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Los productos más populares de Mercadona, de peor a mejor

Del hummus al queso viejo tostado, pasando por croquetas, pizzas, cereales, pollo asado y salsa de tomate: catamos y valoramos 20 grandes éxitos de Hacendado

Para unos, maravilla. Para otros, ni fu ni fa
Para unos, maravilla. Para otros, ni fu ni faEL COMIDISTA

Bienvenidos a la República Independiente de Mercadona: pocos supermercados han generado tanta literatura, tantos análisis. Desconocemos las razones del triunfo de esta empresa valenciana -quizá el hilo musical esconde mensajes subliminales de baja frecuencia- pero sabemos distinguir un fenómeno pop cuando lo tenemos delante, y Mercadona lo es.

A pesar de su oferta casi infinita, la gran M ha conseguido convertir no pocos productos Hacendado en iconos, objetos de deseo que muchos incluso han integrado a su identidad. Para los que todavía no sepan que Clark Kent es Superman, Hacendado es la marca blanca de Mercadona: solo puedes encontrarla allí.

Nuestro cometido es poner a prueba algunos de sus hits más icónicos, probar los productos Hacendado que muchos tenemos en casa, puntuarlos y catalogarlos de peor a mejor. Del hummus al queso viejo tostado, pasando por croquetas, pizzas y salsa de tomate, un viaje alucinante a las profundidades de Mercadona. Vivir para contarlo.

Aceitunas rellenas de jalapeño

Salen en incontables listas de los mejores productos, las han probado tropecientos influencers en TikTok, pero a la tercera aceituna engullida sigo sin entender nada. Como diría Chiquito esto es una guarrerida española, y también mexicana. Incomprensible el sex appeal de esta aberración: el jalapeño no pica lo suficiente y se lleva fatal con la textura y sabor de la aceituna (por las que he pagado 1,65 euros por 150 gramos, peso escurrido). Están bastante saladas, y es imposible no echar de menos una buena anchoa allí dentro. Será que estoy viejo para estas cosas. Nota: 2 (Òscar Broc)

Helado +Proteínas sabor plátano con trozos de brownie

No ha triunfado demasiado
No ha triunfado demasiadoMercadona

Llegamos a la sección que enamora a fans de la proteína, habituales de la zona de pesas del gimnasio y otra gente que cree que su dieta necesita un extra del macronutriente de moda (aunque la ciencia no opine lo mismo). Sale del congelador blando y pesa sorprendentemente poco para el volumen que tiene -500 mililitros son 265 gramos y cuestan 2,85 euros-: se deshace muy deprisa, supongo que por lo aireado que es. Cuando lo hace es muy aguado, pero a pesar de eso hace una especie de capa que se pega en la lengua y la boca que me recuerda a otros productos con sus mismos espesantes (gomas garrofín y guar, carragenanos). El sabor a plátano es poco perceptible, algo normal si tenemos en cuenta que lleva un 5,9% de esta fruta en formato puré. Los tropezones de brownie no se deshacen ni tienen buena textura, pero al menos no están empalagosamente dulces. Para terminar de no entender nada; su primer ingrediente es la leche en polvo desnatada reconstituida, y el segundo; nata. Haría llorar a un heladero. Nota: 2. (Mònica Escudero)

Croquetas ultracongeladas de espinacas

Espinacas trituradas, cebolla frita en aceite de girasol, una sospecha de piñón eventual -según los ingredientes, un 2%- y una amalgama que se parece más al cemento armado que a una bechamel. Un vistazo a los ingredientes confirma las sospechas: no hay leche a la vista y la harina, el almidón y la proteína de trigo campan a sus anchas, de ahí la ausencia total de cremosidad. Podríamos decir que se mastica el drama -y se traga con cierta dificultad-, por 2,10 euros el paquete de 350 gramos. Nota: 2,5 (sube hasta el siete si es para enmasillar paredes). (M.E.)

