que ha hecho saltar las alarmas en su familia.

El pasado mes de febrero, Presley Gerber fue objeto de críticas debido a la palabra que se tatuó en la mejilla, debajo de su ojo derecho: misunderstood (incomprendido, en inglés). Jon Boyo, su tatuador, compartió el resultado en su perfil de Instagram, lo que generó una oleada de comentarios contra el modelo recriminándole, sobre todo, que pusiera en riesgo su carrera. “Si pensara que esto iba a arruinar mi cara o no hubiera querido hacérmelo, entonces no me lo habría hecho. Creo que eso es algo bastante obvio. […] Pone ‘incomprendido’ porque así es como me he sentido durante toda mi vida”, explicó en una historia de Instagram.

Este martes Gerber volvió a sorprender con otro supuesto tatuaje. Esta vez en el pómulo izquierdo y con las siglas “L. A.", en referencia a la ciudad estadounidense de Los Ángeles. Otra vez la comunidad de Instagram mostró su rechazo. El modelo decidió intervenir ante el aluvión de comentarios y aclaró que se trataba simplemente de un filtro de la cámara.

Gerber fue arrestado en febrero del año pasado por conducir bajo los efectos del alcohol y pocos meses después fue condenado a tres años de libertad condicional, servicios comunitarios y asistencia a un centro de rehabilitación. La revista Page Six ha publicado recientemente unas imágenes del maniquí regresando a un centro de este tipo.

Según diferentes medios, su familia está muy preocupada después de los últimos acontecimientos y sus padres están buscando un psicólogo que atienda al modelo, tal como publica el diario británico Daily Mail. “Quieren asegurarse de que está bien mentalmente y le están vigilando de cerca”, ha contado una fuente al portal US Weekly, a lo que añade: “Ha estado en tratamiento antes, pero están intentando conseguir algo más serio”. Otra fuente revela al mismo medio que Gerber se suele juntar con personas que “tienen un impacto negativo en él”.

La prioridad de Cindy Crawford siempre han sido sus hijos, como recordó a EL PAÍS en 2017. En aquel momento la familia mostraba una idílica estampa alejada de lo que es actualmente debido a la situación por la que pasa su primogénito. Los cuatro protagonizaron una campaña para la marca de relojes Omega y ofrecieron una imagen de glamour y unidad que hacía pensar en que todo marchaba a la perfección entre ellos. La supermodelo aseguró sentirse cómoda con la decisión de convertirse en una familia de anuncio, pero dejó claro que no iba a hacer con otras marcas con las que trabaja lo que había hecho con esta última. “Mis hijos tampoco quieren [...] buscan sus propias cosas, especialmente Kaia”, explicó entonces.

La preocupación que tanto Crawford como su marido están demostrando con su hijo la tuvieron también hace unos meses con la benjamina de la familia. Kaia Gerber comenzó a salir con Pete Davidson —actor del programa Saturday Night Live y expareja de la cantante Ariana Grande— y la modelo y el empresario “la alentaron a romper con él porque estaba perjudicando su carrera como modelo”, según publica el Daily Mail. Los motivos de los progenitores se basaban en que era de sobra conocido que el novio de su hija estaba diagnosticado con trastorno límite de la personalidad y ha luchado en varios ocasiones contra su adicción a las drogas. Ahora la joven maniquí, alejada de Davidson, se ha sumado a la intranquilidad que sienten sus padres por su hermano y también actúa para intentar protegerle.

Kaia Gerber es ahora el talismán de la familia con un futuro muy prometedo como modelo. Aunque ella intente distanciarse de lo que representó su madre, la sombra de Cindy Crawford siempre está ahí. “Cuando era niña, nunca pensé que me parecía a mi madre, nunca imaginé que fuera algo que pudiera hacer. [...] Nunca quise ser famosa. La idea de la fama siempre me asustó”, dijo Kaia Gerber a la revista i-D. “Creo que una de las razones por las que me sentí atraída por el trabajo de modelo fue porque estaban publicándose cientos de imágenes sobre mí de todos modos, así que quise tomar el control sobre eso”, explicó. Ese cambio de parecer la ha llevado a trabajar para marcas como Alexander McQueen, Givenchy, Versace, Marc Jacobs y Fendi, entre otras.

Dolce & Gabbana, Ralph Lauren y Moschino son algunas de las firmas que se han fijado en su hermano. Presley Gerber, al igual que Kaia, lleva el cartel de “hijo de”; hijo de una familia perfecta, cuyos descendientes parecían encaminados a seguir el camino de éxito que ha acompañado a sus progenitores. A Cindy Crawford sobre la pasarela y en las portadas y anuncios que han contado con su imagen por todo el mundo y a él en sus actividades empresariales, en algunas de las cuales ha contado con un socio tan famoso con George Clooney, de quien la pareja es además muy amiga. Rande Gerber y el actor se asociaron para crear Casamigos, una marca de Tequila que subió como la espuma y que vendieron en julio de 2017 a Diageo por 1.000 millones de dólares (897,43 millones de euros), aunque siguen vinculados a la firma durante 10 años.

Ahora solo cabe esperar que la familia sea capaz de reconducir a su hijo mayor y volver a mostrar a sus admiradores que el triunfo de los padres no significa un lastre para los hijos sino un acicate para conseguir sus propias metas.

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