Crema de leche y avellanas

Azúcar, resumiendo
Azúcar, resumiendoÒscar Broc

En 2021 las redes enloquecieron: el titán valenciano puso a la venta una crema de leche y avellanas con sabor a chocolatina Kinder Bueno que arrasó en TikTok -había gente que hasta se la fabricaba en su casa- y dejó las estanterías desplumadas. Pago 2,90 euros por el bote de 400 gramos, lo pruebo a cuchara desnuda y la punta de la lengua se me adormece por las descargas de azúcares (54 gramos por cada 100). Noto avellana, algo así como vanilla, tsunamis de un dulzor electrizante. Me asombro, porque han imitado el sabor de la crema de los Kinder Bueno, pero encierro el artefacto en una caja fuerte y quemo la combinación cuando veo que marca 518 calorías por 100 gramos (de los cuales 54 son azúcar). Kinder, sí; bueno, no. Nota: 3. (O.B.)

Patatas bravas con allioli y salsa picante

Su envoltorio amarillo y rojo grita: ¡España!, y viene con las salsas picante y alioli separadas, para no herir sensibilidades. Es un plato preparado, pero deberás darle la puntilla en tu cocina: en airfryer, sartén, freidora o el microondas (ahí quedan más blandurrias que los mofletes de un ewok, yo apostaría por las otras opciones). Conseguirás una ración doble de patatas bravas simplemente resultona, pero con el aroma artificial y decadente de los productos industriales. La ración de 450 gramos cuesta 2,50 euros, un precio que no invita a la locura, pues tienes que medio cocinarlas (y en mi ciudad todavía quedan bares con raciones de bravas a tres euros). Nota: 3 (O.B.)

Cereales avena crunchy

Uno de los mayores éxitos de crítica y público de la cadena está formulado a base de harina integral de avena, sémola de maíz, azúcar, sal y antioxidante rico en tocoferoles (posiblemente E306, que viene a ser vitamina E pero aplicada por su poder antioxidante, así que no se puede referir como vitamina). Cuestan 1,90 los 400 gramos y se publicitan en el envase como “bajos en azúcar” (a pesar de que es su segundo ingrediente tienen “solamente” un 4,6%). Los pruebo primero tal y como recomiendan, con leche fría, y lo primero que me viene a la cabeza es “serrín extrusionado”, y eso que la avena integral me gusta. Entiendo que la sensación crujiente es un valor añadido que da gustirrinín a la mordida, pero para mí el sabor de lo que muerdes también es importante. Pruebo con yogur y plátano y la sensación es exactamente la misma: infumable. Decido preguntar a los expertos, y se lo paso al mayor fan de la avena integral que conozco, mi hijo Elvis, que la desayuna a diario desde hace varios años. Responde con un tajante “sabe a palo, y huele como a heno”. No hay más preguntas, señoría. Nota: 1 al sabor, supongo que un 6 como opción alternativa a los cereales crujientes azucarados, así que salomónicamente le daremos un 3,5 de media entre ambas cosas. También los hay de cacao, pero esos los dejo para otra ocasión (o para nunca). (M.E.)

Pizza fresca

La favorita de Òscar Broc (dentro de su gama)
La favorita de Òscar Broc (dentro de su gama)Òscar Broc

Las pizzas frescas Hacendado las hace Casa Tarradellas: para algunos, una excelente noticia; para otros, un clavo más en el ataúd. Siento ser tan puntilloso, pero de pizza tienen poco estos orbes de masa blanduzca y costra artificiosa. Lo mejor es comprar una margarita y ponerle cosas en casa, o ir directo a la Cuatro Quesos, a 2,90 euros la pieza de 410 gramos (intento evitar siempre embutidos o carnes, por razones obvias). Se preparan rápido y son mucho más agradecidas que las congeladas, pero no dejan de ser las pizzas que compras cuando los amigos de tu hijo pequeño se quedan a dormir en casa. Nota: 4,5 (O.B.)

Gazpacho fresco

El gazpacho Hacendado es un asunto candente. Hay muchos adictos dispuestos a defender su droga favorita con un pepino entre los dientes. El pasteurizado sale a 1,65 euros el litro; el fresco a tres (más caro que el de otros supermercados). De los pasteurizados prefiero alejarme; aborrezco el sabor que deja el proceso en esta sopa vegetal. Y la verdad es que, por muy sano que resulte el mejunje (7% de AOVE) en comparación con otras viandas de salvamento, me resulta agresiva la marcada presencia del pimiento, el tomate y el vinagre. No está entre mis favoritos. Nota: 5. (O.B.)

Lasaña boloñesa

La OCU la destacó a principios de este año como una de las mejores lasañas refrigeradas. La ración individual es de 350 gramos y cuesta 2,65 euros -la familiar, de 700 gramos, 4,80 euros-, un precio muy tentador. Con un golpe de microondas la tienes lista: la podría preparar un chimpancé con cataratas. Si dejas las ínfulas de gourmet en la puerta, es posible que te encuentres con un plato hasta correcto: tiene una cremosidad aceptable, está gratinadita y notas la carne entre las sábanas de pasta. Según la OCU, no lleva aditivos, ni ingredientes industriales, aunque está subida de sal. En resumen: es un plato que se debería comer de uvas a peras, pero una fórmula más sensata que engullir cualquier otra guarrada a precio de oro, Glovo mediante. Nota: 5,5. (O.B.)

Croquetas ultracongeladas de cocido

Probamos no una, sino dos variedades de estos populares congelados, cuyo consumo ha crecido un 13 % en los últimos cinco años alcanzando las 15.126 toneladas anuales. Las de cocido quedaron segundas con 58 puntos en el ranking de la OCU de 2021 (las primeras fueron las de La Cocinera, con 61). Llevan un 28% de carne de pollo -un 8% de la cual, separada mecánicamente- seguido de gallina, cerdo y jamón hasta casi un 50% de su peso total. La carne no está toda triturada, con lo que da una cierta sensación “casera” al mordisco, y aquí sí hay leche; de hecho es el segundo ingrediente, y una cierta cremosidad. No matan, pero es posible que a veces resuelvan. Cuestan 2,10 euros el paquete de 350 gramos. Nota: 5,5. (M.E.)

Hummus de garbanzo receta clásica

Para unos, maravilla. Para otros, ni fu ni fa
Para unos, maravilla. Para otros, ni fu ni faEL COMIDISTA

El hummus Hacendado es un culto épico: los illuminati del garbanzo machacado. Parece un milagro que la ración de 240 gramos de la receta básica solo cueste 1,05 euros, un precio que parece salido de un universo paralelo en el que no hay inflación y somos todos felices. ¿Es un producto hipersaludable? Meh. No es uno de los hummus de supermercado con mayor cantidad de garbanzos (57%), y el aceite de girasol me tensa la mandíbula. ¿Podrías hacerlo en casa, sería más sano y estaría más bueno? Y tanto, pero se entiende que es uno de esos milagros que la nevera te regala en noches de vacío abismal. Su fama se comprende mejor cuando se observa desde la relación calidad-precio. Podría estar más cremoso y menos pastoso, ojalá se notara más el aceite de oliva (2%), pero por un euro no puedes pedirle más a un producto que ya hace suficiente con abrazar la dignidad. Nota: 6. (O.B.)

Pan campeón del mundo

No es un pan artesano ni pretende serlo: mientras otros a su alrededor llevan apellidos como “de pueblo”, “payés”, “rústico” o “campesino” este simplemente apela a la victoria, sin hacerte pasar por el imaginario de hornos de leña y harinas molidas a 100 metros de donde crece el trigo. Tiene como base una mezcla de cereales -trigo, trigo integral, centeno, avena-, semillas de girasol, lino o sésamo, algo de masa madre, un extra de gluten, espesante y emulgente y un par de jarabes que le dan color y un extra de profundidad al sabor. Aunque el nombre no da grandes pistas sobre el sabor que nos vamos a encontrar, tiene una miga húmeda y con un cierto aroma que mejora al tostarlo -jarabes y semillas mediante- y aguanta en buenas condiciones más que otros panes de supermercado (también lo tienen en Lidl): podríamos decir que salva la papeleta. Cuesta 2,10 euros el pan de 750 gramos. Nota: 6 (para ser un pan industrial, no puede compararse con panes artesanos). (M.E.).

Tomate frito receta artesana con aceite de oliva

Tomate, un 15% de aceite de oliva, inmediatamente después; azúcar -sin indicar el porcentaje-, sal y ajo. El tomate tiene una textura dulce y compotada, con su capita de aceite rojizo flotando por encima, una densidad considerable y la textura no homogénea que suponemos que remite a la “receta artesana” que nos llama desde la etiqueta. Tiene un sabor potente y dulce -por la cocción lenta y el azúcar añadido- que para algunos platos puede resultar excesivo, pero en otros como el arroz a la cubana, una maravilla. Nos remite a esas recetas tradicionales familiares en las que la “cucharadita de azúcar para compensar la acidez del tomate” se cuadruplicaba por si acaso (y sin probar el tomate para comprobar la acidez en cuestión). Se agradece que el aceite sea todo de oliva y no una mezcla con otros más baratos, como es habitual. Cuesta 1,65 euros el tarro de 300 gramos y 2,40 el de 560. Nota: 7, con absoluta conciencia de que el dulzor juega con nuestros sentimientos. (M.E.)

Guacamole

Si fuera un grupo sería Coldplay: normalito, quedando siempre bien con todo el mundo, sanote, y con más éxito que Jesucristo en sus mejores tiempos. Presume de contener un 95% de aguacate, suena bien, como los primeros acordes de ‘Viva la Vida’. Pero después la canción se envilece con los inevitables azúcares y los tres gramos de sal que contiene una ración individual de 200 gramos (a 1,59 euros). Su textura uniforme, sin impurezas o grumos, y su color verde Calippo le confieren una perfección inquietante. En teoría lleva jalapeño, pero todavía espero el picante. Lo que sí percibo con claridad es el aroma de ajo (y la caja de Smints en el bolsillito de los Levi’s). No recomendaría su consumo diario, pero es un producto relativamente sano, versátil y milagroso para familias tochas: la ración de 500 gramos solo cuesta 3,29 euros. Nota: 7. (O.B.)

Salmorejo fresco

El gran olvidado, siempre a la sombra de su hermano famosete: el salmorejo Hacendado. Repite como un mal estudiante, consúmelo en un bunker a doscientos metros bajo tierra, pero es más espeso que el chapapote -como mandan los cánones salmorejiles- y mucho más potente que el gazpacho. El pan lo convierte en un artefacto pesado, sí, pero es una opción bastante amable con tu organismo: tomate, agua, aceite de oliva virgen extra, vinagre de vino, sal y ajo. Campana y se acabó. La botella de litro cuesta 3,30 euros, y aunque no es una ganga, admito que es uno de los salmorejos frescos con mejor relación calidad-precio que conozco. Nota: 7 (O.B.)

Yogur al estilo griego ligero

Es más barato en envases individuales
Es más barato en envases individualesÒscar Broc

En una España que para muchos se rompe, solo hay un pegamento posible: el cubo de kilo de yogur griego Hacendado. Yo siempre me chuto el Griego Ligero Natural, con leche desnatada y un 2% de materia grasa: por un kilazo de mandanga, pagas 2,45 euros, otro precio soviético que solo puede explicarse en el contexto del multiverso Mercadona. Muestra una cremosidad y acidez muy aceptables, es bajo en todo, y te lo puedes comer perfectamente sin endulzarlo. Un yogur griego sin nata. ¡Y sale más a cuenta comprarlo en envase pequeño -2,134 euros el kilo- que en cubeta! Nota: 7. (O.B.)

Pollo asado en cuartos

Para ensaladas o bocadillos está bien
Para ensaladas o bocadillos está bien

Un pollo asado repartido en cinco bolsas, cinco: una para cada cuarto y otra para contener el total. Cada una sellada perfectamente y lista para calentar en el microondas durante cuatro minutos por pieza -12 si lo preparas entero- o 20 en el horno. ¿Ventajas respecto al pollo asado que ellos mismos venden entero? Puedes comerte hoy el muslo y mañana la pechuga sin que la segunda esté momificada, una ventaja significativa si por ejemplo vives solo. En los ingredientes encontramos un 93% de pollo y el resto una mezcla de agua, vino, aceite de girasol y oliva, especias, aroma natural extracto de levadura y ácido cítrico, que aliñan y aportan bastante jugosidad. Sabor y textura correctos; conseguir que la piel cruja sin que el pollo se seque, una odisea: funciona muchísimo mejor como ingrediente para croquetas, bocadillos, ensaladas, canelones y todo tipo de rellenos que como “pollo asado” tal cual. Precio: 6,05 euros el kilo (peso de venta, sobre 1,3 kilos). Nota: 7 (aunque si piensas en las cinco bolsas, mi conciencia ecológica le quita puntos). (M.E.)

Queso cottage semidesnatado de vaca

Es el queso de Mercadona que enamora a los nutricionistas: más que un queso, es el yerno perfecto: bajo en grasas e hidratos; rico en proteínas; perfil bajo. Me recuerda mucho al requesón, tiene pocas calorías y juro que he visto a gente comprarlo de diez en diez. De sabor va justo, pero en ensaladas, con fruta o en una simple tostada, funciona como un matambre sano (por 1,20 euros los 200 gramos). Nota: 7,5. (O.B)

Buffet de ensaladas

Muchos de sus supermercados disponen de un buffet de ensaladas frescas para llevar que durante unos años se convirtieron en mi salvación. Vive Dios que aprendí a compactar toneladas de ingredientes como piezas de Tetris en los recipientes de la casa. Pollo, huevo duro, pavo, zanahoria, pasta, aceitunas, mozzarella, quinoa, pepino, diferentes tipos de lechuga…, si sabes apretar y distribuir bien los distintos elementos, te puedes llevar a casa o al curro un bol rebosante de nutrientes para dos y tres personas. La ensalada pequeña sale a 3,50 euros y la grande a 4,50. ¿Saber que llevas ración triple de atún? No tiene precio. Nota: 7,5. (O.B.)

Queso viejo tostado

Tiene a la quesera Entrepinares detrás, y el prestigio de haber sido reconocido en varias ocasiones como uno de los mejores quesos del mundo en premios internacionales de prestigio. ¿Una cuña de renombre internacional a 5,5 euros? No parece un mal negocio, especialmente cuando el producto, a pesar del bombo y platillo, no decepciona. Es un queso de larga maduración, intenso pero sin pasarse, con un punto ahumado muy goloso. Va de menos a más: para todos los públicos y sobrado (se aconseja consumo moderado). Nota: 8. (O.B.)

Ajo negro

Repetimos: no repite
Repetimos: no repiteÒscar Broc

Permitidme que salga de los 40 Principales y coja un poco de aire. No quiero aburrir con las propiedades beneficiosas que tiene el ajo negro. Quedémonos con que este ajo fermentado es un chute de vitalidad para tu organismo…, y encima no repite. Podría considerarse un producto exótico en el ámbito doméstico, pero merece la pena reivindicarlo. Aunque caro, el ajo negro puede darle otra dimensión a salsas, condimentos y platos. Y una vez empiezas a usarlo, ya no puedes parar. El de Mercadona viene en dientes pelados y es un producto 100% natural. El bote de 85 gramos se encarama a los 4,45 euros, de acuerdo, pero ¿acaso le pondrías precio a la felicidad? Nota: 8. (O.B.)

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